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Carlos Revilla Maroto
Uno de los lugares que quería visitar en mi reciente viaje al sector de San Francisco, California, era visitar la famosa mansión Winchester, ubicada en la vecina ciudad de San José, que es una de las casas más enigmáticas y famosas del mundo. Conocida por su arquitectura laberíntica, pasillos sin salida y escaleras que no llevan a ninguna parte. Esta peculiar residencia ha inspirado leyendas de terror. Pero, ¿qué hay de cierto en las historias que la rodean?La mansión fue construida por Sarah Winchester, viuda del magnate de las armas William Wirt Winchester, heredera de la fortuna de la compañía Winchester Repeating Arms. Tras la muerte de su única hija en 1866 y la de su esposo en 1881, Sarah quedó devastada. Afligida por el dolor y buscando consuelo, acudió a una médium espiritista que, según la leyenda, le advirtió que su familia estaba maldita por las almas de todas las personas que murieron a causa de los rifles Winchester. Para aplacar a estos espíritus, le habría dicho que construyera una casa interminable, donde los fantasmas quedarían atrapados… y que nunca dejara de construirla.
Sarah se mudó a California y en 1886 compró una modesta casa de campo de ocho habitaciones en un terreno de 2,43 hectáreas. Fue así como durante 38 años, desde 1886 hasta su muerte en 1922, la construcción continuó sin cesar, día y noche, con equipos de obreros trabajando según los caprichos y visiones de Sarah, resultando en una estructura laberíntica y confusa, que con el tiempo se convertiría en una mansión con más de 160 habitaciones, 2 000 puertas, 47 chimeneas, 40 escaleras, 13 baños, 6 cocinas y 10 000 ventanas, muchas de ellas falsas o que conducían a paredes.
Sarah contrató a muchos carpinteros y artesanos con su fortuna de 20 millones de dólares (y los ingresos diarios de la Winchester Repeating Arms Company que equivalían a 30 000 dólares al día). Contrató a un hombre llamado John Hansen como capataz de la construcción, y todas las mañanas transmitía nuevos planos del edificio y hacía cambios en los antiguos. No había planos, y si Hansen tenía suerte, Sarah tendría un breve esbozo de lo que quería, pero aparte de eso, era el boca a boca el que transmitía las ideas que se convertirían en una extensa masa de habitaciones y pasillos.
Día tras día y noche tras noche, el trabajo no cesaba. Se calcula que se construyeron hasta 600 habitaciones a lo largo de los 38 años. Sin embargo, constantemente se demolían habitaciones para construir otras nuevas. La casa estaba llena de arquitectura sin sentido, incluidas puertas y escaleras que no llevaban a ninguna parte, ventanas en los pisos, un sótano doble y varios ascensores. Y, por supuesto, las ciento sesenta habitaciones. Muchos de los pasillos y escaleras se cerraban sobre sí mismos, y había numerosas entradas y habitaciones secretas. Se construyeron para que Sarah Winchester pudiera pasar rápidamente de una habitación a otra, retroceder, esconderse y engañar a los fantasmas que, al parecer, la seguían.
Cada habitación tenía 13 ventanas (el número se consideraba espiritual y no de mala suerte) y muchas de las ventanas contenían joyas preciosas. Otras características extrañas de la casa, destinadas a confundir a los malos espíritus, eran una escalera que llegaba directamente al techo, puertas que daban a caídas de dos pisos, una habitación con suelo de cristal y una habitación sin ventanas de la que, una vez se entraba, no se podía salir sin llave. También hay pasadizos secretos.
Se dice que Sarah dormía en una habitación diferente cada noche para confundir a los espíritus. Los visitantes y empleados reportan voces, pasos, luces que se encienden solas y figuras fantasmales. Aunque algunos historiadores sugieren que Winchester solo era una excéntrica con un gran interés en la arquitectura, muchos creen que Sarah diseñó la casa de esa manera para confundir a los espíritus que la acosaban. Otros piensan que simplemente buscaba consuelo en el acto de construir y rediseñar constantemente su hogar. Sea cual sea la razón, la mansión es una obra de arquitectura sin precedentes.
Gran parte de la mansión se construyó con costosa madera de secuoya, por ser el material que Sarah prefería, pero no le gustaba su aspecto, así que hizo que lo cubrieran todo con pintura. En 1906, un gran terremoto sacudió San Francisco dañando gran parte de la mansión, que pasó de tener siete pisos a sólo cuatro.
Una vez terminada, todas las habitaciones estaban decoradas con los mejores muebles que el dinero podía comprar. La casa se llenó de muebles y otros enseres por valor de millones de dólares, y cuando Sarah murió mientras dormía, el 5 de septiembre de 1922, se lo dejó todo a su sobrina y secretaria personal… todo menos la propia mansión, que no se mencionaba en el testamento y se consideró que carecía de valor. Se necesitaron seis camiones trabajando todo el día durante seis semanas para vaciar la casa de sus pertenencias.
La mansión fue vendida a un inversionista que compro toda la fica por 135 000 dólares y fue convertida en una atracción turística, que sigue siendo un imán para los cazadores de fantasmas y curiosos. Al día de hoy, miles de visitantes al año recorren sus pasillos retorcidos y escuchan las leyendas de apariciones, sonidos inexplicables y el persistente espíritu de Sarah Winchester.
