Progresemos
Carlos Manuel Echeverría Esquivel
Participé como invitado en la presentación del mencionado PNDIP. Disfruté mucho el evento, bien conducido, con buenos discursos del ministro de planificación en funciones, de la señora ministra licenciada por maternidad y del señor presidente de la República. En el caso del discurso del señor presidente, me gustó que insistiera en la calidad de la gestión pública, gran carencia en el sector público costarricense, en el que la impericia y falta de ética en la gestión abundan. Es un tema que hay que entrarle empezando desde la academia.Me gusta el dedicado del PNDIP y que lleve los colores del partido que llevó al poder al actual gobierno. El PNDIP debe reflejar el ideario que el candidato, hoy presidente de la República, presentó al electorado que lo respaldó. Se supone que la ciudadanía ejerce un voto informado y lo hizo en función a la propuesta. Si no sucede así, es algo que tenemos que trabajar en serio, pues desmerece y a mediano plazo pone en riesgo nuestra democracia.
Es difícil preparar un pnd, una obligación legal en Costa Rica dicho sea de paso, especialmente cuando el país no tiene una visión a largo plazo, que le permita planificar el uso de los recursos en función a una estrategia de estado, no de gobierno, para logra la visión. Costa Rica sin esa visión dispersa los recursos y pone a los diversos sectores de la sociedad a halar cada uno por su lado. Es algo a remediar y una oportunidad para este gobierno el hacerlo.
¿Por qué es necesario planificar? Hay dos razones fundamentales: por un lado porque los recursos materiales, financieros y humanos nunca son suficientes y la economía de mercado aún con sus bondades y asumiendo que se regula estrictamente en lo requerido, no es capaz de marcar el rumbo de progreso sostenido y sostenible hacia el desarrollo, lucha sin fin por cierto. La planificación conviene sea estratégica y participativa, como lo veremos más adelante, para que las bondades del mercado regulado puedan manifestarse. Debe ser flexible para adaptarse a una ineludiblemente cambiante realidad. Al respecto me gusta que el PNDIP haya sido presentado digitalmente: se salvaron varios árboles y se fomenta su virtualidad.
La otra razón es importante. Nuestra democracia necesita evolucionar hacia una dimensión superior, más allá del fundamental ejercicio electoral que cada dos años realizamos. Esa dimensión superior no es otra cosa que una participación ciudadana en los asuntos de gobierno, sin menoscabo de la autoridad responsable que los funcionarios de gobierno deben ejercer. La vía racional para hacerlo, al amparo de la ley 5525 de planificación nacional y la recién promulgada 10096 “desarrollo regional de Costa Rica”, es la del subsistema de planificación regional, con sus 6 regiones y 22 subregiones. Es la alternativa lógica al obsoleto orden provincial, que responde a otra época. Esas legislaciones dan camino al establecimiento de consejos de desarrollo a nivel subregional, que se depuran para constituir los regionales. Sirven para que la sociedad civil organizada y las instancias de gobierno se encuentren en las llamadas “mesas de acuerdo”, con el fin de influir aquella en el pnd durante su preparación o revisión y los planes operativos (anuales) y correspondiente presupuesto. Es por esa vía y por la de los consejos sectoriales gestionados políticamente según la ley 6227 General de la Administración Pública, que el redimensionamiento de nuestra democracia se puede dar, así como el promover la realización personal del ciudadano consciente de que sus deberes y derechos van más allá de participar en el proceso electoral. Aquella, la democracia, lo pide “a gritos”.
Sin pretender profundizar en su contenido me ha parecido un documento práctico, puntual, de compromiso, siguiendo un orden estratégico claro a pesar de la falta de una visión compartida nacional. Es ambicioso porque conlleva inversión generosa en tiempo preciso, como debe de ser, pero factible de alcanzar si el gobierno “se pone las pilas” y si logra motivar a las fuerzas vivas productivas y sociales. La idea de agregarle la inversión pública (IP) es muy buena, como lo es también el trato que recibe la acción exterior. Debe generar amplio beneficio social. ¿Si no para qué?
}Me preocupa el estado en que se encuentra el Sistema Nacional de Planificación y el entendimiento que de él se tenga a nivel público y privado. Es en este momento un sistema bastante asistémico. Si no funciona, el plan no podrá implementarse. El presidente de la república puede hacer mucho por impulsar su fortalecimiento por la vía de la directriz política y el sentar responsabilidades cuando se incumple, tal y como lo establece la ley 6227. La reforma del estado, que se incluye, debe de ser un proceso permanente pues así lo obliga la cambiante realidad integral. Atacar la rampante corrupción, vital y esperanzador.
MIDEPLAN mismo es una entidad debilitada a través de los años. A mi juicio fue un error el haber convertido la OFIPLAN de la Presidencia de la República en Ministerio; planificación es 75% coordinación y 25% planificación Cuesta coordinar pares inter pares, léase un ministerio coordinando ministerios, mientras que como órgano de la Presidencia de la República su autoridad para coordinar aumenta.
En la página 24 del PNDIP se plantea la idea de una consulta popular, necesaria para asegurar que la virtualidad mencionada se dé. El enigma en este momento es cómo hará MIDEPLAN para que sea válida. Debe considerarse su realización periódica y hacerla efectiva.
No queda más en este momento que darle tiempo.
– Exviceministro-subdirector de Planificación Nacional y Política Económica