Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
Este mes de setiembre celebramos con civismo las fechas patrias que conmemoran la independencia como el hecho histórico más importante de la fundación de Costa Rica en el año de 1821. Desde ese año dejamos de ser parte del reino colonial de España (conocida como nuestra madre Patria); a partir de ahí nuestra evolución transformadora en todos los campos ha sido fundamental para la consolidación de nuestra identidad como nación costarricense, independiente, libre y soberana. A través de todos estos años hasta llegar a este 2016, se dieron acontecimientos trascendentales como han sido la primera Guerra Civil de 1823; Gran Guerra Patria de 1856-1857 y la Guerra Civil de 1948; que marcan momentos históricos para nuestra República y otras guerras, golpes de Estado y acontecimientos. La Gran Guerra liderada por Mora como una reafirmación de la Independencia Nacional y la guerra de 1948 que impone las bases de la sociedad contemporánea; respetando las garantías sociales promulgadas en la década de los 40s y creando un país en vías de un desarrollo con énfasis en la salud y la educación; la abolición del Ejército militar y la creación de instituciones públicas fuertes al servicio del desarrollo nacional.
Por lo anterior; con gran orgullo y regocijo, todos los ciudadanos de este pueblo; sin distingos de ningún tipo celebramos el poder vivir en este hermoso país; y todos los años levantamos la bandera blanco, azul y rojo por lo más alto. Las escuelas y colegios, las instituciones públicas y privadas; todas las oficinas y empresas debemos adornar con los símbolos patrios a lo largo y ancho del territorio nacional; el nacionalismo con el corazón henchido debemos demostrarle al mundo que nuestro pequeño país es un referente moral, político y democrático y de respeto de los derechos humanos fundamentales. Se ha afirmado que la independencia política de España en conjunto con las otras provincias nos llegó de manera fácil y pacífica; recordemos que Costa Rica fue una provincia del antiguo Reino o Capitanía General de Guatemala. Hubo mucha influencia de los acontecimientos que sucedían en México, que mediante el Pacto de Iguala, éste país se independizó y le siguió en cascada el Ayuntamiento de la ciudad de Guatemala, que aprobaron el acta de independencia.
Lo curioso es que: “la Diputación Provincial de Nicaragua y Costa Rica, con sede en la ciudad de León, no quiso aprobar el acta de Guatemala, y redactó otra en la cual, aunque acordaba la independencia de España, lo hacía de manera incondicional, manifestando que la aceptaba “hasta tanto que se aclaren los nublados del día”. A la ciudad de Cartago llegó el correo el día 13 de octubre de 1821 trayendo copias del acta de Guatemala y del acta de León. Inmediatamente el gobernador de Costa Rica, coronel don Juan Manuel de Cañas, convocó a una reunión del Ayuntamiento de la ciudad, e invitó a esa reunión al Vicario Eclesiástico, presbítero don Pedro Alvarado y otros…Después de conocerse en la reunión los documentos que había traído el correo, y discutirlos ampliamente, todos estos ciudadanos acordaron aceptar el acta de León.” (De Nuestra Historia Patria. Hechos Militares y Políticos. Rafael Obregón Loría. Págs. 15 y 16)
Después de varios años convulsos en la consolidación del Estado costarricense; con guerras, discrepancias y golpes de Estado entre militares y políticos; llegamos a agosto de 1848 con la fundación de la República impulsada por el Dr. José María Castro Madriz; Presidente de Costa Rica. Recordemos que hacia una década que había desparecido la República Federal de Centroamérica; pero en la región se guardaban las esperanzas de reconstruir esta República; pero en Costa Rica el Dr. Madriz erigió la República; para que tuviéramos relaciones internacionales y diplomáticas con otros países. Se nos comenzó a respetar como Nación y República libre e independiente. En agosto de 1848 y a solicitud de las municipalidades, el Congreso Nacional emitió el decreto que erigía al Estado de Costa Rica como República soberana e independiente, sancionado por el Presidente Madriz el 31 de agosto de 1848.
