2021 con fe y esperanza de un futuro mejor

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto

Bienvenido año 2021 conforme al calendario gregoriano que registra el paso del tiempo; dejando el pasado y fatídico año 2020; que se convirtió en una pesadilla que todos queremos olvidar y que en realidad no deseamos que se repita; fue un tiempo atípico de innumerables acciones y decisiones rápidas en todas las instancias del sector público y el privado; donde los gobiernos como regentes del Estado de una manera desprevenida o sin experiencia, muchos casi no sabían que hacer ante la pandemia producto del coronavirus covid-19; y así fueron pasando los meses desde que se tuvo conocimiento de este mortal virus que se dice surgió en Wuhan de la República Popular de China continental. Siguiendo con el calendario fue el papa Gregorio XIII que instaló el actual y sería adoptado por el Catolicismo el 24 de febrero de 1582.

Antes rigieron otros calendarios basados en las fases del Sol y la Luna; luego el calendario egipcio que era solar y su duración del año era de 365.25 días; otros basados en los ciclos y fases lunares, sistema que permaneció cuando se instauró el calendario musulmán. Luego viene el calendario romano que tenía las estaciones desincronizadas y se dice que era usado por políticos y comerciantes con mucho poder para manipular, añadiendo días e incluso meses a su conveniencia. Entonces ante esta caótica situación el emperador Julio César decidió tomar el control y con fundamento en el calendario egipcio, creó el nuevo “calendario juliano” que se aproximaba al año trópico que es el tiempo en el que la Tierra da una vuelta alrededor del Sol, siendo el más preciso con 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos (Fuente: Televisa. NEWS 31-12-20)

“Se señala que el calendario gregoriano no es cien por cien exacto, por eso se implementaron los años bisiestos, aunque con nuevos lineamientos para que fueran más precisos; siendo la duración de un año de 365 días, pero los años bisiestos (aquellos donde las últimas dos cifras sean divisibles entre cuatro) se componen de 366 días, al agregar el 29 de febrero. También tiene otros aspectos complejos en la práctica como está la duración dispar de los meses, con 28, 29, 30 y 31 días, haciendo que las jornadas laborables varíen de 24 a 27; además, se debe vigilar que la velocidad de rotación de la Tierra y el movimiento de traslación no sufra una desaceleración significativa, lo que generaría una nueva diferencia que para ser corregida requeriría nuevos ajustes” (Op.cit.)

El año 2021 pueda ser que se aceleren los cambios de paradigmas en lo que se denomina “un nuevo orden mundial” o una nueva geopolítica mundial; en la globalización actual donde reina la interdependencia entres los países y continentes, las nuevas tecnologías digitales, el progreso científico, el intercambio comercial de productos y servicios, la competencia entre los Imperios constituidos por los países y bloques más ricos e influyentes al nivel mundial. Es ahora cuando los analistas deben convocar a reuniones de trabajo y reflexión sobre nuevos modelos de desarrollo sociales y económicos, afrontando entre todos los retos y desafíos que se imponen en una era cambiante y que definitivamente será la constante a partir de este año 2021; asimismo poco a poco debemos analizar como será el “mundo post-covid-19”, y que solamente existe alguna experiencia similar con los sucesos posteriores a la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

A nivel comercial se señala que China ha superado a Estados Unidos de América como la mayor economía del mundo; según el poder adquisitivo y que según las estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial; como instituciones financieras tienen todas las mediciones económicas y que se dice que China estaría superando a EE.UU., con respecto al PIB medido en precios de mercado etc. (Ver la Nueva Ruta de la Seda como programa de China); los aspectos estratégicos militares y que pareciera la confrontación entre las potencias que fue impulsada más por el presidente Donald Trump; y que al parecer la política exterior del nuevo presidente Joe Biden será menos confrontativa con China. Además, a nivel militar Rusia siempre juega un papel fundamental; ya que su potencial de armamento moderno y sus grandes recursos económicos su influencia mundial es indiscutible; en realidad nos encontramos antes estas tres potencias mundiales en todos los ámbitos; siendo necesario estar analizando y monitoreando constantemente.

Lo que rescato de toda esta pandemia y crisis sanitaria; es que los Gobiernos tuvieron como “imperativo” el deber y exigencia de resolver y emitir inmediatas soluciones a la ciudadanía; realizando los cambios internos, reformas de leyes y del aparato estatal. Las organizaciones regionales y mundiales como la Organización de las Naciones Unidas, los Tratados Internacionales, las transnacionales deben articular y coordinar los consensos necesarios y se dé una real cooperación y solidaridad mutua; solo así en conjunto y equipo podemos sacar adelante la tarea y hacerle frente a estos retos y desafíos impuestos por esta pandemia mundial. El planeta es de todos; es como nuestra propia casa; debemos cuidarlo, luchar contra el cambio climático y un medio ambiente equilibrado; el crecimiento del empleo para las mayorías, el control del gasto público, realizar las mejores inversiones en obras públicas, el apoyo a los ciudadanos más vulnerables; el impulso al acceso tecnológico y digital, la educación online, la cultura y la seguridad en general, la mayor productividad de las empresas.

Se imponen grandes transformaciones geopolíticas y económicas; que conforman lo que se denomina el “nuevo orden mundial” acelerado por la pandemia del covid-19; esto incide en todos los países; y nosotros en Costa Rica, así como el resto de América Latina debemos jugar un papel protagonista y no de simples espectadores de los grandes cambios de paradigmas ante estos fenómenos; que a veces nos resulta difícil comprender; pero que se debe avanzar a plantear un modelo de desarrollo de bienestar para las mayorías. Por ahora los países deben realizar el enorme trabajo y esfuerzo de “la vacunación masiva” a su población; en este año es fundamental aplicar las dosis a la mayoría; el trabajo de las empresas científicas y farmacéuticas debe ser incansable para contraatacar y evitar mayores consecuencias y evitar la propagación de este mortal virus. No deben los Gobiernos escatimar en gastar en la compra de las vacunas; es prioritario y de interés público humanitario.

Finalmente, bienvenido año 2021; saber que debemos fortalecer la fe y la esperanza de un futuro mejor; que exista más que nunca la ética y la moral en nuestras actuaciones y decisiones, lo que debe ser la constante; podemos fortalecer e impulsar la democracia social como sistema donde se puedan realizar los consensos; realizar las reformas urgentes y necesarias en todos los sectores para salir adelante; sacar el mejor provecho de las crisis y ayudar a realizar un mundo de bienestar para todos, más equitativo donde el derecho y la justicia sean una realidad y este al servicio de las personas; con conciencia de que los valores supremos vienen del discernimiento entre el bien y el mal emitidos por Dios El Eterno; este debe ser el alcance espiritual de cada persona.

Nunca debemos desfallecer en nuestras creencias de que el Ser Supremo nos protege; pese a las peores crisis que podamos vivir; en esta especie de Guerra Mundial “bacteriológica”. Sabemos que muchos han partido de este mundo, quizás antes de tiempo producto de esta nefasta pandemia; pero nuestros pensamientos y sentimientos, creencias y oraciones podrán fortalecernos de luchar por tener un mundo de bienestar para todos. Si llegó el nuevo orden mundial; debe ser para producir grandes transformaciones en el modelo de desarrollo de cada país; la globalización, las nuevas tecnologías digitales, el intercambio comercial de las exportaciones e importaciones, el turismo, la lucha por un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado; el desarrollo sostenible; a fin de lograr un Estado al servicio de la ciudadanía.

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