El suelo y sus misterios

Puntos cardinales

Pablo J. Innecken Z.

Pablo J. Innecken

Hace unos días, Mauricio Castro Salazar me compartió un ilustrativo vídeo de la FAO que analiza la biodiversidad de los suelos y cómo estos mantienen un acervo gigantesco de biomasa y una cantidad inimaginable de mega, macro, meso y micro organismos beneficiosos para la humanidad, pero de los cuales hemos identificado si acaso a un 1%.
El pasado 6 de diciembre, se conmemoró el Día Internacional de los suelos, una celebración establecida por la Organización de las Naciones Unidas para visibilizar la importancia de este espacio vital sobre el cual caminamos y hacemos nuestra vida diaria.

Como se explica en el video que amablemente me compartió Mauricio, los suelos brindan el equilibrio requerido para la vida en el planeta, a pesar de que sus funciones son muchas veces invisibles. El análisis de los componentes del suelo y sus microorganismos, ha permitido por ejemplo el desarrollo de los antibióticos frente a diversos patógenos, ello sin dejar de mencionar que la asociación natural entre las raíces y los hongos promueve una mejor nutrición y crecimiento de cultivos que diariamente consumos.

Además, los suelos colaboran en temas tan elementales de la vida humana como ser fuente de suministro de materiales de construcción, de productos farmacéuticos, alimentos, recursos genéticos, fibras y combustibles, así como la base principal sobre construimos la infraestructura en la que nos movemos.

No obstante, más allá de algunas de estas funciones, que son de conocimiento general, los suelos generan beneficios medioambientales fundamentales: la regulación del clima a través del secuestro de carbono (es decir, fija el carbono e impide que estas emisiones vayan a la atmósfera), eliminación de residuos tóxicos que surgen de la actividad humana, mediante el metabolismo de los microorganismos, y además, realizan una función importantísima en la purificación de las fuentes de agua y el resguardo de los mantos acuíferos.

El gran reto ambiental de la humanidad, es poner un freno a la pérdida de biodiversidad, incluida la de los suelos, y al cambio climático. La pobreza de los suelos, a causa de sobreexplotación, uso excesivo de químicos y la destrucción de hábitats, tiene un efecto nocivo directo sobre la vida humana.

Existen diferentes iniciativas internacionales para dar a conocer la importancia de la sanidad de los suelos y el valor trascendental que estos brindan a la humanidad. La Alianza Mundial de los Suelos (AMS), surgida en 2012, es un foro de diálogo permanente del cual Costa Rica forma parte, y que permite ser un espacio interactivo abierto a gobiernos, organismos internacionales y regionales, instituciones, Organizaciones de la Sociedad Civil y otras partes interesadas en el tema del manejo sostenible de los suelos.

Mediante la Alianza, se pretende hacer consciencia de que los suelos son un recurso finito esencial, que forman el entorno natural del cual se produce la mayor parte de los alimentos del mundo, y que además, son una fuente de servicios ecosistémicos esenciales. A pesar de esto el reto principal subsiste en que, según estadísticas de la FAO, el 33% de los suelos del mundo se encuentran degradados y empobrecidos.

Para lograr su cometido, la Alianza ha logrado establecer un panel técnico intergubernamental de expertos en suelos, favorecer la creación e interrelación de asociaciones regionales y nacionales de suelos, promover unas directrices voluntarias para la gestión sostenible del suelo y actividades de divulgación en el marco de espacios tales como el, ya mencionado, Día Internacional de los Suelos.

En este sentido, Costa Rica participa mediante el aporte de científicos, académicos y diplomáticos que han decantado en que, en 2018, la Asociación Costarricense de la Ciencia del Suelo (ACCS) recibiera el galardón “Rey Bhumibol”, brindado por la Alianza, el Reino de Tailandia y la FAO. Además, el país fue seleccionado para presidir la octava Asamblea Plenaria de la Asamblea Mundial de los Suelos (3 al 5 de junio de 2020).

La importancia de los suelos, mayor reserva de carbono orgánico terrestre, es vital para la mitigación del cambio climático. Por ello, iniciativas novedosas como la de promover un pago por servicios ecosistémicos mediante la fijación de carbono en los suelos y la regeneración de tierras degradadas, es un interesante plan, llevado a cabo por la Oficina de Acciones Climáticas del MAG, y que apoya la consecución de los objetivos plasmados del Plan de Descarbonización de Costa Rica.

Nuestro país, ha ido marcando un rumbo de interconexión entre las carteras de ambiente y agricultura, enseñando al mundo que producción agropecuaria y protección ambiental pueden ir de la mano; pero para esto, es necesario brindar oportunidades de acceso a innovación, conocimientos y tecnología a las y los pequeños y medianos agricultores rurales, -incluyendo por supuesto a las y los agricultores familiares- rescatar métodos de producción sostenible artesanal en sociedades rurales, tomando en cuenta a poblaciones indígenas y afrodescendientes. El enfoque de derechos humanos es sine qua non en todo esfuerzo colectivo de promoción del desarrollo agroalimentario y ambiental.

El manejo sostenible de los suelos es un soporte para la protección del medioambiente, pero también, favorece la creación de sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles, siendo este último uno de los grandes retos socioambientales del presente. No tengo dudas de que Costa Rica tiene las herramientas para lograrlo.

Internacionalista y Máster en Diplomacia.

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