Pizarrón
Vladimir de la Cruz
vladimirdelacruz@hotmail.com
Este es un período coyuntural, que se puede retrotraer a 1808, o un poco más atrás, hasta 1821, y prolongar un poco más, según se vea, hasta la constitución de la República Federal de Centroamérica. Aún así, podrían considerarse otras fechas según se tomen en cuenta, por parte de los investigadores o historiadores, para precisar situaciones respecto al momento que se quiera definir como el de inicio de la Independencia.
Por proclamada la Independencia se abre el Gran Período de la vida independiente, que a su vez puede dividirse en subperíodos.
En el caso costarricense fue muy frecuente ver el siglo XIX y el siglo XX casi de modo separados, como dos grandes unidades, o de un modo continuo, según abordaran los historiadores o narradores históricos el hilo histórico que se iba tejiendo, o por la forma cómo fue desenvolviéndose la estructuración del Estado y la institucionalidad administrativa. Capítulos especiales y destacados han ocupado, la Anexión del Partido de Nicoya, y hoy más lo tiene todo lo relacionado con la Campaña Nacional contra los filibusteros norteamericanos en Costa Rica y en Centroamérica, por los estudios que se ha venido estimulando y por la Asociaciones Académicas y sociales surgidas a su alrededor.
Aún así, se distinguían dos períodos importantes, el de los Jefes de Estado y el de los Presidentes, habida cuenta que no se distinguía en ese análisis el período del Estado y el período de la República, con sus especificidades. Esto correspondió más a un enfoque que hacía descansar el desenvolvimiento histórico desde la perspectiva de las Administraciones de Gobiernos, lo que puede seguir siendo válido, para algunos, desde un enfoque eminentemente político institucional.
Los estudios históricos que se han desarrollado, especialmente, desde 1970 producen otros enfoques y abordajes de la Historia Nacional, historias agrarias, historias de los movimientos y luchas sociales, historia constitucional, historias de la vida cotidiana, historias religiosas, historias de la cultura en general, de la numismática, historia de la economía nacional, en sus diversas facetas, historias del sufragio, de partidos políticos, de las luchas femeninas, historias de los grupos sociales nacionales, negros e indígenas, y otras nacionalidades o sus presencias migratorias, de los grupos juveniles y sus luchas, de los campesinos, de instituciones públicas y privadas, estudios de carácter biográfico, de corporaciones, gremios y sindicatos, historia de la literatura nacional etc. El abanico aquí es amplio y puede ensancharse cada vez más como se irá haciendo. Los estudios históricos abordan grandes y cortos períodos de análisis, generalidades y particularidades.
En el campo político institucional tenemos para la cotidianidad actual que vivimos el período de la Segunda República, así declarada el 8 de mayo de 1948, cuando se instaló, como Gobierno de Facto, el grupo militar victorioso en la Guerra Civil, de marzo y abril de ese año, impidiendo el acceso inmediato al Gobierno a Otilio Ulate Blanco, presidente electo en las elecciones de 1948, que las anularon y dieron por resultado el levantamiento, que en su nombre se hiciera y en la defensa de ese resultado electoral.
La declaratoria de la Segunda República estaba en función de dos eventos, uno histórico y otro de la situación inmediata.
Desde la perspectiva histórica por cuanto el 31 de agosto de 1948 se celebraría el centenario de la Declaración de la República, por el último Jefe de Estado y Presidente, Dr. José María Castro Madriz, cuando en 1848, en esa fecha así lo hizo. Y por los sucesos de la inmediatez política, por cuanto José Figueres Ferrer y su grupo, entre los que se contaba la gente del Centro de Estudios Para los Problemas Nacionales, consideraba que los gobiernos de Rafael Angel Calderón Guardia y de Teodoro Picado, habían traicionado el espíritu y los principios que se habían forjado en la República, que se vivía desde 1848, forjada al calor de los grandes liberales, o del movimiento liberal que había sido dominante, desde 1870 prácticamente hasta 1940, aún cuando desde la Primera Guerra Mundial empezaba a cuestionarse este modelo político y surgían otras fuerzas políticas, reformistas, socialistas, comunistas, y las mismas socialcristianas y socialdemócratas de inicios de la década de 1940.
