Desde La Mina 2.0
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr
Perdón por iniciar con mi imperfecto latín (da veniam imperfectus Latine—gracias google), empecé con un latinazo porque no encontré otra forma de expresarlo mejor: ¡putas motos!
En los últimos días de cada 3 choques que veo en 2 están involucradas motos.
Por la izquierda, por la derecha, por delante, por atrás. Rozando el espejo, apeándose el espejo, rayando puertas, golpeando guardabarros…y por supuesto dándose a la fuga.
En doble raya amarilla, en curva, en puentes, por la acera, brincándose altos, pasándose los CEDA, brincándose los peajes….sin respetar la ley.
Sin casco, sin material reflectante, con niños, sin mufla, sin luces, sin placas….
Si usted protesta, además de insultos y el repetido: “ando trabajando” (que parece ser una licencia 007…), algunos sacan varillas de construcción o bates, y he visto a algunos valientes quebrarle el espejo a conductoras…
¿Y la policía? Desde viéndolas pasar, hasta conversando con su amigazo que tiene moto, que no cumple la ley y todo como si nada, o sea ¿la policía? Bien, gracias.
Y ahora el COSEVI saca una publicidad que en dos platos dice:
“hay campo para todos, maneje centrado, deje que las motos hagan lo que les da la gana…”
En lugar de decir:
“las motos son vehículos, deben cumplir la ley como todos”
Todo parece indicar que al igual que los piratas, las motos se salieron de control, con la diferencia que la cantidad de accidentes mortales y peor aún, de incapacidades permanentes, va en aumento exponencialmente. Y pagadas por todos nosotros.
No quiero ver en mi país las imágenes que tengo grabadas de algunos países africanos o asiáticos, en los que el ruido, el humo y las imprudencias que producen las motos hacen las ciudades invivibles, ¿o ya llegamos a eso?
El Gobierno no le está poniendo la debida atención al tema, debería al menos permitir solo la entrada de motos eléctricas o de motores eficientes con emisiones mínimas y no permitir que circulen por carreteras de velocidad o de peaje.
Algo se tiene que hacer y desde mi casa, en La Mina, en Santa Ana, estoy pendiente de las medidas que se tomen.
Yo ya me cansé de que me insulten, me tiren cuechas, me paten el carro, me matoneen cuando son dos, PORQUE LES PITE PARA NO ATROPELLARLOS.
Ahora no pito y si los atropello SALADOS.