El presupuesto del ministerio de cultura

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes Castegnaro

En estos días en el medio cultural costarricense se ha producido una polémica alrededor del lamentable hecho de que el presupuesto del ministerio de cultura, este año, a diferencia de otros muchos ministerios no solo no creció con relación al del año pasado, sino que se redujo.

La disminución del presupuesto en una institución como el MCJ es lamentable, no solo por lo escuálido que ya era, sino por lo trascendente que puede ser la labor que desde ese ministerio se realice.

La disminución de la asignación presupuestaria es inexcusable.

Sin embargo, creo que hay hechos que se deben conocer: cuando durante la administración Arias, el ministerio de cultura empezó a crecer presupuestariamente, bajo la dirección de María Elena Carballo, hubo dos razones fundamentalmente por las cuales el presupuesto crecía: la primera, que la ministra, con gran habilidad, consiguió colocar a cultura, no en los gastos del gobierno, sino en las inversiones del mismo. Es decir, cultura no era gastar plata en tonterías, sino era invertir en desarrollo, en lucha contra la pobreza. La convicción de eso, perneó al ministro de hacienda y al presidente de la República, quienes siempre estuvieron de acuerdo en que —a pesar de la crisis— el presupuesto del ministerio año con año creciera.

Lo segundo que sucedió durante esa administración, fue que el presupuesto asignado se ejecutaba. El Ministerio de Cultura llegó a niveles altísimos de ejecución: cuando se abren 30 escuelas del SINEM en el país, se presentan proyectos de ley a la Asamblea, se recupera y restaura la Aduana, se construye el Teatro de la Aduana, se restaura el Melico Salazar, se distribuye un millón de dólares en proyectos culturales independientes (PROARTES), se distribuyen millones de fondos en los que el Ministerio empieza a participar como IBERESCENA E IBERMEDIA, para cualquier Ministro de Hacienda y cualquier diputado es difícil decir que no se aumenta ese presupuesto.

En cambio, cuando se asume un presupuesto con 14 mil millones de superavit (o sea, el ministerio y sus adscritas dejaron de gastar el año pasado 14 mil millones de colones) por que el presupuesto del ministerio y sus adscritas —a parte de salarios— gastaba mucho en el renglón de viajes y viáticos, y en el de contrataciones, pues es difcil argumentar.

Cuando la gestión de este ministerio está plagada de irregularidades como las denunciadas por los periódicos La Nación y Extra. Cuando la Ministra en su primer mes se ve obligada a poner una denuncia ante el ministerio público, pues definitivamente el lugar en el que se encuentra el ministerio ante la opinión pública no es un lugar de privilegio, como para aumentar presupuestos.

Por eso es un pecado tan grande que haya quienes con el presupuesto de cultura se receten aumentos de un 650% en el volumen de sus contrataciones dudosas. Por eso es imperdonable que una gestión llene a un ministerio como el de cultura, de dudas sobre la legalidad de sus actos. Por eso el daño en perjuicio no del Ministerio de Cultura, sino del sector cultura, fue tan grave y costará muchos años superarlo. Lo bueno, es que tanto la Ministra como todo su equipo están dispuestos y haciendo todo por superarlo. Espero que tengan éxito.

* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna.