Ocean Castillo Loría
I
En razón de las declaraciones que a mediados de agosto brindó el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sobre la posibilidad de reclamar el “retorno” de la provincia costarricense de Guanacaste, a territorio nicaragüense, y que reiteró el pasado 2 de septiembre, vale la pena escribir unas líneas respecto a lo que sabemos los costarricenses sobre el hecho de la Anexión o incorporación del partido de Nicoya.
En la escuela, se nos enseñaba, que por allá de 1820, estando aún bajo el gobierno colonial español, el denominado partido de Nicoya y los pueblos de Santa Cruz y Liberia (Conocido en ese entonces como Guanacaste), fueron anexados (Muchos años más tarde, se nos diría que incorporados) a la provincia de Costa Rica, con el objeto de elegir un diputado para las Cortes de Cádiz.
Ya en la época de la independencia (1824) estos pueblos, vía plebiscito, expresaron su voluntad de continuar anexados o incorporados a Costa Rica y un año después, ya en el marco de la República Federal de Centroamérica, el Congreso de esta instancia, sostuvo que el partido de Nicoya no debía estar unido a Nicaragua, es decir, que debía seguir ligado a Costa Rica, esto, hasta que se definiesen los limites permanentes de los Estados federales. Pero la República desapareció, los tales límites no fueron fijados y el partido de Nicoya siguió siendo costarricense.
También en aquellas clases de Estudios Sociales de nuestros años escolares, nuestras maestras, nos explicaban que una vez finalizada la guerra contra los filibusteros, se presentó un problema al gobierno de Don Juanito Mora: Nicaragua no se cansaba de reclamar como suyo, lo que no lo era: Guanacaste. Es más… inclusive Nicaragua amenazaba a Costa Rica con un enfrentamiento armado.
En aquellos ayeres (Los de Don Juanito, y no los de quien esto escribe), Nicaragua tenía la óptica de crear un canal interocéanico (tal y como la tienen ahora), lo que despertó la disputa por Guanacaste (igual que ahora)
Resultaba increíble que dos países que acababan de luchar y pagar en muertos el repeler la invasión filibustera de William Walker, estuvieran a punto de ir a una guerra entre ellos.
Pero muchas veces en la historia (nuestras maestras también decían que por la voluntad de Dios), se abren las puertas de la negociación, y el gobierno de El Salvador, medió en el conflicto, resolviéndose pacíficamente: el resultado fue el Tratado de Límites “Cañas – Jerez”.
El Tratado lleva ese nombre porque fue firmado por los generales José María Cañas, por Costa Rica y Máximo Jerez, por Nicaragua (años más tarde, nos llamaba la atención como los nicaragüenses, conocen ese Tratado como el Jerez – Cañas, el cambio en el orden de los apellidos, obedece a la lógica de anteponer el nombre de su recordado compatriota).
El Tratado fue firmado el 15 de abril de 1858, fue aprobado por los respectivos parlamentos de los países y en un acto muy solemne en Nicaragua, fue recibido por los Presidentes de Costa Rica y el vecino del norte.
Este documento permitió que no hubiese conflictos limítrofes con Nicaragua, por cerca de 12 años, pero en 1870 (En diciembre), el Ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Tomás Ayán, escribe una nota al nuestro, en ella, se cuestiona la validez del Tratado Cañas – Jerez.
Al mirar la nota, se observa que los argumentos de Ayán son lo que diríamos “leguleyadas”. ¿Para qué se cuestionaba el Tratado?: para evitar que Costa Rica participara del “famoso” proyecto de la construcción de canal interoceánico.
El círculo de tensión fue aumentando, hasta que ahí, sí (No como ahora y más adelante explicaremos la razón) Costa Rica rompió relaciones con el país del norte…
Seis años después, nuestro Presidente, el General Tomás Guardia, decide declararle la guerra a Nicaragua, esto de acuerdo también con Guatemala, tal pacto, lo concretó don Aniceto Esquivel, conforme a lo deseado por Guardia y los chapines.
Guardia fue con sus tropas hacia Guanacaste, pero Esquivel cambió de opinión y enrumbó por la lógica de la paz, el resultado de ello, fue que Guardia decidió derrocarlo del gobierno.
En 1886, se volvió a presentar el riesgo de la violencia, por lo que Guatemala medió entre Nicaragua y Costa Rica, de ahí el Tratado Esquivel – Román, en éste , se sometía el conflicto a un arbitraje hecho por parte del Presidente de los Estados Unidos.
El 15 de abril de 1888, el presidente estadounidense, Grover Cleveland, falla el conflicto a favor de Costa Rica, en ese fallo, se declara válido el Tratado Cañas – Jerez. Nuestra defensa en ese arbitraje, corrió por cuenta del eminentísimo abogado, Pedro Pérez Zeledón.
