Redes sociales donde algunos fomentan los insultos y el odio

Desde mi perspectiva

José Francisco Bolaños Arquín

José Francisco Bolaños

Las redes sociales son un excelente medio de comunicación y de intercambio de información, donde interactúan personas de todas las edades, condición social y nivel educativo.

El próximo 1 de abril, se escogerá en una segunda ronda al nuevo Presidente de Costa Rica, quién regirá los destinos de nuestra patria por los próximos cuatro años a partir del 8 de mayo. Los costarricenses debemos sentirnos orgullosos de vivir en un país soberano y democrático que ejercerá por medio del voto, al ganador entre Fabricio Alvarado del Partido Restauración Nacional y Carlos Alvarado del Partido Acción Ciudadana.

Una campaña que se ha centrado en gran medida, principalmente en las redes sociales, se hable temas religiosos y la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la población LGTBI. Si bien es cierto son temas importantes, no es mi interés abordarlos en este artículo.

Muchos de los usuarios de las redes sociales somos testigo de cómo son utilizados para denigrar, insultar y hasta generar el odio; algunos confunden la libertad de expresión para ofender en forma irresponsable, con fuertes insultos y sin importarles que están afectando la dignidad de las personas; utilizan afirmaciones carentes de fundamento y de pruebas, demostrando mala fe o ignorancia e inclusive utilizando perfiles falsos, amparados en el anonimato al poner lo que se les ocurra. La saturación de este tipo mensajes son abundantes, que demuestran el poco nivel educativo, con pésima redacción y faltas de ortografía.

Nos encontramos ante un proceso electoral donde está en juego el futuro de Costa Rica. Sin embargo, se ha dejado la discusión y el análisis de los verdaderos problemas que está enfrentando nuestro país y que el próximo Gobierno está en la obligación de buscar la mejor solución, para lograr un mayor desarrollo económico político y social.

Son pocos los comentarios en redes que se relacionan con el creciente déficit fiscal del 6.2%, al igual que la deuda del 49.5%, la baja calificación por parte de los organismos internacionales que afectan nuestra imagen y pueden alejar la inversión extranjera directa y tener que colocar bonos a un mayor interés, la urgente y necesaria inversión en infraestructura, la modernización del transporte público, la puesta en marcha de un tren eléctrico urbano y moderno de pasajeros, la sectorización, la necesaria reestructuración y modernización del Estado costarricense, buscar una solución definitiva a las pensiones de lujo, el fortalecimiento de la Caja Costarricense del Seguro Social y sobre todo del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte, la generación de empleo, la disminución de la pobreza, el mejoramiento de la educación en las escuelas y colegios y la educación técnica para brindar el personal que requieren las empresas establecidas y fomentar el emprendedurismo creador de empleo y riqueza, la lucha permanente contra el fraude, la corrupción, la inseguridad ciudadana y el narcotráfico que van en aumento, medidas efectiva y drásticas contra la evasión fiscal que de acuerdo con el Ministerio de Hacienda es del 8.2%, el contrabando del 2% y las transferencias el 5% del PIB, para nombrar algunos de los múltiples obstáculos por los que atraviesa nuestra país, que impiden un mayor desarrollo y que podrían ayudar significativamente a disminuir el déficit fiscal a niveles controlables.

Todavía estamos a tiempo, para demostrarle al mundo que somos un país muy especial, que debemos cuidar entre todos y así ser más prósperos y más equitativos.

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