La celebración, la Anexión, la atención y la elección

Desde La Mina

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr

Este fin de semana largo que pasó no salí y en mi casa en La Mina, en Santa Ana, vi varias cosas que quisiera compartir…

Celebración del Alejandro Morera Soto

Como lo he dicho no le pongo mucha atención al fútbol, pero a propósito de la celebración del “bautizo” del Alejandro Morera vi algunas entrevistas a sus nietas y bisnietas y me recordó que estando con mi familia en Barcelona fuimos al estadio del Barça y por supuesto buscamos el nombre de don Alejandro y quizás por esas cosas de la ignorancia no lo encontramos por ningún lado, pero nos hizo recordar una anécdota de él que nos contó mi papá: viajaron juntos a Madrid —supongo que por cosas municipales (don Alejandro fue diputado, gobernador y sospecho que miembro de la Junta Directiva del IFAM)— tomaron un taxi y en la conversación de rigor entre taxista y pasajeros, al responder la consabida pregunta de dónde vienen y al saber que eran de Costa Rica, el taxista les comentó sobre un extraordinario jugador tico que él había visto jugar: Alejandro Morera Soto… cuando mi papá le dijo que este señor era ese Alejandro que había visto, detuvo el taxi y sacó una camarita de fotos para el retrato de rigor…

La Anexión

“Uyuyuy bajura” he visto que mucha gente con gracia y cortesía lo ha escrito en las redes sociales luego de echarse una bomba o simplemente para mostrar su simpatía hacia la celebración de la Anexión y a Guanacaste. Yo no tengo claro si ese grito es aceptado comúnmente en “el Guanacaste” de hoy, pero cuando yo crecía y especialmente en mi casa, para mi madre –quien me dio de mamar mi guanacastequidad—era una cartagada…era una de las muchas marcas que diferenciaban a los cartagos de los guanacastecos, porque en el Guanacaste profundo –el que se lleva siempre en las entrañas esté donde esté—una bomba se termina con un grito…

La atención

Nuevamente hemos tenido que internar a mi madre en el Blanco Cervantes, el hospital geriátrico y nuevamente debo reconocer la atención y el cuidado que el personal le pone a los pacientes, al menos en mi turno de guardia todo fue según las normas y un poquito más (con toque humano): pasa alguien a chequear signos, a dar medicinas, a cambiar pacientes o simplemente a darse una vuelta, siempre llenos de amabilidad y cortesía, que en esos momentos uno tanto necesita.
Siempre me pregunto ¿por qué en otros hospitales no es así?…ni siquiera en el de Niños.

La elección

El mundo está pendiente de la elección presidencial en los Estados Unidos, un “bully” y una representante del establishment se enfrentarán. Un matón con plata, que dice lo que le da la gana cuando le da la gana, desde que prohibirá la entrada de franceses y alemanes porque no han sido vigilantes efectivos de sus fronteras, a propósito de los tristes y lamentables ataques terroristas, hasta que levantará un muro en la frontera con México pagado con los fondos de las remesas que envían los mexicanos a sus casas y que volverá a la explotación del carbón mineral con fuerza…

Hillary —que cada día asume más una figura (desde el punto meramente físico y vestimenta) de la que los medios gráficos dice que representa a alguien del establishment , ese mismo que Trump trompea cada vez que habla— ha dejado de llevar la delantera en la competencia electoral, el lunes las encuestas marcaban 44% para Trump y 40% para Hillary. Dios quiera que eso no se mantenga y que Hillary pueda remontar, porque este pequeño país del centro de las Américas depende total y absolutamente de los Estados Unidos (ojalá y no fuera así), bien se decía hace unos años: “…si Estados Unidos se resfría Costa Rica estornuda…”

La elección en los Estados Unidos tiene tal relevancia global que cuando Obama era candidato por primera vez, yo estaba de trabajo en Kenya y un taxista asumiendo como propia la elección me dijo: I will vote for Obama and you? Y en lugar de darle explicaciones simplemente le dije: “Me too”.

Yo espero que usted también vote por Hillary…