Roberto Dobles
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Lo anterior lo resume muy bien un reciente estudio del Ministerio de Hacienda, titulado “Costa Rica: Efectos de la Política Fiscal en la Actividad Económica”, de diciembre del 2018, el cual señala lo siguiente:
- “Se considera que la Política Fiscal (PF) constituye una herramienta de política económica, con la que se estimula o no la producción de bienes y servicios, por lo que la implementación de medidas que afecten los ingresos y gastos, influyen sobre las principales variables macroeconómicas, como el nivel de producción, empleo, precios, tasas de interés y tipo de cambio”.
- “Se considera que el objetivo principal de la PF debe ser el de estimular el crecimiento económico y el pleno empleo”.
Desgraciadamente, y a vista y paciencia de todos los actores económicos, sociales y políticos del país, la política fiscal adoptada en los últimos años ha sido totalmente desacertada, la cual, como lo señala también el anterior estudio del Ministerio de Hacienda, ha causado “los recurrentes déficits y el alto crecimiento de la deuda soberana”.
La situación fiscal actual nos afecta a todos, razón por la cual se hace necesario rescatar las finanzas públicas, las cuales van en una ruta que hará colapsar a la economía nacional.
Como consecuencia de la nefasta política fiscal que se ha seguido, las finanzas públicas ya venían en un rápido y peligroso deterioro antes de la crisis sanitaria del Covid-19 y con esta crisis la situación está fuera de control.
El estado de las finanzas públicas en los años recientes se puede resumir de la siguiente manera:
- En el 2014 el déficit fiscal fue del 5,61% y en el 2019 fue del 6,96% (a pesar del gran aumento en los impuestos que entró en vigencia en el 2019). Este déficit fue el peor en los últimos 40 años y se estima que en el 2020 podría llegar al 10%, lo cual sería catastrófico.
- En el 2014 la relación de la deuda del sector público con respecto al PIB fue del 38.5% y en el 2019 fue del 58,5%. Se estima que en el 2020 será del 70,2%, lo cual es muy serio.
Se está dando un rápido deterioro de las finanzas públicas que va terminar empobreciendo fuertemente al país.
La situación de la economía nacional se ha venido deteriorando rápidamente también, como lo muestran los siguientes datos básicos:
- Crecimiento económico. El crecimiento económico del país fue del 3,5% en el 2014 y del 2,1% en el 2019. Si en el 2014 el crecimiento ya era raquítico y no lograba satisfacer las necesidades económicas y sociales del país, en el 2019 fue aún más raquítico. Los últimos datos del Banco Central muestran que, a junio del 2020, la variación interanual de la actividad económica (de cada mes con respecto al año anterior) se ubicó en -7,4%. Esta caída estrepitosa de la actividad económica nacional es la mayor ocurrida en el país desde que se comenzó a calcular el IMAE (Índice Mensual de la Actividad Económica). Es también la mayor contracción económica registrada desde que ocurrió la severa crisis en el Gobierno del Presidente Carazo hace 40 años.
- Alto desempleo. En el 2014, la tasa de desempleo fue del 9,6% y en el 2019 del 11,8%, la cual se consideraba sumamente elevada. Pero los datos más recientes del INEC muestran que la tasa de desempleo ya ha llegado al 24% en el segundo trimestre del 2020 y se estima que al final del 2020 el desempleo sería aún mayor.
- Subempleo. Los datos del INEC para ese mismo período del 2020 indican que la tasa de subempleo aumentó en 10,3% para llegar al 20,5%.
- Empleo informal. Los datos del INEC, correspondientes al primer trimestre de 2020, muestran que el porcentaje de la población ocupada con empleo informal fue de 47,1%, lo cual es sumamente preocupante, ya que esta población no tiene ingresos suficientes y ni ninguna seguridad, incluyendo la segundad social y el seguro de riesgos del trabajo. Casi la mitad de la población trabaja en un empleo informal.
El déficit de infraestructura (vial, de salud, de educación y de vivienda) y de los cuerpos de policía sigue creciendo y la insuficiente infraestructura existente sigue deteriorándose.
Y así podemos citar muchos otros indicadores económicos, sociales y ambientales (contaminación) que continúan deteriorándose y ninguno es halagador.
Las empresas calificadoras de riesgo (Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s) han venido rebajando las calificaciones de riesgo de Costa Rica debido a los altos y crecientes riesgos económicos y fiscales.