Ya en el siglo XX, propiamente en 1914 (Agosto), se firma un Tratado (El Bryan – Chamorro) en el que Nicaragua le da a los Estados Unidos, una opción de 99 años para construir… una vez más… el soñado canal interoceánico, pero en aquella ocasión se unía al proyecto el construir una base naval en la bahía de Fonseca.
Costa Rica y El Salvador demandan a Nicaragua, esto, ante la Corte de Justicia Centroamericana. El proyecto del Canal agredía a Costa Rica, la base naval, perjudicaba a El Salvador.
Para septiembre de 1916 y marzo de 1917, la Corte falla contra Nicaragua. Este país no obedece la sentencia y retira a su magistrado de dicha Corte. Ella se desintegra en 1918…
II
Algunos especialistas nicaragüenses, han dicho que el reclamo de Ortega sobre Guanacaste es válido, en el tanto, la conocida Anexión fue temporal. Ellos se basan en el hecho de que el 29 de enero de 1825, el Congreso de la Federación Centroamericana, resolvió que los pueblos de Nicoya y Santa Cruz debían tener esa condición, hasta la ya mencionada definición de límites federativos.
Pero ya hemos probado que vía histórica y vía derecho, la Anexión o incorporación está respaldada…
Cuando se llega a la secundaria, al costarricense se le enseña que en la zona en la que se encuentra ubicado Guanacaste, por lo menos hasta principios de la década de los noventas, el ambiente es rural, y los modos de convivencia de los habitantes estaban muy ligados a las estructuras agrarias.
De igual manera, se enseña en nuestras aulas de los colegios, que en Guanacaste la ganadería ha tenido un alto impacto y que, inclusive, a partir de mediados de los cuarentas y durante toda la década de los cincuentas se fueron presentando importantes cambios en esta actividad.
Asimismo, en materia agrícola, también a principios de la década de los noventas, se observaba un gran impulso al cultivo de la caña de azúcar, sobre todo en la zona suroeste de Liberia.
Así las cosas, como ya lo dijimos, la caña y el algodón estaban jugando un papel fundamental en el desarrollo de la zona, ambos cultivos, se ubicaban (o lo hacen hasta hoy), cerca de las poblaciones de Cañas, Bagaces , Liberia , Filadelfia, Santa Cruz y Nicoya entre otras.
También a principios de la década de los noventas, se enseñaba en los colegios, que la pequeña propiedad tenía importante asiento en lugares como Hojancha, Nicoya, Nandayure y Carrillo; mientras lo que se podía considerar latifundio era característico de La Cruz, Liberia, Bagaces, y Cañas entre otros pueblos de la zona.
De igual manera, con lo que se llegó a denominar “Agricultura de cambio”, inclusive llegó a cultivarse melón en la zona de Cañas…
Volviendo al tema de la Ganadería, en aquel momento, los estudios mostraban como el denominado ganado de carne resultaba clave en Bagaces, Liberia, Santa Cruz y Nicoya, para su forma de vivir. Adicionalmente, en Nicoya y Santa Cruz, se iniciaba la crianza de ganado con doble propósito, es decir: proveer carne y leche.
También desde la perspectiva histórica, las y los estudiantes de secundaria, profundizan sobre las razones históricas de la Anexión o incorporación del partido de Nicoya. Por ejemplo, desde la segunda mitad del siglo XVIII, se desarrollaba un importante comercio entre la península de Nicoya y el puerto de Puntarenas.
También para los habitantes del partido, era claro que Nicaragua estaba en evidente situación anárquica (Valdría la pena preguntarnos si esto ha cambiado el día de hoy), tal cosa, fue clave para que nicoyanos y santacruceños, procuraran la incorporación a Costa Rica. En 1826, los liberianos, terminan declarándose a favor de la Anexión.
Ya hemos visto muchos de los beneficios que Guanacaste reporta a Costa Rica (Por lo menos los beneficios que a principios de la década de los noventas se nos enseñaba en el colegio), inclusive, el aumento de nuestro territorio en 8 300 kilómetros cuadrados, aumento fruto de la libre voluntad de los habitantes del partido de Nicoya y no del afán expansionista de Costa Rica (Afán expansionista que es más que evidente en el caso actual en Nicaragua)
Ya lo hemos visto y lo repetimos: la anexión es fruto de la voluntad popular, pero también del decantado de los acontecimientos históricos, ya los reclamos nicaragüenses sobre Guanacaste eran extemporáneos durante el siglo XIX y con el Tratado Cañas – Jerez, la situación quedaba más que definida: ¿Cuánto más extemporáneo es el reclamo actual de Ortega?
