Fernando Berrocal
En la lucha contra el narcotráfico y la criminalidad transnacional, la alianza estratégica con Estados Unidos ha sido fundamental. De otra forma, entre las mafias de la droga colombianas y mexicanas, unidas a los delincuentes nacionales, Costa Rica habría perdido esa batalla y nuestro Estado de Derecho.Pero tenemos que ir más allá y encontrar una agenda más amplia que incluya otros temas de trabajo y cooperación con los Estados Unidos, incluso superiores a los propiamente comerciales del Tratado de Libre Comercio.
El presidente Luis Abinader de República Dominicana, en esa importante y positiva dirección, ha convencido a los gobiernos de Costa Rica y Panamá de proponerle al presidente Joe Biden de los Estados Unidos una “Alianza para el Desarrollo en Democracia”, y esa tesis ha encontrado apoyo y buen ambiente en Washington. Esa es una excelente noticia que todos debemos apoyar.
Se trata de consolidar un Triángulo Sur entre dos países centroamericanos y uno del Caribe, amigos y democráticos, capaces de construir y establecer una agenda de cooperación y trabajo conjunto con los Estados Unidos, en una de las zonas más estratégicas y conflictivas de América Latina, por varias razones:
- Porque la libertad y la democracia no sobreviven en países con altos índices de pobreza, marginalidad y desigualdad social. Menos en esta zona del mundo.
- Porque el poder del narcotráfico genera extrema delincuencia y corrupción en las estructuras económicas, sociales y en el poder político.
- Porque la contraparte ideológica de Cuba, Venezuela y Nicaragua forman parte del entorno inmediato del Triángulo Sur.
- Porque el Triángulo Norte, integrado por Guatemala, Honduras y El Salvador atraviesa por gravísimos problemas iguales o peores a los nuestros.
Por ejemplo: algo tan simple, concreto y fundamental como generar un amplio y significativo programa de becas de grado y post grado en las mejores universidades de los Estados Unidos, patrocinado por las Fundaciones Fullbright, Ford, Kellogg y otras de las empresas tecnológicas del Silicon Valley, contribuiría con éxito a generar crecimiento profesional y científico personal, así como nuevos y necesarios emprendimientos y una necesaria y positiva inyección de capacidades y experiencias para generar empleo, nuevos emprendimientos y desarrollo integral y democrático en el Triángulo Sur.
Como esa, hay muchas otras iniciativas concretas y pragmáticas que se pueden materializar en un esfuerzo conjunto con el Departamento de Estado y otras instancias federales, estatales y privadas de los Estados Unidos. Ahí hay una gran prioridad de política internacional para la futura Administración, sea la que sea y elijamos los costarricenses el 3 de abril.
En ese contexto realizó un viaje de trabajo José María Figueres a República Dominicana. También debería viajar y profundizar en estos temas y relaciones Rodrigo Chaves. Alguno de ellos dos será el próximo presidente de Costa Rica.
Todo lo demás sobre este viaje son inventos y politiquería barata e innecesaria.