Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
Seguimos con esta segunda entrega de los pensamientos y reflexiones del Caudillo José Figueres Ferrer. Sus escritos y visión lo caracterizan como uno de los personajes más influyentes de nuestro país. A 26 años de su desaparición física conmemoramos y recordamos a don Pepe con sus mejores aportes para Costa Rica, y de paso en celebración del Día del Padre; don Pepe es como el papá de Costa Rica. Les envío salud y bendiciones a todos mis colegas papás.
-Yo juro que algún día, sea mañana, sea dentro de meses o de años, al levantarse el sol sobre el oriente patrio volverá a alumbrar, para regocijo nuestro y para aliento de las demás naciones, el espectáculo grandioso de la Segunda República de Costa Rica.
-La posición moral que Costa Rica ocupa, como país de libertades, de respeto a la dignidad humana, de gobierno representativo, no debe perderse jamás. Para preservar esta posición se necesita el concurso diario de todos; ya seamos funcionarios o ciudadanos privados. Somos un país pequeño, y esa posición moral es nuestra única riqueza.
-La humanidad avanza de noche y a tientas, mientras la luz solo alumbra el camino ya pasado.
-Que ningún gobierno de la revolución ansíe quedarse en el poder sin la formalidad de un honesto mandato popular. Que quienes hemos alcanzado el gobierno con las armas, estemos siempre dispuestos a dejárnoslo quitar con los votos. Las revoluciones, si son positivas, se reafirman en la oposición.
-Entiendo por libertad todas las normas tendientes a elevar la dignidad del hombre. Esta necesidad no se discute; se siente, o no se siente.
-Propongámonos, pueblos americanos, llevar una vida de alta calidad con un ingreso económico modesto. No seamos como los simios. No imitemos a las sociedades ricas de hoy, que a veces se sienten más frustradas cuanto más logran producir.
-El peón es el intérprete sin diccionario entre la tierra y el hombre; entre misterio y misterio.
-Una intervención sana, ejercida por organismos internacionales genuinamente democráticos y de criterio definido, es más jurídica y más humana que la indiferencia ante el incendio de la casa del vecino, o que la complicidad de las naciones que dan respaldo moral a los regímenes despóticos.
-Los pueblos pobres son los corderillos en el altar de la libre competencia.
-Socialismo es la aspiración hacia un orden económico en que cada cual da el máximo de sus capacidades en la producción organizada de menesteres, a cambio de normas de vida tan elevadas como permitirán la riqueza acumulada y el producto cotidiano del trabajo general.
-El ejercicio del gobierno suele consistir en una continua selección del menor de varios males.
-No habrá manera de desarrollarnos y salir de la pobreza mientras los pocos negocios grandes de nuestro medio se entreguen a las economías foráneas y nosotros nos quedemos con sólo negocios de pobre, mientras en vez de ser propietarios de nuestro propio país nos convirtamos en un ejército de empleados del exterior.
-Las armas dan la victoria, sólo las leyes pueden dar libertad.
-La Social Democracia no es una fórmula simple, como las dictaduras. Es difícil de entender, porque contiene conceptos éticos. Es una actitud humanista. Su objetivo es procurar que se satisfagan, con el trabajo de todos, las necesidades de todos, en comida y techo, ropa y trabajo, educación y salud; y paz social. Todo sin sacrificar la libertad.
-Para se independiente hay que ser competente.
-Toda mejora en nuestro país debe comenzar en las aulas. Y si por alguien peleamos en especial –en nuestra lucha por la cultura nacional- fue por los niños de los trabajadores a los cuales debemos educar en la escuela democrática, de verdadera justicia social, exenta de toda demagogia comunizante.
-La distancia geográfica entre las oficinas técnicas y los tugurios puede ser de un kilómetro, pero la distancia humana es de mil kilómetros.
-Los centroamericanos debemos adquirir esa visión de largo plazo, esa idea permanencia. Nos falta madurez espiritual. Como pueblos adolescentes, creemos todavía que veinte años son un período muy largo en la vida nacional. Somos agricultores, acostumbrados a esperar; sabemos que la naturaleza no da saltos; aguardamos las lluvias a su tiempo; y las cosechas al año siguiente; pero la siembra que se hace a una generación vista, nos parece un cultivo demasiado lento.
-Es inconveniente y hasta irrealizable, que un hombre o una nación determine lo que es mejor para toda la humanidad.
-La libertad es un sentimiento; es el gozo del corazón cuando rigen en la vida los dictados preclaros de la mente; cual la salud, no se aprecia hasta que se ha perdido; cual la belleza, se aprecia más cuanto mejor se la conoce.
-Los errores de la inexperiencia deben corregirse; los bríos espirituales, renovarse; los aciertos duplicarse. Esto requiere tanto la madurez de las gentes adultas como el empuje renovador de los jóvenes estudiosos.
-Debiera establecerse como principio universal que, cuando un número de pueblos comercian entre sí, probando su recíproca dependencia, todos tienen derecho a igual compensación por su trabajo y por sus recursos naturales.
-Para que la pobreza y el desperdicio de capacidades no se transmitan de generación en generación, la Social Democracia procura hacer todo esfuerzo por ofrecer a la juventud igualdad de oportunidades.
-El cooperativismo es una respuesta democrática a los retos económicos y sociales de los varios sistemas que están en pugna hoy. Es una síntesis de lo mejor de cada sistema.
-Una cultura que gira alrededor del término dignidad, podría dar sal y color y nuevas metas y tal vez alas, a una civilización que está en peligro de llegar en su marcha ascendente al Altiplano de la Abundancia sin saber volar.
-Los hombres sin organización son hombres sin poder.
-Es fácil juzgar mirando hacia atrás. Si las cosas pudieran hacerse dos veces, si la historia fuera como el drama, donde cada acto se ensaya varias veces, todos seríamos mejores actores.
-Nuestro Ejército de Maestros que ha ganado la batalla por el sexto grado universal, que libra ahora la del noveno grado, debe ocupar también la vanguardia en la guerra por la nutrición nacional.
-El campesino costarricense no se sienta a llorar cuando se vuelca la carreta. Con más sabiduría que ciencia, con más diligencia que palabras, la para, la desembarreala y sigue.