De Simón Bolívar a un Estado fallido

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Con tristeza vemos todo lo que está sucediendo en el hermano país de Venezuela, que se ha convertido en un Estado fallido. Con la anulación total de la independencia de los poderes públicos, la violación de los derechos políticos y constitucionales. El presidente Nicolás Maduro se inventó unas elecciones de aprobación de una nueva Constitución Política votada por una minoría de electores con el fin de darle plenos poderes a una espuria e ilegítima Asamblea Constituyente, donde sus diputados están completamente a su servicio. Prácticamente han dejado sin poder al Parlamento (Poder Legislativo) y amenazados de que deben respetar al poder constituyente chavista que sus leyes impongan de manera dictatorial.

Incluso la Asamblea Constituyente usurpó los poderes del Parlamento, asumiendo las competencias de éste en materia de seguridad, soberanía, economía, finanzas, bienes del Estado y otros asuntos; es decir dejó un Parlamento prácticamente con un cierre técnico y débil, sin funciones y decisiones trascendentes para el país; ya que sus decisiones son anuladas por el máximo tribunal judicial. Venezuela es un Estado fallido desde hace mucho tiempo; porque según los analistas ha fallado en la garantía de otorgar los servicios básicos, erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones (un país completamente dividido entre los seguidores del gobierno y la oposición); una incapacidad total de controlar y equilibrar la economía, altos niveles de corrupción y criminalidad; incapacidad para interactuar con otros Estados, como miembro de la comunidad internacional (Ver pronunciamientos de la Organización de Estados Americanos –OEA- y de otros continentes)

En síntesis el fracaso es total en los ámbitos social, político y económico; un gobierno débil en el sentido de no gozar de legitimidad y credibilidad; pero que solamente por la vía de la agresión, el matonismo, actúa de manera dictatorial (con cientos de muertos y heridos, las cárceles llenas de presos políticos de sus opositores etc.). El Socialismo del Siglo XXI; es todo lo contrario a lo que predicaba el Libertador Simón Bolívar, y que irónicamente los chavistas lo convocan y en su nombre tratan de legitimar sus atropellos a la democracia, la división de poderes, el respeto a los derechos humanos fundamentales etc. Bolívar fue un Libertador de nuestra América, libertador de nuestra independencia y fue un héroe en su lucha por la abolición de la esclavitud, en su sueño de unidad americana, la democracia, el apego a la igualdad y a constituir un gobierno libre y justo.

El gobierno de Maduro, ha deshonrado la gesta heroica y el pensamiento de Bolívar, al violentar totalmente su legado histórico, lo que afirmaba Bolívar debía ser una República: “Sólo la democracia, en mi concepto, es susceptible de una absoluta libertad. La República Democrática proscribió la monarquía, las distinciones, la nobleza, los fueros, los privilegios; declaró los derechos del hombre: la libertad de obrar, de pensar, de hablar y de escribir. El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social, y mayor suma de estabilidad política.

Dignaos conceder un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la paz. Los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean son obras muertas que poco influyen sobre las sociedades; hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las repúblicas.”

Un gobierno venezolano dictatorial, donde envía a las cárcel al que levanta su voz contra los atropellos y la violación de los derechos fundamentales; es espurio, y de poca transparencia en sus actuaciones; inmerso en una corrupción galopante; ha perseguido a los ciudadanos, a los empresarios, ha cerrado medios de comunicación, etc. Es definitivo que el “Chavismo” no es un modelo político a seguir, que solamente ha generado un gran caos; en una economía que vive de forma básica la factura de exportación del petróleo. Cuando se limita la libertad de empresa, las iniciativas individuales se extinguen, incluso el ataque constante a la propiedad privada es muy preocupante y genera todo tipo de inestabilidad e inseguridad en los ciudadanos.

El Socialismo del Siglo XXI es un rotundo fracaso, por seguir un modelo marxista y leninista; una vez obtenido el poder por la supuesta vía de los votos, no sueltan el poder político y utilizan dizque en una fingida democracia el poder dictatorial, suprimiendo las garantías sociales y políticas. Cuando en una economía se elimina el “emprendedurismo” y la libertad de pensamiento; la sociedad y el Estado en general se vuelve improductivo; aparte de tener un gobierno que desea controlar todo; se cae en un rotundo fracaso y se pierde la viabilidad en todos los ámbitos; generando la inseguridad jurídica, económica y una incertidumbre sin precedentes.

Por otra parte el presidente de EE.UU. Donald Trump, no ha descartado una intervención militar en Venezuela; que sería una situación crítica y que tendría consecuencias graves, en heridos y muertos. Considero, que solamente si existe un conflicto petrolero y algo que afecte las finanzas en EE.UU., se daría una invasión; de lo contrario estaría en manos de los países de la OEA que tomen una resolución final para hacer algo trascendente y que cambie la historia política y económica en Venezuela. Lo grave de este país es el absolutismo político y la ortodoxia ideológica “chavista – leninista” que sigue el Gobierno de Maduro; que ni tan siquiera es un redentor ni tiene la elocuencia que por lo menos tenía su predecesor fallecido Hugo Chávez Frías. Maduro es torpe y no tiene credibilidad, ni respeto; lo que conlleva a una enorme crisis en todos los ámbitos.

Finalmente; seguiremos pendientes de la crisis venezolana y su desenlace; y como afirmaba Simón Bolívar: “Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su pueblo”.

“Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía.”