Considerando: que la denominación «Estado de Costa Rica», que contiene el artículo 21 de la Carta Fundamental, no está en consonancia con la solemne declaración que libertad e independencia de Costa Rica; que en tal concepto establece el artículo 22 de la misma; que este artículo consigna el principio de soberanía, y como nación libre, soberana e independiente y dueña de sus derechos, ha merecido la consignación de las naciones extranjeras suyo muy sagrado, obsequiar el voto unánime de la gran mayoría de las Municipalidades las cuales arreglándose al artículo 187 de la Carta, piden la proclamación de la República y la reforma de los artículos, cuyo resumen presente la comisión, ha venido a decretar y decreta:
Art.1. El título de «Estado» que Costa Rica en la condición de cuerpo político, soberano e independiente, ha tenido desde la disolución del Pacto Federal hasta el día, se constituye con el de «República» que bajo aquella misma condición llevará en lo sucesivo.
José María Castro Madriz. 31 de agosto de 1848.
Se agrega a lo anterior que en la década de 1840, inicia el despegue económico con las exportaciones de café e inserción al país en el mercado mundial y la consolidación de una élite dominante (la oligarquía cafetalera) que irrumpe en la disputa por el poder político. Para 1849 llegar al poder don Juan Rafael Mora Porras, Héroe de la Gran Guerra Patria (1856-1857); contra los filibusteros invasores norteamericanos que intentaron adueñarse de Centroamérica para anexarla a EE.UU. de América y someter a la esclavitud a nuestros pueblos. Después de que sucedieron todos los acontecimientos bélicos para defender a Costa Rica y a Nicaragua; y así poder reafirmar nuestra independencia nacional; para 1860 se da el triste fusilamiento de Juan Rafael Mora Cañas y el general José María Cañas; víctimas de una serie de conspiraciones políticas y militares entre grupos que se disputaban el poder y control de la República.
Posteriormente, pasaron 100 años de 1848 con la fundación de la Primera República para llegar a 1948 con la erupción de la Segunda República por parte de la Junta Fundadora que preside don José Figueres Ferrer; quien como general victorioso de la Guerra Civil de 1948, suprime los poderes constitucionales y gobierna de facto el país durante 18 meses proclamando los Decretos; para luego convocar a una Asamblea Nacional Constituyente que emite la Constitución Política actual de 1949; entregar el poder al ganador de las elecciones nacionales anuladas por el Congreso Nacional a don Otilio Ulate Blanco. Durante todos estos 100 años se fue consolidando la identidad del ser costarricense; donde se han desarrollo acontecimientos muy sui generis que han hecho de la República una muestra de democracia social basado en valores y principios en muchos casos diríamos muy cristianos por la búsqueda de la justicia y la solidaridad social.
Las reformas sociales de los años 40s del siglo XX, se basan en el amor al prójimo, al respeto a los derechos humanos. Luego con las reformas implantadas por la Junta Fundadora de la Segunda República vino a universalizar y cimentar las bases de una República más igualitaria, solidaria, equitativa; con fuerte fundamento y raigambre de la institucionalidad y respeto al Estado Social de Derecho; a la naturaleza, a la igualdad de oportunidades y a la movilidad social en base a la educación. También se fortalece una clase media integrada por pequeños propietarios agrícolas, colonos, arrendatarios, aparceros, empleados del comercio, pequeños comerciantes y maestros etc. En el país se desarrollo un pluriclasismo; donde no solo la clase alta constituida otrora por la oligarquía cafetalera y los liberales que reinaban en el poder; tuvieron que compartir el poder político con otros sectores más intelectuales, académicos venidos de las universidades, etc.
Durante mucho tiempo hacia acá los social demócratas y los social cristianos compartieron el poder político; cimentados en el bipartidismo; hoy la realidad es diferente donde existe un multipartidismo; y se deben sentar a la mesa muchos actores y partidos políticos de diversas denominaciones ideológicas sobre la visión del país. Lo importante es que durante los 100 años que duró la transición de la Primera República a la Segunda República; hemos obtenido un mejor país, con mayor cultura política; con mayor acceso a la educación y englobados en un mundo moderno del siglo XXI; que sin duda nos enrumbamos hacia la Tercera República; que podría ser su inicio con la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que emita una nueva Constitución Política, moderna y dinámica que realice las reformas necesarias del Estado y así lograr de Costa Rica como una República moderna, desarrollada y de primer mundo. Este es el gran desafío actual en que nos encontramos.