Cualquier estudiante costarricense que esté a punto de obtener su bachillerato en secundaria, puede explicarle al Presidente nicaragüense, que en ese Tratado se declara abiertamente la renuncia de Nicaragua a Guanacaste (Conocida en aquella época como Moracia).
¿Cuál fue la razón de la renuncia?: el agradecimiento de los nicaragüenses por la ayuda que Costa Rica les había brindado en la lucha contra los filibusteros (Valga decir, no sin cierto grado de fisga, que siendo el Presidente Ortega Sandinista, debería también agradecer a Costa Rica la ayuda brindada por nuestro país para sacar a Somoza del poder)
Guanacaste está desde el siglo XIX hasta ahora, no solo Anexado, sino también, integrado, ese mismo estudiante costarricense que esté profundizando en la materia de Estudios Sociales, para obtener su bachillerato, podría evidenciar tal cosa, con solo hablar de nuestro árbol nacional: El Guanacaste.
El “Guanacaste” es nuestro árbol nacional desde su institución en el decreto número 7, del 31 de agosto de 1959, este es uno de los testimonios de reconocimiento de los costarricenses a la bella provincia.
Es también Guanacaste cuna de varios de nuestros parques nacionales: el Parque Nacional Santa Rosa (Glorioso escenario de las batallas propias de la Campaña Nacional 1856 – 1857, y posteriormente, en la invasión que sufrió nuestro país en 1955); y el Parque Nacional Guanacaste.
III
Ahora bien, si ese estudiante costarricense que ya ha pasado por la escuela y por el colegio, decide estudiar una carrera universitaria en Ciencias Sociales, muy posiblemente deba llevar un curso de Historia de Costa Rica.
En ese curso, podrán profundizarse muchos de los elementos descritos aquí, así como aspectos de una visión crítica en torno a cómo, durante las primeras décadas del siglo XX, con el impacto de la lógica del capitalismo sobre la agricultura, algunos sectores sociales tanto dentro como fuera de la región, se aprovecharon al apropiarse de tierras que pertenecían al campesinado.
Si este estudiante del que venimos hablando mantiene su curiosidad intelectual, podría darse cuenta gracias a las diversas publicaciones sobre historia y otras ramas de los estudios sociales, que, como también hemos visto aquí, el accionar del Estado con Guanacaste, no ha sido regular, pero en el caso de la Anexión o incorporación, se fortaleció la soberanía del país.
Soberanía que fue defendida con la victoria en el marco de la Campaña Nacional de 1856 – 1857, en Santa Rosa…
Dentro de la lógica de la diversificación, diríamos que en el periodo de 1890 a 1930, Guanacaste se vio beneficiado por la exportación de madera, esto, en el tanto, se ampliaban los pastizales, con lo cual también se fortalecía la ganadería. Tal actividad se hacía fuerte ya que en el Valle Central, el ganado alcanzaba buenos precios.
Pero de igual manera, y como ya lo hemos enunciado, entre 1890 y 1930, los guanacastecos, con una cultura tan fuerte alimentada entre otras cosas, por la sabana, se empobrecían por la concentración de la tierra y la falta de trabajo.
Es así como la expansión del capitalismo, generaba un aumento en la conflictividad social, por ejemplo, Guanacaste sufrió protestas, en los años: 1906, 1907, 1911, 1919 y 1920, sobre todo, en las zonas mineras de Abangares y Tilarán.
En ese mismo sentido, no debe ocultarse que por ejemplo, entre 1963 y 1970, Guanacaste fue una de las zonas de más protagonismo en cuanto a conflictos de tierras, esto por la expansión de la ganadería.
Ya acercándonos a épocas más recientes, no cabe duda que también la ampliación de actividades turísticas, ha generado alguna destrucción ecológica…
IV
En efecto, este estudiante costarricense que hemos tomado como ejemplo para esta exposición, podría irse dando cuenta de las virtudes y defectos de la relación de Costa Rica con una de sus más importantes provincias.
Pero esos defectos, no hacen o motivan a las y los guanacastecos, a abrazar la locura del comandante Daniel Ortega, al contrario, son sus palabras un acicate para que ellos, renueven su deseo de pertenecer a Costa Rica.
Una Costa Rica, que también debería aprovechar estos momentos para establecer estrategias de cara a resolver los más apremiantes problemas de la pampa guanacasteca…
Sirva solo como ilustración, el problema del desabastecimiento de agua, que solo como ejemplo, afecta entre otras, la zona del Tempisque, donde sufren actividades como la agricultura y el turismo.
Sirva solo como ilustración, el problema de las carreteras, donde la mayoría son lastreadas cuando deberían ser asfaltadas, un problema que junto al déficit de vías de comunicación, acrecientan la crisis del turismo en la zona.
