El caso de Costa Rica (I)
Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com
1. Síntesis de las lecciones aprendidas sobre la transición energética
Las columnas anteriores sobre la transición energética en varios países mostraron claramente que se trata de un proceso muy complejo que debe llevarse a cabo con acciones entrelazadas en el corto, mediano y largo plazo y que es intensivo en capital y en tiempo (décadas).
Este cambio estructural busca modificar progresivamente los patrones de consumo de energía de un país hacia energías más limpias y renovables. El enfoque primario está en la transformación de la composición de la demanda de energía, la cual irá induciendo un nuevo suministro energético con fuentes más limpias y renovables.
Además del aseguramiento continuo de los recursos financieros públicos y privados que se requieren durante décadas para modificar la composición de la demanda y del suministro de energía, la evidencia demuestra también que, para lograr una transición energética exitosa, se debe mantener todo el tiempo un equilibrio entre las tres dimensiones o factores críticos de éxito que constituyen el Trilema Energético:
• Asequibilidad energética: costos bajos y competitivos internacionalmente.
• Seguridad energética: confiabilidad del abastecimiento energético, baja volatilidad de los precios de la energía y alta capacidad para resistir y responder a los choques del sistema.
• Sostenibilidad ambiental: capacidad para mitigar y evitar la degradación ambiental y los impactos en el cambio climático.
Los casos analizados en otras columnas muestran las lecciones aprendidas de dos casos exitosos (Noruega y Nueva Zelanda).
Muestran también un caso (Alemania) donde un desbalance en uno de los factores del Trilema creó efectos devastadores (una severa crisis económica y social creada por un fuerte desabastecimiento energético, un retroceso importante en la transición energética y un aumento de las emisiones al ambiente al tener que recurrir de nuevo a fuentes de energía de altas emisiones como el carbón, etc.).
En Alemania, la transición energética debilitó fuertemente la dimensión de seguridad energética, la cual indujo un significativo faltante de energía, lo cual terminó afectando los otros dos factores del Trilema Energético (asequibilidad en costos y sostenibilidad ambiental), dada la fuerte interdependencia que existe entra los tres factores.
Otras delas lecciones aprendidas provienen de la última Cumbre Climática Mundial (la COP27), donde se llegó a varias conclusiones en relación con la problemática relacionada con el suministro energético, entre las cuales se encuentran las siguientes:
• Es necesario invertir tanto en el desarrollo de las nuevas fuentes de energía (renovables) como también en las tradicionales con el fin de evitar crisis energéticas y altos precios de la energía que provoquen crisis económicas y sociales y que entorpezcan o paralicen la transición energética, como la que ocurrió en el caso de Alemania, la cual persiste.
• Se debe progresar simultáneamente y de manera equilibrada en el fortalecimiento de los tres factores fundamentales de la transición energética: el acceso asequible a la energía, la seguridad energética y el logro de los objetivos climáticos.
• La transición energética debe adoptar un enfoque de portafolio en las inversiones para mantener una matriz energética equilibrada y evolutiva en el tiempo para poder abastecer la demanda y evitar choques de la oferta en el sistema energético.
• Pasarán varias décadas hasta que las energías renovables y los combustibles sintéticos (basados en energías renovables) se hayan apoderado por completo de todos los sectores de la economía.
2. La realidad energética nacional versus la creación de un espejismo y un engaño
La evidencia muestra que las lecciones aprendidas en el país con respecto a la transición energética son nulas ya que más bien se ha dado un retroceso energético y ambiental (crecientes emisiones).
Desde hace años, el populismo energético nacional ha creado planes energéticos teóricos sin ninguna capacidad de ejecutoria y sin financiamiento para llevarlos a cabo, lo cual ha creado un engaño sobre la verdadera realidad energética nacional y ha provocado un resultado totalmente contrario a lo que estos planes predicaban.
Estos planes de papel han generado así un espejismo y un engaño energético que es muy diferente a la realidad energética nacional.
Esta realidad está totalmente documentada (basada en los datos oficiales del Gobierno y de sus instituciones) y muestra que en el país ha venido ocurriendo lo contrario de lo que están haciendo los países en el mundo, como consecuencia de una política energética teórica y engañosa llena de dogmas sin sustento técnico y económico.
Los datos oficiales muestran que la política de papel del país ha venido provocando lo siguiente, lo cual es totalmente contrario a lo que se ha venido predicando:
• Un aumento constante de la carbonización de la economía.
• Una transición energética “a la inversa”, contraria a lo que se debe hacer, que ha inducido una petrolización permanente de la economía nacional, la cual llega a casi las dos terceras partes del abastecimiento energético nacional.
• Una creciente vulnerabilidad y volatilidad energética.
• Un aumento permanente de las emisiones al ambiente del sector energético, incluyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Más en detalle, la realidad nacional muestra que la política energética y los planes energéticos han venido deteriorando peligrosamente la situación energética del país por acción e inacción, incluyendo lo siguiente:
• Aumento constante de las masivas importaciones de derivados de petróleo para abastecer las necesidades energéticas nacionales.
• Aumento continuo de la dependencia nacional de los caros y volátiles derivados de petróleo importados, las cuales ya representan casi las dos terceras partes del suministro energético del país.
