La caída de las inversiones en el sector energía y sus consecuencias

Roberto Dobles
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Roberto Dobles

Entre los muchos efectos económicos y sociales que está creando la crisis sanitaria del Covid-19 se encuentra una caída muy significativa y nunca vista anteriormente de las inversiones en el sector energía, lo cual tendrá diversas consecuencias en el futuro.

Un reciente estudio publicado por la International Energy Agency (IEA) con el título “The Covid-19 crisis is causing the biggest fall in global energy investment in history” resume la situación actual de la siguiente manera:

  • “La pandemia del Covid-19 ha puesto en marcha la mayor caída de la historia en la inversión mundial en energía, donde se espera que la inversión se desplome en todos los principales sectores este año, desde los combustibles fósiles hasta las energías renovables y la eficiencia energética”.
  • “La disminución de la inversión energética, nunca vista en el pasado, es asombrosa, tanto en su escala como en su rapidez, lo cual tiene serias implicaciones potenciales en la seguridad energética y en la transición hacia energías más limpias”.
  • “A principios del 2020, la inversión energética global estaba tenía un crecimiento de alrededor del 2%, lo que habría sido el mayor aumento anual en de las inversiones en seis años. Pero después de que la crisis del Covid-19 detuviera grandes sectores de la economía mundial en cuestión de meses, ahora se espera que la inversión energética global caiga en un 20%, lo que representa casi $400 mil millones, en comparación con el año pasado”.
  • “La caída histórica en la inversión energética global es profundamente preocupante por muchas razones. Significa la pérdida de empleos y de oportunidades económicas hoy, así como la pérdida de capacidad de suministro de energía que podríamos necesitar mañana, una vez que la economía mundial se recupere”.
  • “La desaceleración de la inversión en tecnologías claves de energía limpia también corre el riesgo de socavar la transición energética hacia sistemas de energía más resistentes y más sostenibles”.
  • “La eficiencia energética, otro pilar central de la transición hacia fuentes de energía más limpias, también está sufriendo. La inversión en eficiencia y en aplicaciones de uso final se reducirá en un 10-15%”.
  • “La participación de la inversión energética global que se destina a tecnologías de energía limpia, incluidas las energías renovables, la eficiencia y la captura, la utilización y el almacenamiento de carbono, se ha estancado en alrededor de un tercio en los últimos años. En términos absolutos, permanece muy por debajo de los niveles que serían necesarios para acelerar la transición energética”.

Con respecto al sub sector petrolero, un artículo titulado “Investment in oil supply has collapsed”, publicado por The Economist, amplía el análisis sectorial de la siguiente manera:

  • “En abril, con el mundo bloqueado por el Covid-19 y la demanda de petróleo hundiéndose más rápido que en cualquier otro momento de la historia, los productores de petróleo desde Dhahran hasta la cuenca de Delaware ejecutaron la única opción posible: disminuir rápidamente el suministro”.
  • “La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados (Rusia, entre otros) acordaron reducir el suministro en 9,7 millones de barriles por día en mayo y en junio. Los recortes ayudaron a impulsar el precio del barril de crudo Brent de menos de $17 a mediados de abril a $42 el 5 de junio”.
  • “Lo interesante es lo rápido que aumenta la oferta a medida que se regrese a la normalidad. La producción responderá, por supuesto, a medida que aumente la demanda de combustible para aviones, gasolina y diésel. Si los precios se mantienen por encima de $40, algunas empresas de esquisto (que usan fracking) y los petro Estados pueden aumentar la producción este verano”.
  • La crisis del Covid-19 ha provocado que “la inversión global en el suministro futuro de petróleo se haya derrumbado”, y que “los productores de petróleo hayan… retrasado proyectos” (todo esto ha ocurrido con mayor fuerza en los países fuera de la OPEP)
  • “Goldman Sachs estima que la producción fuera de la OPEP se estancaría en la década del 2020, no debido a la geología o incluso a la demanda, sino a la falta de suficiente inversión (en estos países)” y señala que “el suministro de los países fuera de la OPEP representa aproximadamente el 60% de la producción mundial”.
  • “La OPEP controla alrededor del 70% de las reservas mundiales de petróleo, que es más que su participación de mercado del 40%”.

Desde hace varios años, los tres principales productores de petróleo del mundo son los siguientes: Estados Unidos de América, Rusia y Arabia Saudita.

Con respecto a la caída de las inversiones en el sub sector de las energías limpias y renovables, los siguientes artículos resumen la situación de la siguiente manera:

  • “The impact of the Covid-19 crisis on clean energy progress” (International Energy Agency): “La pandemia de Covid-19 está teniendo un gran impacto en los sistemas de energía en todo el mundo, frenando las inversiones y amenazando con frenar la expansión de las tecnologías claves de energía limpia”.
  • “Coronavirus dampens 2020 outlook for clean energy and electric vehicles” (GreenBiz): “La crisis del coronavirus, que afecta a la economía mundial, ha obligado a la firma analista de energías limpias BloombergNEF (BNEF) a bajar sus expectativas para los mercados de energía solar, baterías y vehículos eléctricos, lo cual representa una de las primeras señales de que la creciente pandemia podría socavar los esfuerzos urgentes para combatir el cambio climático”.
  • “The Coronavirus Impact on Clean Energy” (GMT): “A pesar de su impulso, los sectores de energía limpia (solar, eólica, almacenamiento de energía y empresas que transforman la red eléctrica) no escaparán de la corriente descendente Covid-19. Estas industrias enfrentan preguntas desalentadoras sobre cada aspecto de su negocio, que van desde las cadenas de suministro hasta la posible escasez de mano de obra, y hasta preguntas más amplias sobre la evolución de la economía, la demanda de energía y la disponibilidad futura de financiamiento”.

Todo el sistema energético en el mundo está pasando por un período de reducciones en la demanda y en las inversiones.

Las inversiones en todos los subsectores del sector energía se han reducido así de manera significativa como consecuencia de la crisis sanitaria creada por el Covid-19, lo cual tiene diferentes implicaciones.

En el subsector petrolero, la disminución actual de las inversiones, la posposición de diversos proyectos de exploración y de desarrollo de campos petroleros, particularmente en los países fuera de la OPEP, podría crear una situación que afecte más negativamente el futuro suministro proveniente de estos países.

Por lo tanto, la producción futura de los países miembros de la OPEP (que tienen el 70% de las reservas petroleras mundiales) y de sus aliados (como Rusia, que también tiene grandes reservas) podría verse beneficiada en detrimento de la producción de los países fuera de la OPEP.

Si lo anterior ocurriera, esta situación podría hacer crecer en el futuro la dependencia mundial de las enormes reservas petroleras de los países de la OPEP, lo que podría a su vez acrecentar aún más la capacidad de estos países para aumentar los precios internacionales del petróleo, según sus intereses en los años a venir.

Aunado a lo anterior, si la demanda mundial comienza a crecer hacia su trayectoria previa a la crisis del Covid-19, el beneficio hacia los países miembros de la OPEP y a sus aliados sería mayor.

Se crearía adicionalmente un riesgo de mayor dependencia y de manipulación de los precios internacionales del petróleo, debido a un posible mercado petrolero internacional más ajustado entre la oferta y la demanda, lo cual beneficiaría aún más a los países exportadores de petróleo de la OPEP y a sus aliados.

El impacto negativo del Covid-19 en las inversiones en energías limpias y renovables y en sus áreas complementarias es también muy importante. Estas áreas complementarias incluyen las baterías eléctricas, la transformación de las redes eléctricas para adaptarlas mejor a las energías renovables, los vehículos eléctricos y los sistemas eléctricos de transporte masivo de personas.

Al igual que con otras fuentes de energía, en el sub sector de las energías limpias y renovables y en sus áreas complementarias se están reduciendo igualmente las inversiones de forma significativa.

Esta situación está frenando el ritmo de expansión de las tecnologías claves de energía limpia y está posponiendo muchos proyectos importantes, tanto a nivel de la oferta como de la demanda energética (incluyendo los proyectos de ahorro y uso eficiente de energía y de sustitución de fuentes de energía).

Conforme la crisis sanitaria del Covid-19 vaya desapareciendo la situación de la demanda energética mundial y de las inversiones se recuperará hacia una nueva normalidad, con los ajustes que la crisis haya provocado en las tendencias en los diferentes subsectores.

Sin embargo, la incertidumbre sobre lo que seguirá en la nueva normalidad futura continúa siendo alta en todas las áreas claves del sector energético, las cuales incluyen la evolución de la demanda, la estructura de consumo, las inversiones, la matriz energética y la ruta de la transición energética que se establecerá como parte de esta nueva normalidad.

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