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Carlos Revilla Maroto
Siempre que uno pasa por el sector sur de la capital, por los alrededores de la estación de tren al pacífico y plaza Víquez, en la avenida 14, es imposible no notar lo que siempre llamamos “Clínica Bíblica”, y que ahora es el “Hospital Clínica Bíblica”, cuyo nombre inicial era Hospital Clínico Bíblico. En los últimos tiempos el hospital ha crecido exponencialmente, abarcando ya casi tres cuadras, incluido el gran parqueo en la parte sur. Pero, a pesar de esas grandes construcciones hospitalarias, no puede uno dejar de admirar el ya casi centenario edificio antiguo, que aún se conserva y que data de 1929, fecha que se consigna en la entrada.Hace poco tuve que ir a una cita médica a ese nosocomio, y entonces aproveché para tomar fotografías del edificio antiguo. Además solicité, y se me concedió autorización, para ir al segundo piso, que normalmente esta cerrado para personas ajenas a la administración del hospital. Así que podrán ver en la galería algunas imágenes muy bonitas de la parte superior del inmueble, que muy pocas personas conocen.
El edificio antiguo está exactamente en la esquina de la avenida 14 y la calle 1, rodeado de otros edificios del hospital, consultorios médicos, parqueos y farmacias. Destaca en las cercanías la escuela Marcelino García Flamenco y e jardín de niños Arturo Urién Galloso. En la actualidad posee dos niveles, un nivel principal con cafetería, capilla y una biblioteca; el segundo nivel con oficinas administrativas. En Google Maps aparece consignado como “Cafetería y Panadería Britt”, ya que lo ve como parte del complejo hospitalario y la distinción es por la cafetería.
Transcribo lo que nos dice el libro “Hospital Clínica Bíblica 1929 – 2016. Celebremos la Vida” sobre los inicios del hospital:
“En el año de 1921 se inicia, en Costa Rica, un proyecto de la Misión Latinoamericana. Varios misioneros llegan a este país procedentes de diferentes naciones con el fin de ayudar a los más necesitados. Los esposos Enrique Strachan -de nacionalidad escocesa- y la irlandesa Susana Strachan, se unen a esta noble causa tras haber servido en Argentina durante 17 años como misioneros evangélicos
Al llegar a Costa Rica, se ven particularmente conmovidos y muy preocupados por el estado tan deplorable del sistema de salud local. Su preocupación fundamental es la salud infantil, pues encuentran que de cada mil niños nacidos al año, trescientos cincuenta y cinco morían, el 50 por ciento de ellos antes de cumplir los cinco años de edad. La desnutrición y el abandono constituían los principales problemas sufridos por la infancia en ese periodo; además, el único hospital que existía y que podía atender sólo a una parte de los enfermos, era el Hospital San Juan de Dios. En cuanto a la salud en general, la expectativa de vida era de unos cuarenta años. Había enfermedades tales como la tuberculosis y el paludismo.
Ante este panorama tan desolador, los Strachan deciden llevar alivio a los más necesitados, los pobres y en especial a los niños. De esta manera, se dedican a brindar servicios médicos gratuitos a estas personas y fundan el Hospital Clínica Bíblica, que estuvo a cargo de la Misión Latinoamericana. La idea original consistía en crear un centro pediátrico, pero con el tiempo surge la necesidad de contar con una maternidad y una clínica quirúrgica. Así, los esposos Strachan toman esto como un reto y logran la construcción de una Maternidad, una sección quirúrgica y una Escuela de Enfermería.
El 14 de Julio de 1929, luego de muchos esfuerzos y en presencia del Presidente de la República, Cleto González Víquez, se logró inaugurar un edificio de dos plantas para dedicarse a hospital, en un terreno de media manzana.”
Si quieren más detalles sobre la historia de la Clínica Bíblica, puede leer el libro mencionado, que presenta la historia del hospital, desde su inauguración, en 1929, hasta el primer semestre del año 2016; que está disponible de forma gratuita en formato pdf aquí.