• Sustitución y desplazamiento de las fuentes nacionales renovables de energía por las crecientes importaciones petroleras.
• Aumento continuo de la pobreza energética nacional como consecuencia del decreciente consumo de las fuentes energéticas nacionales y el creciente consumo de energías importadas (particularmente derivados de petróleo).
Las caras y crecientes importaciones petroleras del país han sido provocadas por el aumento del faltante de energía nacional inducido por la política energética.
Lo anterior a pesar de que el país tiene un importante potencial energético muy diverso, el cual incluye las tres fuentes de energía que están impulsando la transición energética en el mundo: solar, eólica y gas natural.
• Disminución de la seguridad energética.
• Aumento continuo de la volatilidad de los precios nacionales de la energía.
• Pérdida de competitividad energética que debilita el desarrollo económico y social del país y la creación de empleo.
• Bloqueo directo e indirecto autoimpuesto de las tres fuentes de energía que están liderando la transición energética en el mundo (solar, eólica y gas natural).
• Aumento continuo de las emisiones al ambiente del sector energético (incluyendo gases de efecto invernadero que inciden en el cambio climático).
• Energía cara que afecta la asequibilidad energética.
• Excesiva volatilidad del exterior (petrolera en el caso de las no renovables y climática en el caso de las renovables).
• Nula diversificación energética. Mientras que los estudios internacionales señalan que la matriz energética mundial prevista para el 2040 será la más diversificada jamás vista, en Costa Rica más bien se está dando una peligrosa concentración.
Los derivados de petróleo importados y la hidroelectricidad representan actualmente un 80% del abastecimiento energético nacional.
Los combustibles importados (provenientes del volátil e incierto mercado petrolero internacional) representan el 64% del abastecimiento energético nacional y la hidroelectricidad el 16% (la cual proviene del agua que nos llega del exterior como resultado de los complejos sistemas climáticos mundiales).
Con respecto a la electricidad, Costa Rica se encuentra en una de las zonas del mundo más vulnerables al cambio climático y la energía hidroeléctrica representa el 16% del abastecimiento energético nacional y el 74% de la generación eléctrica del país.
Los expertos internacionales han venido alertando sobre lo siguiente desde hace años:
“Sabemos que uno de los peores impactos del cambio climático será el impacto en el agua y las sequías”.
“Se espera que el cambio climático traiga menos precipitaciones y más sequías extremas a determinadas partes del mundo, causando escasez de electricidad en los países que dependen altamente de la hidroelectricidad”.
“La generación hidroeléctrica es la fuente de energía que puede verse más directamente afectada por el cambio climático ya que es muy sensible a la cantidad, el momento y los patrones geográficos de precipitación y a la temperatura”.
“Los cambios en los patrones de lluvias y las sequías crónicas están disminuyendo los flujos de agua de los ríos y afectando los embalses, lo que lleva a una menor generación de energía en las plantas hidroeléctricas”.
“Los cambios en la escorrentía de los ríos, junto con el aumento de la evaporación en los embalses, tendrán una serie de efectos sobre la producción de energía hidroeléctrica. Estos incluyen los impactos sobre el funcionamiento del sistema, los efectos financieros y los impactos sobre otros sectores energéticos”.
• No aplicación del principio de neutralidad tecnológica. En el país no se ha mantenido el principio de neutralidad tecnológica en el desarrollo energético nacional, lo cual genera múltiples problemas.
El Estado (Gobierno, Asamblea Legislativa, etc.) no debe inclinarse, orientarse, preferir o imponer un tipo o tipos de tecnologías particulares, ya que éstas pueden quedar obsoletas o desactualizadas en el futuro como consecuencia de los continuos adelantos tecnológicos.
El Estado debe permanecer neutro en cuanto a los tipos de tecnología y el desarrollo de las mismas, porque éstas son cambiantes y en forma permanente.
A excepción de Costa Rica, en el mundo se tiene claro el principio de neutralidad tecnológica y las diversas tecnologías compiten entre sí en la transición tecnológica, donde las mejores tecnologías son las que irán surgiendo.
Sobre este tema, el BP Energy Outlook de hace un tiempo señalaba lo que está ocurriendo en el mundo: “Estamos viendo una creciente competencia entre las diferentes fuentes de energía, impulsada por los abundantes suministros de energía y las continuas mejoras en la eficiencia energética”.
• Crecientes emisiones de gases al ambiente y creciente petrolización del sector energía.
Sobre este tema, el Informe del Estado de la Nación ha señalado lo siguiente:
“La matriz energética… conlleva a crecientes emisiones de gases y altos costos en términos de calidad del aire, huella de carbono y factura petrolera, entre otros”.
“La energía, elemento clave para el desarrollo, mantenía en el 2019 la tendencia de largo plazo de creciente dependencia de los combustibles fósiles”.
3. Conclusiones
Los resultados muestran de manera contundente que en el país no hay lecciones aprendidas sobre la implementación de la necesaria transición energética.
Las únicas lecciones aprendidas que existen son sobre lo que no se debe hacer porque se han creado resultados energéticos, económicos, sociales y ambientales nefastos, como los que se han señalado.
En la siguiente columna se analizarán otros aspectos claves de los resultados nefastos que el populismo y el engaño energético han creado y que son lecciones sobre lo que no se debe hacer.