Todo lo anterior muestra claramente que la crisis del Covid-19 a inicios de este año tomó al país en una severa crisis de creciente déficit fiscal y endeudamiento público y en una crisis económica y social con el PIB decreciendo rápidamente y el desempleo aumentando significativamente.
Lo que ha hecho la crisis del Covid-19 (sanitaria, económica y social) es agravar y profundizar aún más las tendencias que ya teníamos antes y los problemas que ya venía teniendo el país, así como los altos y crecientes niveles de desigualdad y de pobreza.
Es evidente que con el grave deterioro que está teniendo el país en todos los campos, no se puede aspirar a regresar a los raquíticos niveles de crecimiento económico que teníamos antes de la crisis y que sabemos que no van a proporcionar los niveles de bienestar social y económico que el país necesita.
Es más, con los niveles de deterioro económico, social y ambiental que tenemos y con la poca creatividad de buscar soluciones post Covid-19 más amplias y más diversas, es posible que ni se consigan los raquíticos niveles de crecimiento que teníamos.
Prácticamente lo único que se escucha de las autoridades es buscar imponer más impuestos y más endeudamiento público con la misma estructura económica, más golpeada y deteriorada de ahora, que no ha sido capaz de satisfacer las crecientes necesidades económicas, sociales y fiscales del país.
La evidencia en el mundo muestra que los países con gastos crecientes deficitarios financiados con deuda generan efectos negativos para el bienestar nacional.
Y todo apunta a que vamos a seguir con la misma política fiscal errónea, pero ahora con mayor intensidad, a pesar de que todo el mundo sabe que un país no se desarrolla a punta de impuestos y de endeudamiento público crecientes. Todo esto agravará aún más la situación en el futuro.
Esta nefasta espiral de deterioro económico y social es la que hay que parar y no se va lograr haciendo más de lo mismo, que es casualmente lo que se ha venido haciendo en el país.
Para lograr rescatar la situación crítica fiscal, que está en continuo deterioro, es fundamental lograr un crecimiento económico superior generando soluciones de reactivación económica más amplias, más diversas y más agresivas que complementen a los sectores existentes.
Es necesario promover y desarrollar nuevos sectores de actividad económica de alta competitividad y alta generación de recursos fiscales y empleo, junto con acciones valientes de saneamiento de las finanzas públicas.
Una parte de estos nuevos sectores están relacionados con el desarrollo de la gran riqueza nacional que se encuentra en los recursos naturales que tiene el país en su subsuelo y en las áreas marinas (particularmente en el Océano Pacífico).
Los siguientes recursos naturales forman parte de la vasta riqueza nacional (grandes cantidades de recursos fiscales, divisas, competitividad, crecimiento económico, empleo, etc.) que ha sido abandonada por las autoridades:
- Recursos energéticos, como el gas natural. Según los expertos internacionales, este recurso genera una gran riqueza en la superficie (incluyendo una enorme cantidad de recursos fiscales y de divisas) y se va a convertir en la principal fuente de energía del mundo en el futuro cuando desplace al petróleo, el cual va a pasar al segundo lugar.
El país tiene un territorio marino de gran potencial económico, social y fiscal que ha estado abandonado por años, el cual es 11 veces más grande que el territorio terrestre. Este territorio marino tiene una de las mayores concentraciones de atún y de otras especies marinas de la región.
Pero aquí se prefiere enfocarse en más impuestos y más deuda pública que han venido hundiendo al país y simultáneamente dejar abandonadas estas vastas fuentes de riqueza nacional (junto con sus recursos fiscales, divisas y fuentes de empleo bien remunerado).
Se busca imponer cada vez más impuestos sobre una estructura económica insuficiente que la evidencia muestra que no ha sido capaz de generar el crecimiento económico que se requiere para poder satisfacer las apremiantes necesidades económicas y sociales del país.
No es así cómo se van a rescatar las finanzas públicas y el bienestar económico y social.
Y lo peor es que mientras las autoridades abandonan las fuentes de riqueza nacional que se encuentran en el subsuelo y en el territorio marino, se permite, por acción y por omisión, que gran parte de esta riqueza sea saqueada ilegalmente.
Este saqueo no solamente no genera ningún beneficio, sino que más bien genera grandes daños y perjuicios económicos, sociales, fiscales y ambientales para el país, tal como está ocurriendo actualmente con el saqueo brutal que se está haciendo del oro, la plata y el atún.