Ágora*
La elección de Directorio Legisltivo
Guido Mora
guidomoracr@gmail.com
Se impone esta semana, realizar un comentario sobre la elección del Directorio de la Asamblea Legislativa, realizado el pasado 1 de mayo.
Comenzando de lo más liviano a lo sustantivo debemos señalar lo siguiente:
I- En relación con el Frente Amplio, para todos los efectos los representantes de este partido político no fueron sino un espectador inocuo en el proceso. Decir más sería abundar en conceptos que no tiene mucho sentido expresar.
II- El Partido Acción Ciudadana, se constituyó en otro de los participantes anodinos. A don Ottón Solís lo vemos como un padre que descuidó a su hijo al nacer. Lo deja al cuidado de terceros y se ausenta por varios años. Cuando regresa lo encuentra comportándose como un muchacho malcriado, que desea hacer lo que quiere, sin respeto a autoridad alguna. Don Ottón para intentar acallar sus fueros, procede como Kronos, el mitológico dios greco-romano, que decide matar a sus hijos, comiéndoselos. En lugar de dar la lucha con aliados que lo respalden para “educar al Partido”, hace lo posible por eliminar los arrestos que se presentan en la vida política partidaria de esta agrupación. Esperemos ver si los dioses bajan del Olympo y logran comprender la lógica humana del poder, ya que ante la transformación de otros partidos al conservadurismo, Costa Rica va a necesitar a un PAC fortalecido en el nuevo escenario político multipartidista que se construye en la actualidad.
III- En relación con el Partido Liberación Nacional quiero señalar lo siguiente:
Acto primero: De lo sublime a lo ridículo: la definición de la candidatura a la Presidencia Legislativa entre don Juan Luis Jiménez Succar y doña Sandra Piszk. Como ni el Directorio Político, ni el llamado solitario del Secretario General o la participación de los líderes históricos lograron influir, organizar o poner de acuerdo a los diputados, la participación de un operador político externo resolvió la situación.
La intervención “del verdadero jefe” de la Fracción Parlamentaria, el Alcalde Johnny Araya, doblega los ímpetus y coadyuva a inclinar la balanza a favor de Jiménez Succar.
Acto segundo: Esta intervención, que disgusta a algunos diputados y los supuestos cuestionamientos a ese legislador y anterior abogado de la Municipalidad de San José, resquebrajan el apoyo a su candidatura y surge, como se podía prever, la opción de designación de un nuevo candidato; un operador político por excelencia, que posiblemente estaba esperando tras bambalinas que las aguas se pusieran bien turbias y el río muy revuelto.
Acto tercero: Antonio Alvarez es electo candidato y posteriormente Presidente del Congreso, con los votos de sus aliados declarados y de los no declarados – la Unidad Social Cristiana-, cuyos votos, por reglamento se le suman en esta elección.
Visto desde una perspectiva ideológica, los representantes liberacionistas mostraron a los costarricenses su apego a la famosa expresión de Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios”.
Los representantes liberacionistas fueron capaces de aliarse a los grupos más conservadores, a los más reaccionarios, a los más retrógrados, a los sectores capaces de ejercer con maestría el filibusterismo parlamentario. Así lo reconoció el mismo Guevara en sus declaraciones a una radioemisora costarricense.
Al fin y al cabo, lo importante es hacerse con el poder.
No importa, entre otras cosas, la urgente necesidad que tiene Costa Rica de incrementar los ingresos fiscales, para evitar un desastre económico que perjudicaría a todos los costarricenses, particularmente a los más necesitados, o someterse a quien sabe que más compromisos con los diputados fundamentalistas religiosos, que a fuerza de un discurso populista confesional, siguen lucrando de manera inmoral con la política.
Reflexión final: Veremos si doña Marta Arauz y el Tribunal de Ética del Partido Liberación Nacional, analizan el feliz ofrecimiento de puestos, realizado por Jiménez Succar a tirios y troyanos, acción que sólo recuerda los manejos más oscuros de la política tradicional.
IV- En relación con el Partido Unidad Social Cristiana:
La actitud de los representantes del PUSC fue consecuente con el interés y las acciones impulsadas por los representantes tradicionales de esa agrupación. Sus votos se sumaron a los que emitieron los aliados del Partido Liberación Nacional, a favor de Alvarez Desanti.
Un apoyo más al bipartidismo, al que desean retornar representantes de la Costa Rica del pasado, para seguir repartiéndose el poder, los puestos y de repente, hasta los negocios.
Como corolario cabe mencionar que a nivel cantonal, en el marco de los Gobiernos Locales, la Unidad Social Cristiana prácticamente iguala las presidencias municipales con las del Partido Liberación Nacional.
Esto hace que hasta los hermanos separados de la Unidad, los del Partido Republicano Social Cristiano, se vean tentados a buscar una alianza para las elecciones nacionales del 2018. En este proceso, de repente don Rodolfo Piza sea el que más se beneficie.
V- De los filibusteros parlamentarios y los fundamentalistas religiosos:
De momento, los grandes vencedores son las minorías. Al fin y al cabo un grupo pequeño de personas lograron hincar al resto de los diputados –y a todos los costarricenses-. Los diputados fundamentalistas religiosos y el nefasto Otto Guevara y su combo, se asoman como triunfadores en este proceso.
Esperemos que con el tiempo y como resultado de esta alianza, la Asamblea Legislativa no nos de sorpresas ante la tramitación de proyectos de Ley que todos los costarricenses estamos claros que deben ser aprobados y a los que sólo los representantes de esta alianza entre fundamentalistas y populistas de derecha, se oponen.
* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.