Colombia y el premio Nobel de la Paz a Santos

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñig

El plebiscito del pasado domingo 2 de octubre del 2016 en Colombia donde la mayoría de los votantes expresaron un No al acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC; impone una renegociación total de los acuerdos logrados a la fecha. Los votantes del SI se llevaron una gran sorpresa porque estaban seguros del triunfo; pero la democracia es la que manda y el soberano pueblo se manifestó por un ajustado y poco margen del 50,21% del NO contra el 49,78% del SI; y una alta abstención del 62,57%. Considero que lo más importante es que el proceso de paz no se detenga y siga su curso a pesar del traspié en este plebiscito; donde quedaron en evidencia de que algunos acuerdos y concesiones otorgados a las FARC fueron excesivos como el regalo de varias curules ante el Congreso y el Senado de la República; así como otras concesiones atinentes a la inmunidad de los delitos cometidos por la guerrilla; que se valió del narcotráfico para obtener recursos económicos para su financiamiento y operación militar.

Cabe señalar que el jefe máximo de la guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, de inmediato declaró que la insurgencia mantendrá el cese al fuego bilateral y definitivo. La realidad es que durante 52 años que ha durado este levantamiento armado en la difícil montaña y selva que es parte amazónica de Colombia (considerada la más complicada del mundo); la guerrilla ha venido a menos y está bastante reducida; sin embargo las FARC están dispuestos a mantenerse en el proceso de paz, porque llegó para quedarse y lo reafirman así: “que la paz es un derecho contramayoritario porque es un derecho configurador y esencial de la dignidad humana. Así lo admite la Corte Constitucional, que además consigna en reciente sentencia que la consulta plebiscitaria no tiene efecto jurídico alguno, el efecto es político”. Considero que esta disposición de las FARC abre el espacio para que el Gobierno siga con los procesos de paz y convoque a todos los actores sin discriminación y esto incluye a los líderes del NO, los expresidentes Alvaro Uribe y Andrés Pastrana entre otros actores.

El Presidente de Colombia Juan Manuel Santos, había recibido un apoyo unánime de la comunidad internacional (hasta el Papa Francisco); y no es para menos. Todos queremos y luchamos por la paz; considero que a la mayoría no le gusta la guerra, el terrorismo, los asesinatos, los secuestros y el gran sufrimiento que se les causa a las familias dolientes que han perdido a sus seres queridos. No obstante quedó en evidencia el no convencimiento del pueblo colombiano; su insatisfacción con los acuerdos tomados en la Habana, Cuba, que tuvo como testigo de honor al Presidente Raúl Castro Ruz. Los argumentos públicos del expresidente Uribe calaron profundamente en el pueblo colombiano; quien fue el artífice fundamental de los seguidores del NO para este plebiscito. Logró meter miedo y enfatizar sobre la impunidad de los guerrilleros que han cometido múltiples delitos de lesa humanidad etc. Sin embargo cabe indicar que todos los actores hablaron en términos conciliadores, una vez pasado el proceso electoral; apostando a que los procesos de paz sigan su curso hasta una definitiva solución.

Aunque en la consulta plebiscitaria triunfó el NO; el Presidente Santos señaló de forma contundente lo siguiente: “No me rendiré y seguiré buscando la paz hasta el último día de mi mandato, porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos; escucho a los que dijeron NO y a los que dijeron SI. Todos quieren la paz.” Ahora debe acometer convocar a todos los actores de los tres bandos y tratar de negociar acuerdos claros y que no vayan contra la voluntad popular o que realmente sean concesiones inconstitucionales. Santos de nuevo ha designado a Humberto La Calle como el representante del Gobierno colombiano para que reanude las negociaciones con las FARC en la Habana, Cuba; y esto es fundamental para no abortar el proceso de paz. Todas las actuaciones del Presidente Santos fueron valoradas para que se le diera el reconocimiento con el Premio Nobel de la Paz 2016.

Es importante señalar que el otorgamiento del Premio Nobel a Santos; le da un impulso a Colombia a seguir el proceso de búsqueda de la solución final a este largo conflicto social, político y militar que ha dejado la pérdida de 280.000 vidas, millones de desplazados y destrucción. Es un desafío a que el gobernante no baje los brazos por alcanzar la ansiada paz; ante un país que ha sufrido durante más de un siglo el flagelo de la muerte que no se merece. A pesar de la derrota del SI en el plebiscito; se le reconoce a Santos su determinación de luchar por la paz; esto es indudable y una realidad. En Cartagena de Indias se realizó de previo al plebiscito la firma del acuerdo de paz, donde predominó el color blanco en todo, hasta en la vestimenta de los actores; al igual que el blanco de la paloma de la paz. Lo importante ahora en adelante es proseguir con la hoja de ruta y convocar a todos los actores posibles; los seguidores del NO triunfantes liderados por el Centro Democrático; los del SI y el Gobierno y la guerrilla de las FARC.

Es definitivo que la paz es el camino; no debe existir otro; la guerra debe terminarse de una vez por todas; no debe volverse hacia atrás; se debe siempre mirar hacia adelante; el futuro es de todos los hermanos colombianos que se merecen vivir pacíficamente; sin odios ni rencores. Los guerrilleros, los paramilitares y todos los insurgentes armados deben entregar las armas e insertarse a la vida social y política que otorga un país democrático como sigue siendo Colombia; con sus difíciles momentos y cruciales que ha atravesado durante su vida republicana e independiente. Por ahora lo que cuenta es que el Presidente Santos, así como se le otorgó el Premio Nobel de la Paz; también debe poner las “barbas en remojo” y aceptar que las fáciles y antidemocráticas concesiones dadas a la guerrilla de las FARC; constituían una peligrosa carta blanca para caer en la inmunidad de muchos delincuentes que han violentado las leyes de la República y esto el pueblo no lo pasó por alto y valoró dar el NO al plebiscito.

Siendo positivos y optimistas; considero que la mayoría seguimos estando a favor de la paz; pero con un acuerdo realmente democrático, duradero y respetando la vida y alma en la linda Colombia. Todo es posible en la mente y decisión de los seres humanos; y este primer fracaso para llegar a un acuerdo definitivo de lograr la paz en el país; debe convertirse en el advenimiento de un acuerdo racional donde todas las partes salgan satisfechas; sin concesiones espurias y de prácticamente de “cheques en blanco”; donde a todas luces el único ganador son la guerrilla de las FARC. El pueblo y sus víctimas de una larga guerra de 52 años también tienen derecho a que se le indemnicen de una u otra manera los daños y perjuicios causados, de muchas personas inocentes que dejo esta legendaria guerra civil que ha dado tanto sufrimiento al pueblo colombiano.

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