Fernando Berrocal
Dije, en mi columna anterior, que la primera y gran bronca del futuro Gobierno del presidente electo Rodrigo Chaves y su equipo es la Reforma del Estado y los ajustes estructurales que requiere necesaria y urgentemente el asfixiado y agotado modelo institucional y de desarrollo económico y social de Costa Rica.Pero hay otras broncas que, igualmente, el país debe enfrentar y resolver con ideas claras y determinación, sobre la base de soluciones modernas e integrales, tomando en cuenta la crítica realidad nacional, la compleja y actual geopolítica internacional y los profundos cambios en marcha a nivel mundial.
Ese y no otro, es el momento histórico que vive Costa Rica y el que deberán enfrentar patrióticamente el nuevo Gobierno, los partidos políticos y los sectores organizados de la sociedad civil. Estamos frente a un problema país. Se necesitará de mucho diálogo nacional y una extraordinaria capacidad de negociación. De ahí que sea un buen comienzo la reunión de hoy, entre el futuro Presidente y los nuevos 57 Diputados.
Otra bronca prioritaria tiene que ver con la inmensa inseguridad ciudadana actual y el peligroso dominio y poder creciente de las mafias del narcotráfico y su probada penetración en varias estructuras nacionales. Tanto que, en los últimos años, nos transformaron en una inmensa bodega y en el primer país exportador de drogas hacia México, Estados Unidos y Europa, con un enorme y negativo saldo destructivo a nivel social por la cocaína que se queda y consume en nuestro territorio y por los gravísimos casos denunciados de corrupción económica, política y gubernamental de delincuencia organizada.
Ahí estamos ante un fenómeno de delincuencia transnacional que obliga a una activa cooperación y un frente común de varios países, una fuerte y eficiente política de seguridad pública interna policial y de múltiples y constructivas acciones preventivas y sociales en escuelas y colegios, así como en los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. No es un asunto exclusivamente policial. Es un tema integral que requiere la definición, aplicación y supervisión de eficaces políticas públicas definidas, coordinadas y supervisadas al más alto nivel posible, en un reforzado y activo Consejo de Seguridad.
El grotesco espectáculo del expresidente Juan Orlando Hernández de Honduras, esposado de pies y manos, extraditado a los Estados Unidos en un avión de la DEA y acusado de narcotráfico, es un buen ejemplo y un llamado de atención sobre lo que se tiene que hacer con inteligencia y mano dura en Costa Rica o terminaremos siendo otro país más fallido de Centroamérica.
Pero si de broncas se trata y a mi me gusta esa expresión popular, la bronca de las broncas, la fundamental, debe darse con una visionaria reforma en el sector educativo, porque ahí se define y desde ahí se construye, en libertad y con pensamiento crítico, la esencia de lo que siempre debemos ser como un país democrático ejemplar y un Estado Social de Derecho en América Latina.