Sobre el edificio, construido en 1929, podemos decir que fue el primero del Hospital Clínica Bíblica. Diseñado por el Arq. José María Barrantes Monge, posee una estructura de concreto armado, con paños de fachada externa de ladrillo repellado, mientras que sus divisiones internas son de madera. Estilísticamente presenta algunos elementos del neoclásico. En su última remodelación, se buscó rescatar y mantener la identidad original del edificio. Posee un área total de 908 m2. Aunque se considera un edificio de interés patrimonial, aún no ha sido declarado patrimonio oficialmente, pero esto no es relevantes, pues estamos ante uno de los pocos casos en que el dueño del inmueble lo cuida y protege como si lo fuera.
La última remodelación dejó el edificio precioso. Destacan los vitrales de las puertas y ventanas, además de los marcos. El piso aún mantiene el mosaico original que es muy bonito. Hay unas jardineras internas en el costado oeste que ayudan a integrar lo viejo con lo nuevo. Las lámparas en el techo, deben ser parecidos a los originales. Los corredores y los cuartos del altillo están muy bien cuidado en todos sus detalles, incluidos los muebles que son de época. En las paredes de madera de los corredores de la segunda planta, hay muchas fotos antiguas, muchas de las cuales incluyo en la galería. Internamente hay un balcón grande, donde hay un reloj de pared entre el primer y segundo nivel que me llamó la atención. El primer piso ha sido modificado para adaptarlo a los requerimientos de la cafetería, sin embargo se nota que esos cambios fueron hechos tratando de respetar, en la medida de lo posible, la parte patrimonial del inmueble.
Sobre el evento de inauguración del edificio en 1929, el periódico La Tribuna consignó lo siguiente: “Recorrimos el edificio (…) de dos pisos, grande, cómodo y ventilado, todo lleno de luz, de vida y de alegría, rodeado de jardines con extensos patios interiores y amplios corredores. El hospital está dividido en tres secciones, a saber: clínica corriente, clínica de maternidad y clínica infantil; de servicios a pagar las dos primeras, para atender al sostenimiento de la tercera, que es absolutamente gratuita”. Varios días después, con motivo de la visita del presidente de la República, Cleto González Víquez, el diario La Nueva Prensa publicó las palabras dichas por el mandatario: “El Gobierno de Costa Rica, ve con toda simpatía y admiración la gran obra benéfica y social realizada por ustedes y los felicita cordialmente por ese motivo.”.
El edificio está totalmente integrado al hospital. Lo que sería la pared del primer piso en el costado oeste, ya prácticamente no existe, y por ese sector se da acceso interno a los nuevos edificios del que se podría llamar “complejo hospitalario”.
También hay, lo que parece, una pequeña galería en el lado oeste, en el costado oeste que está integrado con las nuevas edificaciones, en lo que sería un corredor de paso. En la galería hay tres obras del escultor Ólger Villegas Cruz: “La oración”, “Juguemos mamá”, y “Tres veces mamá”. También hay unos cuadros de diferentes lugares icónicos de San José: “Las Acacias” la conocida casa en el costado sur del parque Morazán, “El edificio del correo”, y “El teatro Variedades”, de los que lamentablemente no se consigna el nombre del pintor, al que me hubiera gustado darle el crédito respectivo. Posteriormente, al visitar otras secciones del hospital y ver más pinturas, me di cuenta que son parte de una galería mayor.
En el inmueble destacan varias citas de la biblia, una a la entrada “Luego los envió a anunciar las buenas noticias del reino de Dios y a sanar los enfermos.” Lucas 9:2, otra donde hay una pequeña fuente interna “El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce.” Salmo 23: 1-2 y otra en una pared “Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud.” Malaquías 4:2. Todas las citas las pueden ver en la galería.
La galería tiene una buena cantidad de imágenes antiguas, y por supuesto de como luce en la actualidad (las tomé en abril del 2024). También unas pocas del exterior, tomadas en el 2016, cuando lo fotografié por primera vez.
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Referencias: Libro “Hospital Clínica Bíblica 1929 – 2016. Celebremos la Vida” y el artículo de La Nación “Un hospital evangélico: la historia del edificio de la Clínica Bíblica”.