Bush 41 y Centroamérica

Carlos Manuel Echeverría Esquivel

Carlos Manuel Echeverría

Le estoy muy agradecido al Presidente George H.W. Bush, quien gobernó su país entre 1989 a 1993, una época crítica para Centroamérica. Antes de plantear lo que tengo en mente respecto al impacto del Presidente Bush en Centroamérica, quisiera expresar la más sentida condolencia a su familia, a los estadounidenses, gobierno y ciudadanía, por la pérdida del Señor Expresidente. En este caso en particular no solamente un héroe de guerra y un patriota, pero un caballero, perteneciente a una elegante y distinguida familia de servidores públicos, con características brahmines, hijo del senador Prescott Bush y padre de expresidente y exgobernadores. Él, como su padre, sin dejar de ser un próspero hombre de empresa, ocupó una serie de posiciones importantísimas, en momentos claves para su país, culminando con el ejercicio de la Presidencia. Me gustó siempre por su forma respetuosa de manifestarse públicamente, siempre demostrando gran capacidad analítica, su respeto a la muy necesaria institucionalidad pública multilateral y visión estratégica en cuanto a la política exterior, que es lo que para este ensayo interesa.

En los años previos a su presidencia, gran parte de Centroamérica estaba sometida a conflictos insurgentes fratricidas; otra dominaba por una oprobiosa dictadura; otra inclinándose por el marxismo leninismo y una en paz y democracia, pero acosada por los conflictos a su alrededor.

Bajó el liderazgo de don Roberto Murray, ese destacada pro Ser Humano salvadoreño, con el aporte de dirigentes empresariales costarricenses tan destacados como don Edmundo Gerli González y don Edwin Méndez Mata, se creó en 1987 la Federación de Entidades Privadas de Centroamérica y Panamá (FEDEPRICAP), en ese tiempo integrada por las cúpulas empresariales (las UCCAEPs) y las entidades de desarrollo (las CINDEs) de los 6 países miembros, con la idea de hacer de FEDEPRICAP una instancia más de fomento de principios que de defensa de intereses, de fomento de valores propios de la libertad empresarial, de una economía de mercado funcional y competitiva; de la democracia y la libertad general…con una visión holística de la realidad. FEDEPRICAP debería ser entonces un ente capaz andar de la mano con los gobiernos consecuentes con los mencionados valores y –muy importante- con otros sectores de la sociedad civil, con los que inclusive se pudieran tener diferencias y contradicciones sustanciales, para construir una nueva Centroamérica libre, democrática, productiva y justa. La idea fundamental era transformar al sector privado en un factor de desarrollo y no solo de crecimiento económico, promotor a su vez de la integración regional.

Así, en el marco de la expresado en el párrafo anterior, se lanzó FEDEPRICAP “al ruedo” designándose al suscrito, ex viceministro de planificación de Costa Rica y reconocido facilitador de relaciones inter sectoriales, como primer Director Ejecutivo. Ejercí el cargo con dedicación, amor a Centroamérica y lealtad a los valores institucionales, desde 1987 hasta 1994. Iniciamos labores con 90 mil US$ de ROCAP/AID que en nuestro mejor año, 1992, se convirtieron en 3 millones $, gran parte de AID, pero de otras fuentes también, como el BID, la AECID y la Unión Europea. FEDEPRICAP, con un equipo humano de primera categoría, tanto a nivel de dirigencia como de planta, apoyado por los equipos de las instancias nacionales de su membresía, fue un factor indudable de progreso y desarrollo, propositivo al nivel más alto de la actividad pública regional, co-creador con otros sectores de lo que después se convirtió en el Comité Consultivo del SICA, hoy venido lamentablemente a menos. Así mismo, FEDEPRICAP cambió con el tiempo y hoy tiene muy poco que ver con la original.

Ese trabajo de varios años, que inclusive llevó a FEDEPRICAP a apoyar proactivamente a nivel de cada país donde había conflicto los procesos de paz y democratización, no hubiera sido posible sin el apoyo decidido del Señor Bush por la vía de ROCAP/AID, el AID para Centroamérica, en esos años bajo la responsabilidad de la quizás mejor amiga que la Centroamérica moderna ha tenido, doña Nadine Hogan.

El Señor Bush, designó a su hijo Jeb, en ese tiempo Secretario de Comercio de la Florida, como contacto especial con FEDEPRICAP. Con él me reuní varias veces, le ofrecimos un desayuno empresarial en Costa Rica, sede de la entidad y en una ocasión, llamado un sábado desde Guatemala por la Señora Hogan, me trasladé a Tegucigalpa, para una cena con ella, el Embajador de los EEUU en Honduras y el Secretario (Jeb) Bush, el domingo por la noche, para tratar temas propios de la actividad de FEDEPRICAP. No debe quedar duda entonces, de que el Presidente Bush, que designaba a su hijo para esos menesteres, sabía lo que era y hacía FEDEPRICAP.

El Presidente Bush le dio a Centroamérica la oportunidad de ser libre, democrática y próspera para todos. Reconoció el “derecho de piso” que se ganó la insurgencia en El Salvador por ejemplo y que coadyuvó a generar un sistema político abierto e incluyente, que con todos los defectos que pueda tener, es hoy reconocido a nivel internacional, como un ejemplo de desarrollo democrático.

Indudablemente, el Presidente George H.W. Bush tuvo la visión estratégica de no promover el arraigo del status quo que había antes de la insurrección en varios países; por otro lado, el de reconocer que el destino de la Región es responsabilidad fundamentalmente de su gente.

Por razones como las mencionas en este breve ensayo, considero que debemos reconocer al distinguido expresidente, el valor de su aporte al progreso sostenido en Centroamérica. Descanse en paz Presidente Bush.

Exembajador de Costa Rica en El Salvador/ Miembro Comisión Preparatoria del SICA.

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