Roberto Dobles
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Indiqué igualmente que estos dos países, como muchos otros, entienden bien que la producción y exportación de este recurso natural genera una enorme cantidad de recursos fiscales y no fiscales (divisas, etc.) y una mejora significativa de la competitividad nacional por su bajo costo, lo cual impulsa a su vez de manera determinante el crecimiento económico y social y la calidad de vida de sus habitantes.
Con la masiva cantidad de recursos fiscales y no fiscales y la mejora significativa de la competitividad que genera la explotación y la exportación de esta riqueza nacional, estos países usan esos recursos para invertir fuertemente en el bienestar económico y social de la población, en fortalecer y diversificar su sector productivo, en el desarrollo de una amplia y moderna infraestructura vial, de educación y de salud (incluyendo la seguridad social), en los regímenes de pensiones, en la mejora ambiental y en la generación de empleo, entre muchas otras cosas.
La visión de estos dos países ha sido el fortalecimiento del desarrollo sostenible y consideran que la producción y la exportación de gas natural nacional fortalecen fuertemente su sostenibilidad económica, social y ambiental.
Con sus políticas exitosas, estos países han venido avanzando rápidamente en varias áreas claves, incluyendo las siguientes:
- Desarrollo Humano: Noruega ocupa de nuevo la primera posición en el mundo, Israel la posición 22 y Costa Rica la posición 68.
- Desempeño Ambiental: Noruega ocupa la posición No. 9, Israel la posición 29 y Costa Rica la posición 52.
Israel descubrió importantes yacimientos de gas natural en su plataforma marina (Mari-B, Tamar, Dalit y Leviathan, entre otros) en alianza con Noble Energy, que fue adquirida el mes pasado por Chevron. Estos yacimientos han venido desarrollándose para aportar progreso y calidad de vida a su población y para fortalecer el desarrollo económico y social del país.
Y todavía se sigue explorando para buscar más yacimientos. Como lo señala un reciente artículo titulado “Gas natural en Israel”, “los grandes descubrimientos de gas natural hasta la fecha han confirmado que la cuenca del Levante del Mediterráneo Oriental contiene cantidades significativas de gas natural y, potencialmente, petróleo crudo. En consecuencia, la exploración adicional de petróleo y gas en la costa de Israel continúa”.
Con el fin de fortalecer el desarrollo y las exportaciones de gas natural para apoyar el crecimiento económico y social y la mejora del bienestar de su población, este país acaba de llegar a un acuerdo el mes pasado con los países europeos para la construcción de un gasoducto submarino de 1.900 km de longitud que abastecería a Europa con gas natural.
Con este acuerdo, Israel se aseguró un amplio y lucrativo mercado para exportar su gas natural, el cual ya venía exportado a varios países de la región, como Egipto y Jordania.
Antes del descubrimiento de los yacimientos de gas natural Israel era un importador neto de energía.
Un artículo titulado “Israel approves pipeline deal to sell gas to Europe”, publicado por Reuters, informó lo siguiente sobre este acuerdo:
- “Se busca completar la tubería de 6 mil millones de euros (US$ 6,86 mil millones) para el 2025 para ayudar a Europa a diversificar sus recursos energéticos”.
- “El gasoducto está planificado para transportar inicialmente 10 mil millones de metros cúbicos de gas natural al año con la posibilidad de eventualmente duplicar la capacidad”.
La construcción de este gasoducto es elemento importante de la estrategia económica, social, fiscal y energética de Israel.
Como lo ha señalado el ministro israelí de Energía, Yuval Steinitz, la ratificación gubernamental para desarrollar el gasoducto de Israel a Europa, mediante una alianza público privada, es “otro hito en nuestra campaña para convertir a Israel en exportador de energía, algo que traerá decenas de miles de millones para el bienestar del país y de sus ciudadanos en los próximos años”.
Al igual que Israel (con una población cercana a los 8,7 millones de habitantes), Noruega (con una población muy parecida a la de Costa Rica) es otro país pequeño que piensa en grande y es actualmente el mayor productor y exportador de gas natural de Europa.
Parte de su estrategia para apoyar la prosperidad de su población ha sido crear sosteniblemente riqueza nacional con el gas natural, de la misma manera que lo ha hecho con sus otros recursos naturales, incluyendo sus recursos petroleros y mineros.
Es muy posible que en el futuro se descubran más yacimientos con los nuevos programas de exploración que están en proceso.
Gracias en gran medida a la explotación y la exportación sostenible de los recursos naturales que se encuentran en su subsuelo, Noruega es actualmente uno de los países más ricos del mundo con uno de los niveles de vida más altos del planeta.
Cuenta con una economía muy dinámica y bastante diversificada que difunde ampliamente la prosperidad en la sociedad y es uno de los países en el mundo con más equitativos y con menos diferencias de ingresos entre su población.
Al igual que Israel, con el fin de lograr el mayor valor posible de su producción de gas natural, este país ha desarrollado una red de gasoductos submarinos que van desde sus yacimientos en el mar hasta la costa de varios países de Europa, los cuales se conectan ahí con la red de gasoductos de muchos otros países europeos.
El Gobierno de Noruega ha sido claro en señalar que “mientras el mundo necesite petróleo y gas natural, nosotros lo proveeremos” durante la transición que durará varias décadas.
