A lo Pablo Escobar…

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

En Costa Rica estamos igual que Colombia en los tiempos de Pablo Escobar. A esos extremos de delincuencia y criminalidad organizada hemos llegado. Así estamos. Igualiticos que Colombia o México y en los últimos años Venezuela.

Pablo Escobar tenía haciendas con animales extraños y exclusivos, como el tal Pancho Villa en el cantón de Corredores. Pablo Escobar en Colombia, igual que Turesky en Costa Rica, tenía lujosos y carísimos automóviles y una organización corporativa con relacionistas públicos, abogados, políticos a su servicio, desarrolladores y sicarios que le hacían el trabajo sucio en las calles de Cali y Bogotá, como aquí los carteles mafiosos nacionales en la Gran Área Metropolitana, en Limón y Puntarenas.

O como en México que, sin inmutarse, le meten cuatro balazos a cualquiera.

Después del formidable golpe del OIJ en Corredores, ahora el golpe al narcotráfico fue en Escazú y en casas multimillonarias, fincas con piscina, canchas de tenis y gimnasios, en bellos, exclusivos, lujosos y paradisiacos lugares en el Valle Central y Limón.

De telenovela colombiana o mexicana es cómo la mafia Turesky compró, en la bicoca de US$ 8 millones y con abogado incluido, en denominaciones de miles de billetes de $100, $20 y $10, un motel de paso en Alajuela. Lavandería pura.

Así y en segundos, en la ciudad de los mangos, como por arte de magia, aquel lujoso motel en donde se entrelazaban los ardores amorosos de no pocos cambió de propietarios y ahora los narcos tendrían ahí una formidable lavadora de dinero sucio e ilegal y un negociazo en efectivo y en colones.

Y como postre… reuniones y más reuniones de influencia y negociación con diputados y alcaldes. Pero… ¿de qué otra forma podría ser? Unos son los bandidos y los malos. Los otros son el poder político. La pregunta inevitable es: ¿cuántos se habrán corrompido? Nadie lo sabe. Nadie lo puede decir.

Pero por los hechos es seguro afirmar que han sido muchos. Demasiados.

¿Por qué será que los Diputados no aprueban una Ley de Extinción de Dominio para expropiar estos bienes mal habidos? Ahí hay miles de millones de colones para invertirlos en educación preventiva, en compra de computadoras para los niños y los jóvenes y así luchar contra la pobreza, la marginalidad y el sicariato.

Emplazo a los Diputados para que no sean cómplices pasivos, como lo han sido los integrantes de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico, en donde solo aprueban intrascendencias para hacer show y salir en las noticias.

La situación es extremadamente grave. El país necesita, urgentemente, una nueva Ley de Policía. Desde el año 2014, hace casi ocho años, dejé presentada una “Ley Orgánica del Sistema Nacional de Seguridad” para fortalecer un Consejo de Seguridad Nacional, definir en esa instancia políticas públicas integrales y efectivas, fortalecer la Fuerza Pública, poner orden y disciplina entre los distintos Cuerpos de Policía e integrar a las Policías Municipales.

¿Por qué será que no se hace absolutamente nada?

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