Costa Rica al borde del abismo democrático

La seriedad de la política en broma y con fisga

William Hayden Quintero

William Hayden

En qué país más inestable nos hemos convertido. Llevamos tres años y dos meses deslizándonos peligrosamente por un resbaladizo tobogán que nos conduce al abismo democrático. No es pesimismo, es la cruda realidad. Vivimos en una permanente zozobra, de ataques diarios a las instituciones que representan el señorío de nuestra democracia. El Poder Legislativo, el Poder Judicial, la Contraloría General, la Fiscalía General, el Tribunal Supremo de Elecciones, el Organismo de investigación Judicial (OIJ), gobernadas y dirigidas, según los ataques presidenciales, por mafiosos, corruptos, ineptos, traidores, vendes patrias, canceres burocráticos. Si estos ataques fueran hechos por enemigos que nos envidian, tales como sátrapas al estilo de Maduro, Ortega, Bukele, sería comprendido, pero lo que no es de recibo, es que provienen del presidente de la República, nuestra máxima autoridad, a quien este régimen que critica lo hizo presidente en unas justas electorales sanas depositando en él su confianza para preservar y mejorar en lo necesario la institucionalidad republicana.

El presidente en su niñez, adolescencia y juventud, como todos los costarricenses, fue amamantado, cobijado y educado con los valores cívicos de nuestro país, pero en qué se equivocó el sistema con él para convertirlo en su madurez en casi un enemigo público. Se ha caracterizado por decretar medidas de revanchismo político (venganza). Ha adoptado un sistema dictatorial de presentar proyectos y propuestas mal hilvanados, con serias falencias legales y constitucionales, sin contenido financiero, sin sentido común (Ciudad Gobierno, leyes juagares, carpeteo de la pista del aeropuerto de Liberia) exigiendo su aprobación y, como el sistema los rechaza, se hace la víctima, el pobrecito, que no lo dejan gobernar y en vez de corregir errores, asesorarse y presentarlos bien, hace berrinches, se despotrica, se envalentona, y azuza a sus seguidores a desconocer el sistema. Sigue la táctica de “poner el carro delante de los bueyes”. Hacer las cosas al revés.

Ha llegado al extremo con palabras cantinflescas de insinuar golpes de Estado y para perpetuarse en el poder se ha dedicado en el último año a crear un sistema de partidos chavistas que le permitan en las próximas elecciones tener una mayoría parlamentaria para desmantelar nuestro sistema democrático. Sabe perfectamente, y lo hace con placer y alevosía, que está cometiendo el delito de beligerancia electoral y se enfurece con el TSE que le llama la atención. En la campaña electoral él y su equipo cometieron el delito de financiación paralela, ampliamente conocido y comprobado, pero se consideran inocentes y perseguidos por sus enemigos del TSE y la Fiscalía. El colmo del cinismo. Que quiere que lo aplaudan. Nunca ha respetado la Constitución y el sistema jurídico del país y menos ser una figura pública ejemplar y señorial. En cambio, se burla de todo, es Doña Toda y está por encima del bien y el mal.

Pero esta inestabilidad no solo es cívica e institucional, trasciende otras esferas como la situación tan exasperante de estar a las puertas de un narco Estado. Casi es una realidad de que lo somos y lo comprobamos con el caso de Celso Gamboa requerido por las autoridades de los Estados Unido que lo reclaman por narcotraficante y piden su extradición. La DEA con el apoyo logístico del OIJ nos pone a dudar o a comprobar. ¿Existe un cartel narcotráfico en Zapote? ¿Ha facilitado Zapote el trasiego de drogas? Que difícil la respuesta, pareciera que no. Pero la droga y el dinero dejan huellas. Hay evidencias de múltiples visitas de Celso a Zapote, pero el presidente dice que no lo conoce. Que útil para esta ocasión el refrán: “Dime con quien andas y te diré quién eres”, o como lo dijo Cervantes en el Quijote: “Dime con quien andas, decirte he quién eres”. También hay visitas frecuentes de Celso a Monterán, supuestamente a visitar al presidente. Para desviar la atención un médico amigo y vecino de Chaves, posiblemente comprado, dice que en efecto Celso es un asiduo visitante de Monterán, pero lo hace como su paciente porque acude a su casa privadamente para inyectarse botox. Mírame el güecho. Ese mismo médico, u otro, para evitar la extradición de Celso certifica que padece de diez enfermedades muy serias, unas de ellas mortales, el pobrecito casi está agonizando, y solo le faltó certificar que está embarazado. Que descaro. Cualquier persona con sola una de esas supuestas enfermedades ya se hubiera muerto, pero Celso el vanidoso se cura con botox.

Hay evidencias de la DEA de que Celso se ufanaba con diferentes carteles de que él tiene acceso gubernamental que le permite fácilmente introducir la droga a nuestro país y a su trasiego interno y externo. Parecen jetonadas. Pero si tomamos en cuenta que casa presidencial ha debilitado el servicio de guardacostas en el Pacifico permitiendo a los narcos colombianos introducir libremente cargamentos de cocaína por Drake y lo mismo por el litoral del Atlántico. Los escáneres de Moín no ven ni detectan la droga que va para Europa. Estadísticamente en esta administración los decomisos de droga han caído sustancialmente.

Entonces hay motivos suficientes para sospechar una complacencia con los carteles narco de la región. No es persecución son hechos.

También el dinero de la droga compra voluntades y lealtades. En la Vulgata (Eclesiastés) se dice: “Todos obedecen al dinero” y más directo. “Por dinero baila el perro”. Ya vimos como actuaron los médicos de dudosa moral, ahora veamos a los abogados. Corren los abogados de Celso, cuyo trabajo consiste en luchar por su libertad, aunque sea culpable, a presentar recursos de inconstitucionalidad contra la ley de extradición (reforma constitucional), corren a recusar al juez que lleva el caso, a solicitar la excarcelación o traslado de cárcel, se apresuran a demostrar su inocencia. Estos abogados, como los que rodean al presidente Chaves, facilitadores de lo que no se debe hacer, en el decir de Sandra Aza en su libro Libelo de Sangre sirven a la justicia igual que los taberneros que sirven el vino, según la cantidad de dinero de quien pague. ¿Qué hace el Colegio de Abogados al respecto?

La inestabilidad nos tienes con una paz muy frágil y una situación social quebradiza. Abundan los extremos contradictorios. Las mentiras y las verdades a medias, las dudas versos las certezas, la culpabilidad frente a la inocencia, el vacilón en vez de la seriedad, la prensa llamada canalla frente a la prensa pagada, las redes pagadas (troles) con falsa información arrinconando las noticias verdaderas, el pachuquismo presidencial contrario al señorío de un estadista. Con este ambiente no podemos estar tranquilos y lo peor es el futuro cercano, se vienen las elecciones de febrero del 2026 y no hay partidos ni candidatos presidenciales capaces de inspirar un cambio y sepultar el chavismo.

Economista jubilado

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