La mansión ha sido el foco de documentales, libros, y películas, incluyendo “La maldición de la casa Winchester” (2018) protagonizado por Helen Mirren, que retrata la vida de Sarah y los fantasmas que supuestamente la acechaban.
Para visitar la mansión compramos un tiquete de previo, para nos tener problemas, y viajamos en auto desde la ciudad de San Francisco. El trayecto no es largo, y vale la pena ir si visitan esa ciudad. Tuvimos la gran suerte que nos tocó de guía un señor ya mayor, que conocía una gran cantidad de anécdotas de la mansión y la señora Winchester. Además, como una especialidad nos permitió tomar fotografías de todo el recorrido guiado, algo que normalmente no es permitido. El tour completo dura unas dos horas, y todo en ella es interesante.
Para que se den una idea de la extensión de la mansión y sus mas de 20 secciones, hay un mapa muy completo en pdf que se puede conseguir aquí.
Termino diciendo que el recorrido por la mansión fue muy interesante, y que se siente cierta algo, tal vez porque uno piensa mucho en la casa, y los cuentos que hay sobre ella y Sarah Winchester.
Incluyo en los anexos unas pequeñas biografías de William y Sarah Winchester, así como como un texto del lugar donde fueron enterrados.
Hay una tienda de recuerdos muy bonita, donde compré un libro que me ayudó a preparar esta crónica. El exterior de la mansión con sus jardines es precioso, podrán verlo en la galería, que es muy grande, con más de 200 imágenes, por lo que hice una álbum de Facebook, donde subí las subí en alta resolución; eso sin casi editarlas.
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Referencias: Internet, libro Winchester Mistery house, láminas informativas y alguna ayuda de la IA para mejorar y completar el contenido.
Anexos
Anexo 1
Sarah Winchester
Nacida Sarah Lockwood Pardee, fue una figura estadounidense conocida principalmente por ser la viuda de William Wirt Winchester, heredero de la fortuna de la Winchester Repeating Arms Company, famosa por la fabricación de rifles de repetición.
Sarah nació en New Haven, Connecticut, en una familia acomodada y bien educada. Fue una joven brillante, con educación en varios idiomas, música y matemáticas. En 1862 se casó con William Wirt Winchester, hijo de Oliver Winchester, fundador de la famosa compañía de armas.
La vida de Sarah estuvo marcada por varias tragedias. En 1866, su única hija, Annie, murió poco después de nacer. En 1881, William murió de tuberculosis, dejándola viuda y heredera de una gran fortuna, además de un 50% de las acciones de la compañía Winchester. Esto la convirtió en una de las mujeres más ricas de su tiempo.
Sarah Winchester murió mientras dormía el 5 de septiembre de 1922, a los 83 años. En su testamento, dejó donaciones a organizaciones benéficas y a su sobrina. La Mansión Winchester se convirtió más tarde en una atracción turística, conocida como la Winchester Mystery House, y es objeto de fascinación hasta el día de hoy, envuelta en misterio y leyenda.
Anexo 2
William Wirt Winchester
Fue un empresario estadounidense, conocido principalmente por ser el hijo del fabricante de armas Oliver Winchester y por su vínculo con la Winchester Repeating Arms Company, una de las empresas más importantes de la industria armamentista en el siglo XIX.
William nació en Baltimore, Maryland, y fue criado en una familia adinerada e influyente. Su padre, Oliver Winchester, fue el fundador de la Winchester Repeating Arms Company, que revolucionó la industria de las armas de fuego con el famoso rifle de repetición Winchester, también conocido como «el arma que conquistó el Oeste».
En 1862, William se casó con Sarah Lockwood Pardee, quien más tarde sería conocida por la famosa mansión Winchester. La pareja tuvo una hija, Annie Pardee Winchester, nacida en 1866, pero la bebé murió a las pocas semanas de vida a causa de una enfermedad infantil, lo que marcó profundamente a la familia.
William se convirtió en el tesorero de la Winchester Repeating Arms Company, aunque su vida profesional fue limitada por su mala salud. Se esperaba que heredara la empresa de su padre, pero su vida fue truncada prematuramente.
Murió de tuberculosis el 7 de marzo de 1881, a los 43 años, en New Haven, Connecticut. Su muerte, seguida por la de su padre poco tiempo después, dejó a su esposa Sarah como heredera de una enorme fortuna y aproximadamente el 50% de las acciones de la compañía.
La inmensa herencia permitió a Sarah financiar la construcción de la legendaria Mansión Winchester en California, lo que contribuyó a mantener viva la memoria del apellido Winchester, aunque de una forma más misteriosa y cultural que empresarial.
Anexo 3
Sarah Winchester fue enterrada en el cementerio Evergreen de New Haven, Connecticut, en la parcela familiar donde ya descansaban su hija pequeña y su marido. Como murió en septiembre, fue enterrada temporalmente en un mausoleo de Palo Alto, California, hasta el deshielo de primavera, cuando se pudo cavar la tumba en New Haven. Entonces fue trasladada en tren a su última morada. Su hermana Isabelle Merriman, que había muerto unos años antes que ella y ya estaba enterrada en Palo Alto, fue exhumada para hacer el viaje con ella. Isabelle fue enterrada en la parcela de la familia Pardee.