…¿Y usted qué opina?
Fernando Berrocal
En estos días, en que la crisis se manifiesta en toda su realidad, se hacen comparaciones entre lo que vivimos en los años ochenta y la situación actual.El Banco Central y el Ministro de Hacienda comparan la situación fiscal, los niveles de desocupación, la caída del PIB y el brutal aumento de la pobreza.
Lo que no se analiza es la diferencia abismal en el manejo político entre ambas crisis y los niveles de comunicación pública y trabajo conjunto y solidario con los sectores organizados, entre aquel y el actual gobierno. Las comparaciones pueden resultar odiosas, pero es necesario clarificarlas:
Para comenzar, el presidente Luis Alberto Monge había sido dirigente sindical, Constituyente en 1949, ministro de la Presidencia, diputado y presidente de la Asamblea Legislativa y era un experimentado dirigente nacional, reconocido por su inteligencia política y humildad, su buen humor, don de gentes y gran capacidad de diálogo y concertación aún con sus más fuertes adversarios.
PRIMER GESTO DE ALTA POLÍTICA. Antes de asumir el gobierno, cuando Carlos Manuel Castillo le comunicó que no existían divisas en el Banco Central, de inmediato le pidió que integrara el mejor equipo económico y que le presentara una definida hoja de ruta para enfrentar el derrumbe vertiginoso de la economía. Los comestibles habían desparecido de los escaparates, el colón había perdido absolutamente su valor frente al dólar y la devaluación y la inflación volaban por los aires imparables.
SEGUNDO GESTO DE ALTA POLÍTICA. Con visión de estadista, transformó una gravísima crisis económica y social en una campaña nacional de solidaridad y responsabilidades compartidas. Convocó por igual a los líderes sindicales y de la empresa privada y les pidió su apoyo y colaboración patriótica. Reunió e integró a diputados y a dirigentes políticos, sin diferencias de banderas partidarias. Convocó a los directores de todos los medios de comunicación y les pidió que estuvieran en la primera línea en la batalla de la comunicación.
TERCER GESTO DE ALTA POLÍTICA. Habló con su amigo el presidente de México y logró una transferencia por $50 millones de dólares para arrancar el gobierno el 8 de mayo de 1982. Envió un embajador de primer nivel y de reconocido origen calderonista a Washington, con instrucciones de explicar en la Casa Blanca la gravísima situación y, anticipándose a la eminente crisis geopolítica y militar con Nicaragua, invitó al presidente Reagan para que viniera a Costa Rica. Cuando explotó aquella crisis con Nicaragua y Cuba, obtuvo de Venezuela apoyo incondicional y el envío de aviones artillados para proteger la soberanía nacional, a la vez que denunció con firmeza a la dictadura sandinista en la ONU, la OEA y la Unión Europea.
La inexperiencia del actual gobierno es entendible, pero absolutamente nada justifica la prepotencia política, la sordera crónica de dos años, la ausencia de diálogo constructivo con los sectores organizados, la censura de prensa y las agresiones policiales contra ciudadanos ejerciendo sus legítimos derechos constitucionales. Absolutamente nada.