Diálogos con Canelo
Ariel Nazario
Canelo me trae dos escritos y con una mirada más triste de lo acostumbrado los deposita en mi falda diciéndome (digo con la mirada perruna que solo yo me atrevo a traducir):• ¡Viejo! ¡Dime la verdad!
Tomé ambos escritos, uno de ellos copia de un artículo periodístico titulado “Los retos de la paternidad tardía”, y el segundo el texto de un anuncio de un lugar en las redes dedicado al “breeding” perruno. No sé quién pudo haberle transcrito la nota – que no sea que Canelo está aprendiendo a escribir también – pero la misma lee como sigue:
Este grupo es creado con el fin de mantener los estándares de raza. Por consiguiente, no se acepta información de perros de otras razas, mixtos y, por consiguiente, los mal llamados labradores silver o de gene diluido.
Lo miré fijo a los ojos. Agarré su hocico (largo), acaricié sus orejas (cortas) y terminé rascándole su cabeza (pequeña) y le dije:
-Canelo. Yo a veces me creo que soy tu papá, al punto de que me he cuestionado si acaso no se trata de una paternidad tardía. Después de todo, eres súper fuerte, no puedo cogerte al hombro, cuando corres no puedo alcanzarte, y has hecho de mi vida una perrera; pero no soy tu papá. Es decir, en el caso nuestro, contrario al artículo, el débil es el padre, no el bebé que supuestamente nace raquítico y no sé que más cuando papá es un viejo. Con solo mirarte y parafrasear al veterinario que dice que ni una libra más, es suficiente para entender que no es tu caso. Recuerda: sabes dar la patita sin que te lo pida nadie, incluyendo ambas; sabes quiénes son los miembros del clan y los recibes con gran entusiasmo. Sabes cuando es la hora de la medicina y cuándo papá se prepara para llevarte a tu recorrido diario. Hace rato comprobaste que es un mito que los perros se olvidan en cuestión de segundos. No es tu caso. Tu padre y madre eran perros jóvenes y tampoco murieron de viejos. Los picaron las avispas y los mataron. Eres un perro sano. Déjales esa preocupación a los viejos humanos; menos en tu caso que estás castrado.
Y vino la parte más difícil, lo de la notita advirtiendo que no se aceptan comentarios de satos o impuros, que presumo que es a lo que refiere lo del “gene diluido”. La verdad es que desde que me dijeron el precio yo tenía dudas de lo “ariano” de Canelo. Su hermana mayor – su titi – dice que la misma pregunta le hizo ella al veterinario sobre la “pureza” de la raza de su perrita (supuesta Labrador) y la contestación fue: ¿Cuánto le costó la perra? En mi caso mi hija, hermana mayor y tití de Canelo me lo dijo desde el primer día: ese es un Labrador de $325. Para un hermano de Canelo, no es lo cabezón suficiente, sus orejas son muy pequeñas y el hocico muy grande. Que solo tiene el cuerpo de Labrador, y cuidado porque es muy alto.
Ya yo antes había encontrado algún consuelo en una joven pareja que pasea su perra Labrador -bella y preciosa- que sin duda alguna es de las que cualifica según la nota. Ello es así porque su dueña me lo advirtió cuando su perra conoció a Canelo (debut y despedida) y le dije que Canelo era un Labrador de $325. La joven me dijo con mucha seguridad: Canelo es un Labrador americano. Aproveché ese recuerdo y le dije:
– Canelo: Esa gente es racista. Aunque dicen que solo les interesa mezclarse con labradores puros, ese lenguaje era mismo que usaban los nazis para exterminar a los judíos y los que no eran judíos. Sabe Dios si matan a los de genes diluidos, como algunos matan al Boxer blanco. A mí no me importa que no seas puro, mix o portorrican sato. Yo te quiero como quiera. Después de todo ya lo dijo la señora dueña de una pura y sin duda alguna, de genes espectaculares: No tienes que preocuparte, porque tú, aunque seas de gene diluido, que puede ser hasta taíno, para mi sigues siendo un “Labrador americano” … de $325.