Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
El Partido Liberación Nacional en sus 64 años de vigencia ha iniciado algunos cambios fundamentales diferentes a su política tradicional. Conforme a ponerse en sintonía con los nuevos tiempos realiza un Congreso Nacional luego de 10 años de haberse realizado el último denominado: “Congreso Daniel Oduber Quirós”; la Asamblea Nacional aprobó primeramente unos lineamientos éticos y disciplinarios e hizo un buen filtro para ratificar o no las candidaturas municipales (creo que nunca se habían objetado tantos candidatos cuestionados por diversas razones en la historia partidaria); y luego la Asamblea Nacional máxima autoridad liberacionista finalmente aprobó el 19 de octubre del 2015 el tan esperado Código de Ética y Disciplina.
Se equivocan quienes afirman que estas drásticas medidas se hicieron al calor del momento o presión de los medios de prensa, la opinión pública y redes sociales; o que simplemente es imitar lo que el Partido Acción Ciudadana (PAC) había adoptado desde su fundación, u otros partidos políticos que ya habían aprobado también sus respectivos Códigos de Ética. Sobre la gran derrota liberacionista en las últimas elecciones nacionales; considero que no se ha realizado un análisis profundo y claro de sus causas; al contrario al parecer algunos creen que pueden tapar el sol con un dedo y lo peor tratan de ocultar la realidad, creyendo de forma fácil que podremos regresar al gobierno en el 2018 montados sobre los desaciertos de este primer gobierno del PAC. Nada más lejano de la realidad, pensar esto es auto engañarse y hacer creer a los militantes liberacionistas y a sus simpatizantes que las victorias llegaran como mana del cielo.
Los verdaderos liberacionistas debemos hacer un llamado de atención y alzar la voz de alerta honrando al Partido Liberación Nacional y a sus fundadores que deseaban un partido donde los valores éticos, de honestidad y transparencia siempre prevalecieran. En la Carta Fundamental número dos de 1969 se afirmaba en el capítulo I punto 5 lo siguiente: “El Partido debe ser un celoso vigilante de la totalidad de la gestión pública, tanto en el ejercicio del poder como fuera de él. La formulación de los programas de gobierno la hará un cuerpo colegiado. Los valores éticos deben prevalecer en las actuaciones del Partido. Sus órganos y dirigentes, en todos los niveles, deben ser juzgados a la luz de esos valores. El derecho a ocupar posiciones de Partido y posiciones públicas sólo puede sustentarse en méritos, idoneidad, condiciones éticas e identidad con los altos ideales del Partido. El ejercicio del poder político y de los cargos en el Partido y en el Gobierno debe significar y exigir responsabilidad y consagración al servicio de los más altos valores de la comunidad.”
Considero que a lo interno del PLN, se han infiltrado “gentes” que no creen en los principios socialdemócratas y muchos menos liberacionistas; le pusieron “el ojo” con el fin de hacer “negocitos privados”, enriquecerse de la noche al día, sin importarles el Partido Político; sin tan siquiera les importan sus propias familias, mucho menos la gran familia liberacionista. Por lo tanto al no creer en Liberación Nacional, no tienen disciplina partidaria; cuando es claro que en toda asociación deben respetarse los principios, estatutos, acuerdos, reglamentos y lineamientos que dicte la organización política; por eso “nadie está amarrado y obligado” a pertenecer a un grupo asociativo; según la Constitución Política existe el derecho de asociación de pertenecer y renunciar. Si no respetan la normativa de un partido político, mejor que renuncien y se vayan de una vez por todas.
Comparto lo que ha dicho el presidente liberacionista José María Figueres sobre el tema de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en el que no deben existir “medias tintas”, al igual que en el tema de la corrupción debemos ser contundentes y establecer la “cero tolerancia”, “cero portillos ni juegos” con los recursos públicos que son del pueblo costarricense. El PLN nació en la lucha contra la corrupción y por eso se fue a una Revolución en el año de 1948. Don José Figueres Ferrer líder del Movimiento de Liberación Nacional sé alzo en armas contra la corrupción y la violación de los derechos fundamentales entre ellos el sufragio y la libertad de expresión. Por eso la lucha contra este flagelo social debe ser un elemento indisoluble con los principios y valores del PLN.
