El Triángulo Norte

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Estados Unidos ha anunciado un plan de cooperación de $4 mil millones para el Triángulo Norte de Centroamérica, integrado por Guatemala, Honduras y El Salvador. La responsable ejecutiva será la vicepresidenta Kamala Harris.

El presidente Biden, a diferencia de su predecesor, sabe y entiende que el problema de la frontera sur de los Estados Unidos con México solo se arreglará si estos tres países hermanos enfrentan la pobreza y la marginalidad de amplios sectores de su población, mejoran sus malas condiciones de vida y enfrentan la criminalidad y el narcotráfico. Por eso emigran sus ciudadanos.

En el pasado, los costarricenses emigrábamos poco. Eso ha cambiado en los últimos años, pero, aun así, comparativamente con el Triángulo Norte, no existe ninguna crisis migratoria entre Costa Rica y los Estados Unidos.

Pero lo que sí enfrenta nuestro país, en una forma explosiva y con importantes repercusiones económicas y sociales, es la migración de nicaragüenses hacia el territorio nacional. Si no vinieran a trabajar a Costa Rica, esa migración se iría hacia el norte, en las mismas y enormes caravanas de migrantes salvadoreños, hondureños y guatemaltecos.

Aplaudo esta iniciativa, pero me pregunto por qué ese programa de cooperación se limita solo a los países del Triángulo Norte. Entiendo que Nicaragua no goza, digamos, de la simpatía de nadie en Washington. Pero… ¿por qué Costa Rica está afuera de este programa de cooperación?
Hubo una época en que nuestro país era el referente político obligado de los Estados Unidos en Centroamérica y en América Latina, fueran gobiernos republicanos o demócratas. Ahora no lo es así y estoy convencido de que es por dos razones y, en las dos, encuentro gran responsabilidad nacional:

  1. Tenemos dos gobiernos PAC sin política exterior significativa y de peso. Nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores y la embajada en Washington están de capa caída. La culpa es solo de nuestro país.
  2. Desde hace mucho, la cooperación de los Estados Unidos con Costa Rica se ha reducido, nada más, al tema del narcotráfico, excluyendo otras áreas de una alianza estratégica en temas fundamentales. Aquí hay responsabilidades compartidas entre ambos países.

En el mundo en el que vivimos y, especialmente, en este corredor que es Centroamérica, entre Colombia y México, con el Caribe enfrente y el Océano Pacífico detrás, no se puede vivir sin política internacional y sin Cancillería, ni embajadores de primer nivel, bien formados y competentes, no de ocasión y para salir del paso o pagar algunas deudas políticas.

Costa Rica necesita recuperar el tiempo perdido y no solo en Washington y en la región o con nuestros aliados tradicionales. Vivimos un mundo multipolar. El mundo cambió y nuestro país, obligadamente, debe recuperar su pasado e histórico protagonismo internacional y su bien ganado prestigio entre todas las naciones y en los centros multilaterales del Sistema de las Naciones Unidas.

Este es un reto y una prioridad nacional.

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