¿No más inmigrantes o no más carros?

Desde La Mina 2.0

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr

Conforme el 2018 se acerca y con la impronta que ha puesto Trump, pareciera que el tema de la inmigración se está poniendo de moda, “más de moda”, y será un tema que aparecerá en la próxima campaña electoral.

Yo soy liberiano y por lo tanto descendiente de inmigrantes, los Salazar y los Solórzano eran del norte, de más allá del Sapoá, el uno de más al norte de Managua –creo- y la una de Rivas, ambos nicaragüenses. Creo que la mayoría de los liberianos de mi edad tienen ascendientes nicas.

Por el lado de mi padre, mi bisabuela Gabrielle vino de fuera también, cruzó el mar, llegó a Limón y luego para San José, casó con Nicolás y de ahí vinieron los Hernández Maire, o sea inmigrantes también.

Los únicos no migrantes serían los indígenas que siempre hayan vivido aquí, y eso de siempre también es relativo. ¿Quién asegura que estuvo aquí siempre? ¿Cuánto es siempre? ¿Quinientos años, mil años, mil quinientos años?

Un amigo estaba haciendo su tesis en Petén, quería mostrar lo útil que eran las imágenes satelitales para determinar la edad de los bosques, escogió para su demostración bosques primarios en Petén, que tenían mil años o más, oh sorpresa, había una ciudad debajo del bosque.

Al igual que los bosques, ¿quién puede decir “años” de estar aquí para ser costarricenses? Yo me siento liberiano, costarricense y centroamericano y como yo debe haber un montón de gente que se siente parecido.

¿Parar la inmigración? Suena bien a muchos, pero ¿quién hará los trabajos por los que no aplican los costarricenses en la construcción y en el campo? Y ni se diga en las casas. Yo quiero ver que dicen los cañeros, piñeros, bananeros, caficultores, los constructores y las amas de casa.

Yo cuando oigo esas posturas me pregunto en mi casa en La Mina, en Santa Ana: ¿no será mejor prohibir la importación de carros y motos que la de inmigrantes?