2017: año nuevo o cambio de calendario

Ágora*

Guido Mora
guidomoracr@gmail.com

Guido Mora

El 31 de diciembre de cada año, termina un año y se inicia un nuevo calendario, a partir del 1 de enero.

A escala universal, desde que en 1582 el papa Gregorio XIII promulgó el nuevo calendario, llamado Gregoriano por ser él su promotor, se repiten fechas, días y meses, una vez tras otra, a lo largo de cada período de 365 días: efemérides, conmemoraciones religiosas, festejos patrios, días de la madre, del padre o del niño y cuanta otra cosa haya convenido instaurar la humanidad, para recordar acontecimientos históricos, civiles o religiosos.

Cada 1 de enero se inicia una nueva cuenta y comienza a correr el tiempo, consumiendo la vida de todo lo existente en nuestro entorno.

Para la mayoría de nosotros, lamentablemente, este recuento representa sólo un cambio de calendario: es conmemorar el cierre de un conteo numérico e iniciar otro, a veces sin percatarnos del impacto que tiene esto en nuestras vidas.

Aunado a lo anterior, socialmente nos hemos acostumbrado a elaborar una lista de buenos propósitos, contemplando las buenas acciones y los cambios que procuramos acometer durante el año que inicia.
Este listado de buenos deseos termina constituyéndose, en la mayoría de los casos, en un inventario interminable de buenos propósitos sin un impacto real en nuestras vidas.

Está en nosotros decidir si al inicio de este período, de este nuevo año, sólo le “damos vuelta al almanaque”, o bien damos inicio a un Nuevo Año.

La primera opción representa seguir haciendo lo mismo, repitiendo la misma forma de vida y refrendando la rutina cotidiana ante la que sucumbimos cada día del año.

La segunda alternativa se sustenta en la posibilidad de entender que podemos hacer de cada nuevo día una experiencia diferente. Comprender que lo vivido es parte del pasado y que no podemos hacer nada por cambiarlo: ante el pasado: el aprendizaje o el perdón.

La segunda alternativa conduce a comprender también, que cada día que nos levantamos, cada momento nuevo que disfrutamos, en que interactuamos con nuestra familia, en nuestro trabajo o con nuestros amigos, constituye una página en blanco, en la que tenemos la posibilidad de inscribir, en nuestro libro de vida, acciones que nos engrandezcan como seres humanos o que nos empequeñezcan y nos pongan al lado quienes asuman comportamientos miserables e inhumanos.

Al fin y al cabo, la diferencia entre una y otra actitud, depende sólo de nosotros como seres humanos; de nuestro comportamiento. Es de resorte directo nuestro y de la posibilidad de asumir un compromiso con nosotros mismos, más que con nuestros semejantes, de poner en cada acción que acometamos, la voluntad de construir una vida mejor para nosotros y para quienes nos rodeen: los más cercanos y los no tan cercanos.

En este año 2017, les invito a que no sólo cambiemos la página del calendario, a que no sólo iniciemos un nuevo año, sino que nos pongamos como meta, que cada acción que emprendamos, la acometamos con determinación, de buena voluntad y asegurándonos que estas acciones tengan una repercusión positiva en nuestra familia y en nuestro trabajo; en el entorno que en que nos desenvolvemos cada día, como seres humanos.

Les deseo mis amigos de Cambio Político y de Facebook un FELIZ Y PRÓSPERO AÑO NUEVO.

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* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.

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