El Código de Ética y Disciplina fue redactado e impulsado por un grupo de profesionales e intelectuales liberacionistas liderado por el presidente del Tribunal de Ética liberacionista Manuel Carballo Quintana y “el grupo la Isla-Cedal” y sin duda el mérito es de este grupo y del Directorio Político Nacional presidido por Figueres Olsen. La historia le reconoce a quienes promueven, acuerdan, votan y firman los hechos trascendentales y se debe hacer un claro reconocimiento sin mezquindades a estos dos dirigentes y por supuesto a todos los que aprobaron esta normativa disciplinaria. El Código de Ética y Disciplina determina en su artículo 1: “Las normas de este Código son de aplicación obligatoria para los miembros del Partido Liberación Nacional definidos en el Estatuto del Partido; sus normas rigen la conducta en relación con los copartidarios, con la sociedad y en el ejercicio de la función pública.”
El artículo 2 expresa: “La interpretación, con carácter vinculante, de estas normas, será competencia exclusiva del Tribunal de Ética y Disciplina del PLN. (“Tribunal de Ética”) a la luz de la Carta Fundamental y el Estatuto.” En anteriores artículos he escrito sobre los conceptos de ética y moral, dejando claro los aspectos filosóficos y políticos de ambos términos. No se vale que algunos hagan elucubraciones mentales para demeritar dichos conceptos, con el fin de que un partido político no aplique la normativa ética. Todo el mundo sabe cuando se violan dichos conceptos; se tiene “conciencia del bien y el mal”. El Código de Ética se promulga para ser respetado le guste o no a algunos liberacionistas; de lo contrario que renuncien y mejor se vayan del Partido Político; porque la disciplina es fundamental, y no se debe permitir que algunos hagan los que les da la gana.
Con base en lo anteriormente expuesto, los Estatutos, reglamentos, acuerdos y lineamientos partidarios son de acatamiento obligatorio y en materia de ética y conciencia se deben respetar y cumplir las sentencias sancionatorias que emita un Tribunal como el de Ética que está establecido por ley en el Código Electoral costarricense. No se vale basarse en espurias excusas aunque legalmente se permita en algunas instituciones públicas, por ejemplo con el cuento de “los puestos de confianza” de meter a trabajar en una institución pública hasta una mamá o papá de 80 años de edad, o familiares hasta segundo grado, muchas veces sin capacidad y formación debida; o por otro lado ejecutar actos ilícitos como son: legislar en beneficio propio, hacer transacciones financieras ilícitas, contrataciones y tráfico de influencias; y demás normativa que establece la Ley Contra la Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito, y todas las leyes de nuestro ordenamiento jurídico. El Código de Ética y Disciplina recién aprobado en su artículo 13 establece muy claro las prohibiciones que se deben respetar; por supuesto sin perjuicio del respeto a todas las leyes vigentes en esta materia; y por seguridad jurídica se establecen claramente las sanciones a determinar.
Sin bien el PLN, nació en la lucha contra la corrupción, como partido grande y victorioso de muchas elecciones nacionales (presidenciales, legislativas y municipales), no es inmune al flagelo social de la corrupción. Es claro que si se había bajado el perfil a esta bandera de lucha, y andábamos atrás de otros partidos políticos en materia de ética y moral; o simplemente se hablaba del tema de “los dientes para afuera” por culpa de algunos “intocables” o dirigentes permisivos con los actos de corrupción. Dejo claro que no se trata solamente de que existan “sentencias penales firmes”; sino que los actos de corrupción lo pueden hacer jerarcas con solamente ser permisivos o lavarse las manos de forma irresponsable. Los actos de corrupción, muchos denunciados por personas y salidos a la prensa son una realidad que no se puede tapar; aunque todos seamos inocentes hasta que no se demuestre lo contrario; es vox populi en las comunidades y cantones, en las redes sociales de señalar a los corruptos o corruptores; ejemplos hay miles y en muchos casos nadie hace nada; o como todos sabemos la justicia en este país es muy lenta y duran años los procesos penales, civiles y contenciosos.
Finalmente, coincidimos “que sí existe un antes y un después” de la aprobación del Código de Ética y Disciplina del PLN, lo quieran reconocer o no algunos de sus detractores. Las sentencias del Tribunal de Ética se deben respetar, luego del debido proceso realizado por los órganos directores de instrucción a los denunciados, el respeto a los procedimientos y reglamentos que el Tribunal establezca, son de acatamiento obligatorio “erga omnes”, e incluso el Tribunal puede actuar de oficio. A quien no le guste esta normativa lo invito a salirse solo de la organización política a que se pertenece. Un partido político no es una pulpería o un grupo de amigos para hacer lo que se les venga en gana; la disciplina debe ser un valor fundamental, de lo contrario reina la anarquía y el caos institucional. Sin duda alguna con este claro mensaje o señal de transparencia vamos a fortalecer nuestra democracia; y creo vamos a volver la credibilidad de la opinión pública en el PLN, y máxime que los electores ahora son muy celosos de a quien le otorgan el voto electoral y los destinos de la Patria.