Retroceso histórico

…Y usted ¿Qué opina?

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Costa Rica es un país sin ejército que le declaró la paz al mundo. Eso es lo que somos y lo que debemos seguir siendo, como un ejemplo para la Humanidad.

La invasión militar de Rusia a Ucrania significa un enorme retroceso histórico y es una guerra en que no habrá ganadores. Muchos serán víctimas directas en el terreno directo de la guerra y todos seremos grandes perdedores.

El Sistema de las Naciones Unidas, contra viento y marea, logró sobrevivir y desarrollar una cultura de paz y esperanza para la Humanidad, más allá de los intereses hegemónicos de las grandes potencias y de las diferencias ideológicas que dieron origen a la Guerra Fría, desde fines de la II Guerra Mundial hasta la caída del Muro de Berlín, con sus censurables guerras de dominación militar y definición de áreas políticas de influencia verticalizadas.

Ese espíritu y esa esperanza no deben perderse jamás.

Costa Rica, en el marco de la Proclama de Neutralidad en los Conflicto Bélicos del Presidente Luis Alberto Monge, debería abogar, como lo están haciendo otros países, por el cese inmediato de los hostilidades y por una Conferencia de Paz al más alto nivel de las partes en conflicto, respaldada por el Consejo de Seguridad de la ONU, para lograr un agravamiento mayor de la guerra y una solución integral, confiable en el tiempo y que establezca una paz duradera y equilibrada entre el este y el oeste de Europa.

Ucrania y su pueblo tienen el derecho absoluto a la autodeterminación democrática como país soberano e independiente. También lo es el derecho al desarrollo en paz y sin interferencias extranjeras, de su potencial humano y a la explotación racional de su patrimonio, que incluye algunas de las reservas minerales más grandes del mundo y tierras agrícolas que son el granero de Europa, así como una sólida tradición histórica, religiosa y cultural que hacen de Kiev una de las ciudades más hermosas del mundo, al lado del río Dniéper.

También, y como modelo de paz, es cierto que objetiva y realistamente, en el contexto histórico de esta crisis, hay modelos de convivencia pacífica y equilibrada de Rusia con sus vecinos fronterizos, como es el caso de Finlandia. Sus diferencias y confrontaciones, incluso militares, se remontan a la época de los Zares y la extinta Unión Soviética. Sin embargo, Finlandia es hoy un país neutral y uno de los países con más alto nivel de vida, crecimiento económico y las más sólidas instituciones sociales de Europa. Es un ejemplo mundial.

En contraste con esta guerra, el mundo objetivamente camina hacia la multipolaridad y hacia una mayor interrelación entre los pueblos, para el disfrute en paz de los enormes avances científicos y tecnológicos de nuestro tiempo, en beneficio del bien vivir de la humanidad y en el marco de las reglas universales del Derecho Internacional y el Sistema de las Naciones Unidas.

Este debería ser el camino.

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