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Carlos Revilla Maroto
Uno de los lugares bonitos y cercanos a San José, es el de Castilla en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. Era una zona cafetalera, aún se ven algunos vestigios de esto, pero debido a su cercanía con la ciudad se ha ido urbanizando, lo cual es visible a ambos extremos de la calle que forma la comunidad, aunque el área conserva los rasgos de su ambiente rural.Tiene todo lo que debe tener un pueblo, de esos llamados rurales: Iglesia, escuela, parque con plaza, y cantina. Todos ubicados casi uno a la par del otro. La cantina a la par de la escuela, frente a la escuela la iglesia, frente a la iglesia el parque con la plaza, y a un costado de la plaza la cantina, en un chirrión de calle que atraviesa el lugar. Y todo esto a unos diez minutos de San José, por la ruta 32, la Braulio Carrillo.
Oficialmente la escuela se llama “Centro Educativo Castilla” y fue construida en el año de 1912, como atestigua una fotografía de esa fecha. La cantina es el famoso “El Migueleño”, que ahora es un espacioso bar al estilo moderno, por cierto lugar muy concurrido por sus excelente bocas y módicos precios.
La Iglesia del Carmen de San Miguel de Santo Domingo de Heredia, de alrededor de 480 m2, fue construida en el último cuarto del siglo XIX, siendo una de las últimas iglesias existentes elaboradas a partir de la técnica del adobe (barro). La cubierta es de teja de barro, el piso de mosaico y las paredes de adobe. Algunas fuentes datan la construcción en 1874, pero no hay consenso en la fecha exacta, y no hay registros que la corroboren. Originalmente el templo fue dedicado a San Miguel Arcángel, pero años después cuando la imagen de San Miguel fue trasladada a la Iglesia del Centro de San Miguel se le dedicó a la Virgen del Carmen, de ahí su nombre.
La iglesia se puede llamar también capilla o ermita, y es parte de la parroquia de San Miguel, evidenciando la integración de las pequeñas comunidades rurales del siglo XIX, en torno a la satisfacción de sus necesidades religiosas. Se trata de uno de los pocos templos católicos del país que aún son utilizados para realizar semanalmente oficios religiosos, cuyas paredes están hechas de barro.
Hace unos años se construyó un campanario a la par del inmueble, al igual que un muro de piedra que lo rodea.
Es difícil precisar un estilo arquitectónico, es más, me atrevería a decir que no lo tiene en el sentido estricto, pues la edificación se realizó con un diseño muy sencillo a partir del ingenio de algunos de los habitantes del pueblo.
La iglesia fue restaurada en 1981, en una primera etapa, bajo la supervisión del departamento de Patrimonio Histórico, y a través del tiempo ha recibido varias intervenciones y arreglos, el último en el año 2012, de la mano del “Comité Pro Restauración Templo Nuestra Señora del Carmen”, una organización de vecinos, ciudadanos y profesionales en arquitectura que lograron una donación de 40 millones de colones por parte del Centro de Investigación y Conservación del patrimonio Cultural (CICPC) del Ministerio de Cultura.
La iglesia tiene un parquecito lindísimo, que hace una perfecta combinación con la estructura, además que se puede admirar una estatua, parece fue hecha en honor a los cogedores de café. Estos los pueden ver en la galería
El inmueble fue declarado patrimonio nacional en 1982 mediante el decreto 13550-C, y este se renovó en 1998 con el decreto Nº 27493-C, donde el inmueble se incorporó al patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica.
Si no la conoce todavía, vale la pena darse la vuelta, por su cercanía a San José y facilidad de acceso es muy sencillo llegar. Además, por supuesto, que aprovechan y se toman una bebida espirituosa en la “cantina” del lugar, pero más que todo para comer una de sus famosas bocas.
Para una descripción detallada del inmueble, transcribo parte del expediente para declaratoria patrimonial, previo a la intervención de 1998, elaborado por el Lic. Hugo Vargas González, historiador del centro de investigación y conservación del patrimonio cultural del MCJ:
“La fachada cuenta con un vano para la entrada de doble hoja. Encima de esta hay una viga sobre la cual, antes de la restauración, hubo un dibujo a relieve de un rombo y en la parte central de este una pequeña cruz, también en relieve. La entrada tiene arco de medio punto. Las paredes no presentan algún vano y son de adobes, al igual que las del resto del inmueble.
El campanario está montado en la parte superior de la pared de adobes, sostenido por cuatro columnas de madera (con su respectiva base de piedra) situadas enfrente de dicha pared, y paralelamente a ellas, conformando así un atrio. Dos maderos empotrados en la pared, que se conectan con las dos columnas laterales, complementan el sostén de la estructura techada de dicho atrio, la cual es más baja que la del resto del inmueble. El campanario es de madera y parece no ser todo original. En cada uno de sus costados cuenta con una ventana y celosías de madera, y su techo cubierto de teja es de forma piramidal. Al igual que la principal, las fachadas laterales son de una gran sencillez. No presentan molduras ni algún otro tipo de ornamento, salvo el que surge de las piezas de madera, de distinto tamaño y distancia, que sostienen el alero. La sobriedad en ellas es tal que solo tienen una puerta y una ventana.
La fachada posterior presenta cuatro contrafuertes de adobe, tres sobre la estructura principal y otro en la de la sacristía. Igual que las anteriores cuenta con un alero. Al haber una pequeña elevación del techo en donde está el altar se cubrió el espacio sobrante de la pared de adobes con una estructura de madera cubierta de zinc, la cual concluye al iniciarse la sacristía. Esta pared cuenta con una ventana. Al costado norte hay una pequeña pared de adobes.
El techo es de dos aguas, la estructura de madera (aunque originalmente, según parece, fue de caña) con láminas de zinc y cubierta de teja.
El cielo raso es de tabla. Tiene doce columnas de madera que bordean la nave principal y el altar. El piso es de loseta de barro (aunque al parecer no es la original). En el presbiterio se eleva el techo, pero el cielo también es de tabla y de color blanco. Es difícil precisar si este es el color original, pues algunas fuentes señalan que era celeste, al igual que se afirma que el cielo era de caña. Una entrada de dos puertas comunica al sur con la sacristía. La sacristía se localiza al extremo del costado sur de la iglesia, conectándose con esta a través de una entrada localizada cerca del altar. Tiene paredes de adobes y su techo es de dos aguas pero en forma perpendicular al de la iglesia. Se conecta con el inmueble principal a través de una entrada en el costado sur. Tiene un acceso independiente, en su costado oeste, enfrente de una pequeña galería.
El campanario está montado en la parte superior de le pared de adobe, sobre cuatro columnas en fila delante do la pared principal, formando un atrio.
Tanto las columnas como el campanario son de madera. Las columnas de los extremos están montadas sobre bases de concreto y tienen biseladas las cuatro esquinas o aristas.”
Como es mi costumbre, preparé una galería de la iglesia y su entorno.