Cada día menos un estado de derecho

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes Castegnaro

Efectivamente, por muchos años, los ticos hemos rajado con que somos un estado de derecho. Un país de abogados y no de soldados. En medio de una región siempre llena de militares, siempre llena de miseria y de muerte, de alguna manera tener un país lleno de abogados y de maestros era una ventaja comparativa nuestra enorme.

Además, ¿qué quiere decir ser un “Estado de Derecho”? Quiere decir, algo por lo cual también rajamos: quiere decir que no hay poder mas fuerte que el de la ley. Cuando los ticos decimos que tenemos uno u otro derecho estamos refiriéndonos a lo que somos: una sociedad igualitaria, donde la justicia se aplica ciega ante todos por igual. Donde el poderoso no le gana el que no lo es si no lleva la razón.

Pues bueno, en estos días recientes he reflexionado con amigos sobre esto, para llegar a la conclusión de que cada día lo somos menos. Y lo peor, creo que sin medir las consecuencias de dejar de serlo, ya ni siquiera lo tenemos como aspiración.

Voy a citar varios ejemplos que me han hecho pensar en ello: el primero y mas obvio, el de la concesión San José – San Ramón. Se anuncia con bombos y platillos que se ha aprobado el contrato de concesión de esa carretera, empiezan las protestas, empezamos todo a sospechar que hay una sinvergüenzada. El Gobierno no da ninguna explicación sobre que se construirá nuevo, que se recarpeteará y que se dejará tal cual. No justifica un aumento en el costo del peaje. No explica nada. Empiezan las sospechas cada día a instalarse mas solidamente en el ser de los costarricenses. Un grupito se lanza a protestar. Amenazan con hacer manifestaciones para el viaje de OBAMA. Ese grupo tiene signos externos, camisetas, uniformes… raro ¿no? ¿Quién tan generoso les regaló signos externos? En fin, lo importante no es eso, lo importante no es si estaban subvencionados por una constructora que quería que le siguieran contratando recarpeteos, o si estaban subvencionados por un partidos político. Tampoco importa si eran muchos o pocos, la verdad, es que todos pensábamos que había algun chorizo, asi que si no nos manifestábamos era por casualidad. Pero lo que sucede extraordinario es que ante dos días de presión la Presidenta de la República decide romper nuestro contrato. ¡INAUDITO! Así sin mas, dejamos sin efecto un contrato de miles de dolares, por que el Gobierno es políticamente debil y no quiere mas problemas. ¿Sómos un país de derecho? Creo que nuestra credibilidad internacional ha de verse menguada con este acto. ¿Quién se irá a animar a venir a contratar con el Gobierno de Costa Rica si tres días de manifestaciones hacen al gobierno romper lo contratado y dejar sin efecto un contrato? Si había corrupción, la alternativa era denunciarla, perseguir y encarcelar a los corruptos. Bueno, eso no se hizo, se resquebrajó el estado de derecho.

Otro buen ejemplo, la fiscalía, el Ministerio Público. Resulta que un político puede ser sometido a un mismo proceso 3 o 4 veces seguidas, como sucedió con Rodrigo Arias, por que estas instituciones se mueve al vaivén del público. Igual sucede con el caso de Infinito Gold. A alguien se le ocurrió denunciar a Oscar Arias, y decir que seguramente había recibido dinero de la empresa canadiense. Pues resulta que hace meses llegó a Costa Rica la prueba -que no se sabe si es a su favor o en su contra- solicitada por la Fiscalía al Juez Canadiense. Personalmente estoy segura de que el silencio de CR Hoy y de La Nación, lo que indica es que el documento canadiense, dice que Oscar Arias no recibió dinero. De decir otra cosa el documento se habría filtrado y esos dos medios la hubiesen hecho pública. A nadie, ni a la Fiscalía, ni al Ministerio Público, le importa la seguridad o inseguridad en la que vive un ciudadano. Le importa impresionar a la Galería, y recibir aplausos de la prensa.

El tercer ejemplo es la potestad de los diputados de nombrar, renovar un nombramiento o no, de los Magistrados. Todos los Magistrados desfilan ante los diputados de turno haciéndoles la corte para ser electos y para que su mandato sea renovado. Es decir, todos los magistrados aceptan gustosos el perverso sistema. Esto fue así hasta el día en que con una gran torpeza, y por razones en mi opinión incorrectas, los diputados deciden ponerle fin a la tradición de reelegir (por cierto lo hicieron mal y la Sala Constitucional les enmendó la plana). Ese día, todos se vistieron de negro y gritaron a coro: ¡HORROR! El poder político está interviniendo en el Poder Judicial. El Rey de ese manejo político y esa corte al poder político, don Luis Paulino Mora (qdDg), hace su famoso discurso de la silla vacía. Al escribir estas notas, hace solo unas horas, que la Corte Plena ha designado a su Presidente y Vice Presidente. Dos Magistrados que presentaron sus nombres como rivales, se pusieron de acuerdo en que uno quedara de Presidente y otro de Vice. Hubo torceduras de brazos, reuniones en Casa Presidencial, ofrecimiento de puestos, y demás practicas de la política tradicional que tiene al país cansado. Pero también hubo las redes sociales sustituyéndose a la Corte Plena y exigiendo que el nombramiento de un jurista extraordinario como Administrativo mayor (Presidente de la Corte), hubo ese clamor popular pretendiendo decir que hacer… Cada día, cada minuto, somos menos un Estado de Derecho.

* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna. El 22 de junio de este año, le fue diagnosticado un tumor en el cerebro. De nuevo en agradecimiento a su lealtad, decidí darle una muerte digna y regalarle la eutanasia.