Así tenemos, entonces, el período de la República, a partir de 1848 hasta 1948, y el de la Segunda República, desde 1948 hasta nuestros días. Pero, ¿se podría considerar a la República proclamada por José María Castro Madriz como la Primer República? En los textos históricos no se le da ese nombre, ni se adjetiva como Primera República, lo que podría ser irrelevante si se quiere.
Sin embargo, si nos devolvemos a los días de la Independencia, desde 1821 hasta 1823, que quedamos “sueltos” de la Capitanía General de Guatemala, que se había desintegrado con la proclamación de Independencia de Guatemala el 15 de setiembre de 1821, y que al calor de esa Proclama se convocó, a un Congreso, a los pueblos que antes de 1821 estaban unidos para considerar de manera unitaria qué hacer, en el caso costarricense integramos Juntas de Legados y Juntas Superiores Gubernativas, que por sí mismas no declararon la constitución de una “República”, hasta que aceptamos integrarnos, bajo la forma de Provincia y de Estado, a las Provincias Unidas del Centro de América y luego a la República Federal de Centroamérica, desde 1824, formalmente hasta 1848, aunque en la práctica esta República Federal desde finales de la década de 1830 venía desapareciendo o debilitándose notablemente. Ni con el esfuerzo de Francisco Morazán, desde Costa Rica en 1842, adquirió vida.
Dentro de esta República Federal nos integramos como un Estado independiente, con Constitución Política propia, que tuvimos varias en ese período, con gobierno local propio, nombrado internamente, con institucionalidad estatal propia, como al igual lo hacían los otros Estados centroamericanos que habían sido parte del andamiaje colonial español en Centroamérica.
A partir de aquí tenemos, entonces, la historia del Estado de Costa Rica, desde 1824 hasta 1848, aspecto que no se le da gran relevancia dentro de los estudios históricos desde esta categoría. Pero, tampoco se le da la relevancia correspondiente, al período de la República Federal, que aunque se menciona como parte de nuestra Historia, no se le estudia como se debe, ni se estudian sus Presidentes y estructuras políticas, ni la Historia centroamericana de esos años con sus crisis y contradicciones, como la nuestra. Sus Presidentes ni siquiera se consideran autoridades superiores de Costa Rica. Pocos estudios precisos hay sobre esta situación.
Si consideráramos la República Federal de Centroamérica como parte institucional de la Historia de Costa Rica, ¿esta sería la Primer República de nuestro desarrollo institucional? ¿La Segunda República sería la proclamada por Castro Madriz? Y, consecuentemente con esto, la proclamada por la Junta de Gobierno en 1948, ¿sería la Tercera?
Dentro de la República Federal existimos como Estado, no bajo la forma de una República. La condición de Estado nos daba una independencia interior, pero no para asuntos exteriores. El carácter Federal hacía que las funciones propias de la representación formal, internacional y diplomática de la región, incluidos todos los Estados que constituían la República Federal, la tuviera la República Federal, y no cada Estado que formaba parte de ella, como sucede hoy con las Repúblicas federales existentes como son la República Federal de los Estados Unidos de América, la República Federal de México o la República Federal de Brasil, donde los Estados que forman parte de esas Repúblicas federales por sí no existen. Son los Gobiernos federales de esos países los que representan a todos sus Estados.
Hasta 1850 internacionalmente las referencias a Centroamérica se referían a la República Federal, no a cada uno de sus países miembros. Por eso, también, es que a partir de ese final del Gobierno de José María Castro Madriz y del inicio de los Gobiernos de Juan Rafael Mora Porras, es cuando empezamos a tener reconocimientos diplomáticos propios y a ser valorados como país Independiente plenamente.
La Independencia de los países centroamericanos hasta la desintegración de la República Federal la tuvo en su representación formal internacional la República Federal de Centroamérica.
A los efectos institucionales y actuales vivimos la Segunda República, en Costa Rica, pero no deja de ser un tema más para la discusión y reflexión sobre el Bicentenario de la Independencia.