José Francisco Bolaños Arquín
El domingo 6 de diciembre, se efectuaron en Venezuela las elecciones Parlamentarias, donde la oposición agrupada en la Coalición Unidad Democrática, logró 112 escaños y el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela alcanzó 55 puestos, perdiendo estos últimos el control legislativo de dieciséis años, cuando el señor Hugo Chávez llegó al poder en 1999. Las próximas elecciones presidenciales serán en el 2019 y tanto la oposición como los oficialistas deberán hacer un trabajo positivo y productivo, para mantener los primeros esa ventaja o los segundos recuperarla.
Al presidente Nicolás Maduro y al Poder Ejecutivo, les ha costado mucho asimilar la derrota y más bien manifiestan una actitud desafiante y peligrosa al decir que “no es tiempo de cohabitación” con la oposición y atribuyen que la derrota sufrida por su partido político, se debió a una guerra económica provocada por la derecha venezolana con ayuda de los Estados Unidos. También anuncia la creación de las Milicias Obrero Bolivarianas donde distribuirá unas 2 millones de armas a los obreros para defender al país de sus grandes conquistas y además, establecer un parlamento comunal cuyo propósito es obstruir al nuevo Congreso que iniciará funciones el próximo 5 de enero del 2016.
Venezuela cuenta con grandes riquezas, con reservas petroleras calculadas en alrededor de 300.000 millones de barriles, principalmente de crudo pesado y semipesado, en donde en estos días, se cotiza en un precio que ha venido a la baja para situarse en $31,24 dólares, en enero de este año se cotizaba a $40.30 el barril.
La deuda externa Venezolana en el 2014 cerró en $249.523 millones de dólares, de los cuales, $11.359 millones de dólares son por concepto de expropiaciones y nacionalizaciones no canceladas. Además en este año, el déficit fiscal es del 19.6 de PIB, con una inflación del 205%, un crecimiento negativo del PIB de -6.7%, una pobreza del 32.1% y un índice de escasez del 59% de productos básicos, para nombrar algunos parámetros.
Ante este panorama, la agencia financiera FITCH y MOOD”S, mantiene una baja calificación CCC, con muy poco acceso al crédito y mostrando un nivel de alto riesgo.
La situación de Venezuela es muy complicada y de no fácil solución y de seguir la confrontación entre los distintos actores, los problemas se incrementarán con graves e incalculables consecuencias.
Por lo anterior, este país suramericano requiere de un verdadero diálogo entre el Gobierno y la oposición, un pacto nacional en donde se tomen acuerdos necesarios e importantes que detengan y se revierta un complicado proceso de deterioro de su economía, que se ha venido acumulando con mayor fuerza en los últimos años.
Es de vital importancia que prevalezca la confianza, el respeto y la transparencia en todas las etapas de las reuniones, si se quiere obtener resultados positivos. Se deben tomar las mejores decisiones con el fin de aprovechar esas enormes riquezas con que cuentan los venezolanos y así alcanzar un mejor desarrollo económico político y social.
– Administrador de Negocios