A pesar de estas dificultades, es Guanacaste uno de los lugares que reciben más migrantes nicaragüenses (Debería pensar Ortega como resolverle los problemas a su pueblo, en lugar de reclamar lo que no le pertenece, lo que nunca le perteneció)
V
Este año hemos conmemorado y celebrado el 189 aniversario de la Anexión e incorporación del partido de Nicoya y con ello, a pesar de los problemas, sus habitantes decidieron no ser un conjunto de poblados pobres de un país pobre, hundido en constantes guerras y conflictos.
Y los costarricenses, sus compatriotas, sus hermanos, también se ven beneficiados por el aporte guanacasteco al desarrollo nacional, desarrollo que es impulsado por la energía de las fuentes de esa provincia.
Los costarricenses, sus compatriotas, sus hermanos, saben que Guanacaste es fundamental en la lógica de la actividad turística, como pilar de cara a lograr un aumento en el ingreso económico del país.
Los costarricenses, sus compatriotas, sus hermanos, saben que Guanacaste es clave en el desarrollo de la actividad agrícola, con productos como arroz, caña, café y melón, entre otros.
Los costarricenses, sus compatriotas, sus hermanos, saben que el área geográfica que comprende el Guanacaste, alimenta a su vez, la extensión del mar territorial del país. Asimismo, ese territorio refuerza nuestro variado ecosistema.
Seamos claros: Nicaragua y su gobierno (Sus gobiernos) hubieran hundido a la zona.
Los costarricenses, no hemos cumplido a la perfección con Guanacaste, pero en Costa Rica lo sabemos, y luchamos por subir su nivel de desarrollo, porque Guanacaste, es vital para el desarrollo de Costa Rica.
Es por eso que estos momentos son claves para que todas y todos luchemos por Guanacaste…
VI
Ahora bien, puesto que la majadería de Ortega es excesiva y cansona, mucha ciudadanía expresa que lo mejor que puede hacerse es romper relaciones con Nicaragua, pero en esto debe serse prudente, de hecho, reflejar la prudencia que Ortega no tiene.
Por ahora, el rompimiento de las relaciones afectaría los intereses comerciales de ambos países, además, afectaría el papel que ha venido jugando Costa Rica en el marco de la integración centroamericana (Aunque no es alentador integrarse cuando el gobierno del vecino del norte, cansa y pone a prueba la paciencia de Costa Rica)
Asimismo, debe tenerse claro que esta majadería es cosa del gobierno nicaragüense, que ni siquiera ha tenido la decencia de no manipular a su pueblo a favor de sus objetivos. No piensa Ortega ni su séquito, en los problemas que sus locuras le generan a los muchos migrantes que vienen a Costa Rica a buscar una mejor vida, vida que le ha negado el comandante y sus compañeros de camino.
Algunos analistas (Quizás prendados de la utopía sandinista del pasado) dijeron en su momento (Mediados de Agosto), que las firmes declaraciones de Chinchilla y el gobierno, no daban espacio para que Nicaragua ofreciera disculpas a Costa Rica.
Hoy, esos analistas quizás guardan silencio, Ortega no ofrece disculpas, pero sí reitera sus disparates…
Cuando se miran las acciones del gobierno sandinista contra Costa Rica, en muchas ocasiones, el mandatario nicaragüense, tiende a victimizarse, pero este no es el caso, ha vuelto a decir el pasado 3 de septiembre, que piensa reclamar Guanacaste.
Esto nos debe hacer crear una estrategia para desarticular las pretensiones expansionistas del sandinismo, hoy pro capitalista, y que lo que desea es enriquecerse por las explotaciones petroleras.
También debe tomarse en cuenta que desde la muerte de Hugo Chávez, ya la ayuda exterior de Venezuela, no se mira tan fluida bajo el mandato de Maduro, por lo que Ortega debe fortalecerse a lo interno, para llevar adelante sus planes.
Hace bien el gobierno al reaccionar con firmeza, hace bien al decir que no puede haber ningún diálogo (La integración del Estado costarricense no está en discusión) Guanacaste es territorio costarricense.
Ya hemos probado, que a través de la educación que recibimos en nuestro sistema escolar, se confirma que el tema de la pertenencia de Guanacaste, está zanjado desde el Tratado Cañas – Jerez. Deberían Ortega y sus colaboradores, estar dispuestos a recibir un poco de educación.
Terminamos expresando que es lamentable, que una zona que podría ser ejemplo de desarrollo inter fronterizo, está hoy involucrada en un conflicto, que es fruto de los deseos expansionistas y económico – capitalistas de Nicaragua.