Las exportaciones de gas natural de Noruega son también vitales para proveerle a Europa una alta seguridad e independencia energética de manera muy eficiente y sostenible. La longitud total de la red noruega de gasoductos es de 8.800 kilómetros.
Sobre el desarrollo de esta amplia red de gasoductos y oleoductos de Noruega, un estudio titulado “The Norwegian Oil and Gas Pipelines System” señala lo siguiente:
- “Uno de los principales objetivos de las autoridades (para desarrollar la red de gasoductos y oleoductos) fue lograr la mayor creación de valor posible a partir de la extracción de recursos gasíferos y petroleros noruegos”.
- “Los sistemas eficientes para transportar petróleo y gas natural desde los yacimientos hasta los consumidores han sido un elemento importante de los esfuerzos para lograr ese valor”.
Para obtener productos comercializables, la producción (el flujo de los pozos) de los yacimientos que están en el mar debe separarse y tratarse en instalaciones industriales de previo a ser transportados a los clientes europeos ya que esa producción contiene petróleo, gas natural y agua en varias combinaciones según las características de cada yacimiento.
La producción de los diferentes yacimientos varía bastante entre cada uno de ellos y va desde yacimientos de petróleo con bajo contenido de gas natural hasta yacimientos con un alto contenido de gas natural y yacimientos de gas natural seco o casi seco.
Con respecto al petróleo, éste se carga también directamente en buques tanqueros a través de mono boyas, una vez que ha sido tratado en las instalaciones industriales de las plataformas marinas.
Noruega e Israel, como muchos otros, son dos países pequeños que piensan en grande con el objetivo de apoyar la mejora continua de la calidad de vida de su población con un alto desempeño ambiental, altos niveles de desarrollo humano y altos niveles de competitividad energética.
El pensar en grande ha sido parte de su éxito, junto con una clara estrategia de exportación sostenible de los recursos naturales que se encuentran en su subsuelo (incluyendo su riqueza energética de alto valor), la cual implementan a través de alianzas público privadas.
Esta estrategia es complementaria a las estrategias de las otras actividades económicas nacionales, la cual potencia su desarrollo.
Mientras que todo eso ocurre en el mundo, aquí más bien las importaciones de riqueza energética, que benefician a los países que la exportan, continúan creciendo aceleradamente.
Pese al discurso populista de “no al petróleo” y “no al gas natural”, la realidad nacional es todo lo contrario. El consumo de los caros derivados de petróleo importados continúa creciendo a un ritmo superior al de las energías renovables nacionales y la participación de esta riqueza energética importada ya llega casi a representar las dos terceras partes del consumo energético nacional.
Al ser un gran importador de petróleo explorado, producido y refinado en el exterior, el país debe pagar las importantes cargas fiscales que generan la producción y la refinación de petróleo (las cuales están incluidas en los precios CIF de importación) a los países de donde se importa esa riqueza, particularmente a los EE.UU., que es de donde provienen casi todas las importaciones petroleras de nuestro país.
A pesar de la riqueza potencial de gas natural que ha sido identificada en varias zonas del país y de las crecientes importaciones de la riqueza petrolera de los EE.UU., el Gobierno impuso un bloqueo al desarrollo del potencial de gas natural nacional hasta el año 2050, a través de una moratoria establecida mediante el Decreto No. 41578-MINAE (publicado en La Gaceta No. 130 del 11 de julio de 2019).
El Colegio de Geólogos de Costa Rica ha señalado que en la realidad el decreto de moratoria se ha convertido más bien en “un rotundo ‘Sí a los hidrocarburos importados’” y que fue promulgado sin “fundamento técnico y científico”.
Como lo señalé en mi columna anterior, el Gobierno envió adicionalmente un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa (Expediente No. 20.641), sin acreditar ningún fundamento técnico y científico sólido, para prohibir el desarrollo del gas natural en el país, el cual, a pesar de todo lo anterior, ya fue aprobado con un dictamen de mayoría en la Comisión de Ambiente y está listo para ser conocido por el Plenario.
Y todo esto ocurre mientras que en el país se está dando un descalabro de la economía, donde el déficit fiscal, el endeudamiento del Estado, el desempleo y la pobreza crecen y se deterioran aceleradamente sin ninguna solución, entre muchas otras cosas.
Aún en la época pre crisis sanitaria, el crecimiento económico del país durante varios años fue raquítico, donde el déficit fiscal, el endeudamiento público y el desempleo crecían a un ritmo acelerado, a pesar de que la economía global estaba relativamente bien, particularmente en los principales países socios comerciales.
El bajo crecimiento económico del país deja claro que la estructura económica nacional existente antes de la crisis del Covid-19 no ha sido capaz de proveer un crecimiento económico satisfactorio que pueda satisfacer las crecientes necesidades económicas, sociales y fiscales nacionales.
Por lo tanto, se deben crear y desarrollar nuevas actividades económicas que se agreguen a las existentes para impulsar un crecimiento económico mayor, más robusto y más sostenido, como lo están haciendo muchos países.
Pero aquí se está haciendo lo contrario desechando importantes fuentes de riqueza nacional (como las que el país tiene en su subsuelo y en sus mares) que podrían cambiar radicalmente el desarrollo económico y social.
Se rechazan las políticas de los países exitosos que proveen continuamente progreso a su población, incluyendo las políticas de los países pequeños muy exitosos que piensan en grande, como Noruega e Israel.