Impactos nefastos que el populismo energético nacional le ha provocado al país (II)
Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com
Los datos oficiales sobre la evolución del sector energético muestran que la cruda realidad ha sido totalmente diferente a lo que se proponía lograr.
Entre otros aspectos, esta realidad muestra lo siguiente:
- No solamente no se dio ninguna transición energética, sino que ocurrió una transición energética a la inversa, ya que se ha venido dando una creciente sustitución de las fuentes renovables nacionales de energía por los caros derivados de petróleo importados, lo cual es una especie de transición energética al revés de lo que se requiere.
- No se aprovecharon las capacidades energéticas del país en energías renovables de bajo costo.
- No se incorporaron más energías limpias en nuestra matriz energética para reducir el uso de combustibles fósiles, el cual más bien creció.
- No se diversificó la matriz energética con nuevas y mejores fuentes de energía.
Adicionalmente a lo analizado en la columna anterior, las propuestas y los planes populistas también prometían, entre muchos otros aspectos, energía asequible y competitividad de los precios nacionales de la energía.
A pesar de estas promesas, los precios de la energía más bien siguieron aumentado y la competitividad energética continuó deteriorándose todavía más.
Varios factores incidieron en este deterioro. Uno de ellos fue la continuación de la práctica de fijación de los precios de la energía con base en el “principio de servicio al costo”, el cual se ha convertido en la práctica en el “principio del servicio a cualquier costo”.
Este ha sido uno de los factores que ha venido aumentando continuamente los precios de la energía y, consecuentemente, deteriorando la competitividad energética nacional con respecto a otros países que avanzan hacia mejores niveles de competitividad energética con otros mecanismos de fijación de precios que son mucho más eficaces.
Con el “principio del servicio al costo”, prácticamente todos los costos se le suman al costo total, el cual se traslada luego a los precios de la energía, junto con las ineficiencias y los sobrecostos de los proyectos de inversión, operacionales, financieros y administrativos de las empresas del sector.
Este modelo de fijación de precios “infla” así continuamente los precios nacionales de la energía con respecto a los que se dan en los países con los que competimos en el comercio internacional y en la atracción de la inversión externa directa.
Esta metodología de fijación de los precios nacionales de la energía genera una situación donde se sobredimensionan los gastos y las inversiones.
Sobre el “principio del servicio al costo” en el subsector eléctrico, un estudio titulado “El sector eléctrico en Costa Rica”, elaborado por la Academia de Centroamérica, señaló también lo siguiente:
- “El problema fundamental con la regulación de servicio al costo o tasa de retorno es que no induce a la empresa a comportarse apropiadamente en términos de reducir costos y proveer el servicio adecuado”.
- “Si la regulación de las tarifas se rige por el principio de servicio al costo, se convierte en un mecanismo para transferir a los consumidores el riesgo resultante de los errores de la empresa, derivados de desacertadas decisiones de inversión, errores en el planeamiento y eventos no previstos”.
Las propuestas populistas tampoco incorporan en el país las tendencias mundiales, como la tendencia de creciente competencia entre las diferentes fuentes de energía (tradicionales y emergentes) para bajar los costos y para acelerar la transición energética mediante una diversificación energética progresiva.
Mientras que en Costa Rica no se prevén avances relevantes en materia de diversificación del abastecimiento energético, los estudios internacionales prevén que la matriz energética para el 2040 será la más diversificada jamás vista.
Esta creciente diversificación energética mundial está siendo impulsada por el aumento de la competencia entre las diferentes fuentes de energía, la cual está siendo inducida a su vez por los abundantes suministros de energía que se están creando y por las continuas mejoras en la eficiencia energética.
El “principio del servicio al costo” (“a cualquier costo”), junto con las políticas y los planes populistas, restringen e impiden la introducción oportuna en el país de las nuevas fuentes de energía de bajo costo que a su vez son líderes mundiales de la transición energética.
Entre las principales fuentes de energía que están bajando los costos en el mundo y que están acelerando la transición energética mundial se encuentran la energía solar (para generar electricidad) y el gas natural.
Como parte del populismo, en el país se obstaculiza el desarrollo de las fuentes de energía de bajo costo (como la energía solar) y se prohíbe (por decreto) otras fuentes de energía, igualmente de bajo costo, que son líderes en la transición energética mundial (como el gas natural).
No contentos con la prohibición del gas natural por decreto, el Gobierno y un grupo de diputados promueven un proyecto de ley para adicionalmente prohibirlo mediante una ley.