Desde La Mina 2.0
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr
Desde hace días converso con mucha gente sobre el tema de pensiones, salarios y atención médica. Conversamos sobre los cimientos de nuestra democracia: la seguridad social, y concordamos que es parte de lo que nos hace ser felices sumado a no tener ejército y a los bosques.
Todos concordamos que la Caja es la institución que garantiza la seguridad social.
Cuando pregunto sobre lo que pagamos a la Caja o lo que pagamos en impuestos salen relucir los salarios y las pensiones en general y la siguiente pregunta: ¿cuánto de lo que yo pago va para pensiones de gente que no cotizó para la pensión que recibe y cuánto de lo que yo pago contribuye a salarios desproporcionados?
Para la gente no es muy claro de dónde vienen las pensiones, no entienden de los diferentes regímenes, la gente siente que todo viene de la Caja, y cuando leen sobre las pensiones de lujo no hacen diferencias. Tampoco es claro el tema de dedicación exclusiva, ni la prohibición ni la antigüedad, solo ven que algunos ganan mucho y otros ganan poco.
Pasados los comentarios anteriores, inmediatamente salen a relucir que entre usted más contribuye con sus impuestos menos utiliza la seguridad social. Más pago menos uso.
Y cuando dice que eso es parte de vivir en sociedad, que eso es ser solidario con la sociedad en la que vive, casi todos con los que he conversado están de acuerdo, y empiezan a salir los peros…
Soy solidario, pero no puedo aceptar que casi 2/3 de las pensiones de alguna gente vengan de los impuestos que todos pagamos.
Soy solidario, pero no puedo aceptar que para que un médico vea a una persona enferma esta tenga que hacer fila desde las 4 am o que para una operación haya que esperar dos o más años (y por supuesto “yo conozco a fulanito que lo atendieron rapidísimo porque es hijo o amigo de…”).
Soy solidario, pero es más barato comprar un seguro médico privado que lo que pago a la Caja por la parte médica y me aseguran atención cuando la requiero.
Soy solidario, pero no puedo aceptar que un funcionario público devengue salarios de 10 mil o más dólares mientras otros no ganan ni 300, simplemente está desproporcionado.
Soy solidario, pero me duele ver que cuando voy a un servicio público quien me atiende siente que me está haciendo un favor y no dándome un servicio.
Los peros fueron montones de montones, pero todos creen en la solidaridad.
Y yo en mi casa en La Mina, en Santa Ana, también digo: soy solidario, pero….