Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
Desde que el comandante Hugo Chávez Frías instaló desde 1999, el proyecto de la “Revolución bolivariana”, también denominado “socialismo del siglo XXI”; que han querido expandir algunos países en América Latina; y así lograr competir con otros programas e ideas como la social democracia, el social cristianismo, los liberales u otras corrientes del pensamiento político; Venezuela entró en una vorágine sin precedentes. La crisis actual y el drama cotidiano que se vive en el hermano país están llegando prácticamente al colapso total. Fiel a las formas totalitarias que caracterizan a los países de signos socialistas; al igual del giro tomado por la Revolución Cubana a los inicios de los años sesentas del siglo XX. Con todos los problemas existentes en Venezuela; se les ha caído el estandarte a los simpatizantes de la izquierda (marxistas, guerrilleros, socialistas, en fin todos los que abrigan la esperanza de instaurar un país socialista en sus territorios)
Todavía lo peor vino después del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, y el advenimiento al poder de Nicolás Maduro. Por lo menos Chávez tenía discurso, era un orador con cierto carisma revolucionario y transmitía las ideas socialistas distorsionadas históricamente a su manera trayendo y relacionado con el libertador Simón Bolívar. Todo lo contrario al torpe y amedrentador jugando a dictador en que se ha convertido Nicolás Maduro; siendo una mala copia de Chávez, creyendo que se le debe rendir culto a su persona y atropellando los derechos humanos fundamentales; con un pueblo sufrido e irrespetando a las instituciones públicas y democráticas. En estos días hemos observado las noticias de las marchas multitudinarias que ha lanzado a las calles de Caracas y otras ciudades a miles de opositores al régimen de Maduro; exigiendo la convocatoria a “unas elecciones libres y democráticas”, la liberación de los presos políticos y que ingrese ayuda humanitaria al país.
Lo más grave es que las protestas de los opositores; tiene como respuesta de Maduro es que estos pretender asaltar el poder político y dar un “golpe de Estado terrorista”. Para Maduro cualquier manifestación en las calles de manera libre, todos los opositores venezolanos son delincuentes, terroristas y amenaza con detenerlos y que la “justicia se haga cargo” de ellos; se la pasa amedrentando a los líderes políticos de oposición. Ya ha habido muertos, heridos y múltiples detenidos; y en la marchas la Guardia Nacional Bolivariana arroja gases lacrimógenos y dispara balas de goma para dispersar a los manifestantes. Por otra los simpatizantes del gobierno están dispuestos a salir a las calles vestidos con camisas rojas, para chocar contra los opositores y estos se puede convertir en una guerra campal (prácticamente podría tener visos de una guerra civil). A la fecha han sido tres largas semanas de protestas con un saldo de alrededor de 20 muertos, mucho heridos y cientos de detenidos, por la represión de los cuerpos de seguridad del gobierno.
Actualmente Venezuela vive un torbellino de confusiones e incertidumbre; que considero que pronto tendrá que resolverse; ojalá por la vía pacífica y democrática y no por las armas; a un costo de vidas y heridos sin precedentes. Es definitivo que el Régimen de Maduro debe acabar; que los chavistas deben alejarse del poder; por el inmenso daño causado; la hambrunas, la falta de comida y medicinas llegó al borde; en un pueblo acostumbrado a vivir los servicios; a los beneficios del petróleo y que no tiene tradición campesina y agrícola (es decir ni tan siquiera se pueden comer lo que siembran). Por otra parte es constante el hostigamiento del gobierno de Maduro contra la Asamblea Nacional (Parlamento que goza de autonomía) y que es el único poder público que no controla el Régimen. Existen sentencias judiciales parcializadas a favor del gobierno contra las decisiones del Parlamento de la República; esto es un atropello y atenta contra la democracia y la división de los Poderes públicos.
En esta amarga que vive el pueblo de Venezuela recordamos al prócer Presidente venezolano Rómulo Betancourt y que todos los demócratas y respetuosos de los derechos humanos nos solidarizamos con este país; para que logre salir de esta pesadilla; y hacemos un llamado a todos los pueblos latinoamericanos y del mundo a manifestarse, a presionar al Régimen de Maduro y que realmente puedan encontrar la paz. Decía Betancourt: “La consolidación de este vasto e importante frente americano para la defensa de la libertad y para la lucha por la paz resulta empresa poco fácil si no se emprende con ánimo de total sinceridad. Ya son adultos, mental y políticamente, los pueblos del continente y saben discernir entre las grandes frases encubridoras y las realidades actuantes.
La gente de las ciudades y de los campos lee ávidamente cuanta noticia escrita llega a sus manos; y los millones de analfabetos que forman nuestro doloroso saldo de incultura aprovechan los modernos vehículos de difusión de la palabra hablada para enterarse de cuanto sucede en el mundo y para formarse criterio propio sobre todos los acontecimientos importantes. Por tales circunstancias resulta difícil movilizar la extraordinaria reserva de voluntad democrática y pacifista de los pueblos americanos si no se traduce a hechos tangibles y concretos ese acervo de formulaciones principistas, tantas veces inoperantes, que constituye el sistema jurídico y económico-social interamericano. De ese divorcio entre lo teórico codificado del panamericanismo y la realidad de los hechos vivos y cotidianos, así como de los problemas y dificultades que engendra tal situación, me ocuparé de seguida, esquemáticamente.” (Hacia América Latina democrática e integrada. Rómulo Betancourt. Pág. 198)
Finalmente, el Estado venezolano está fallido; y entonces lo que procede es el alejamiento de los líderes chavistas y acólitos y den paso a que se instituya la democracia, convocando a elecciones libres y vuelva el respeto a la división de los Poderes públicos y el respeto a los derechos humanos fundamentales. La Organización de Estados Americanos (OEA) y todos los organismos internacionales; así como los países americanos debemos hacer una llamado a la Paz y que el camino sea el entendimiento y la toma de acuerdos mutuos; con el fin de evitar que se sigan generando víctimas inocentes, muertos y heridos, y lo más grave la detención de los presos políticos, solamente por manifestar libremente sus pensamientos. En esta hora triste nuestra más responsable y transparente solidaridad con el pueblo de Venezuela.