La hora de la verdad

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Este 2020 ha sido un año muy duro y difícil, en este diciembre en ruta hacia el 2021, llegamos a la hora de la verdad.

Aunque el gobierno PAC está muy debilitado y existe una enorme desconfianza nacional en la base de nuestra sociedad, la verdad es que, el sartén por el mango, lo tiene el presidente Carlos Alvarado que ha anunciado negociaciones con el FMI y que controlará la agenda legislativa por los próximos ochos meses.

¿Cuál será el rumbo y cuál será la propuesta del Poder Ejecutivo al FMI?

Espero que esta segunda propuesta no sea igual al mamarracho de la primera y que sea viable, realista, pragmática y equilibrada. O estaremos aún peor.

Se necesitan urgentes acciones concretas para la reactivación de las pequeñas y medianas empresas privadas, reformas estructurales al Estado Costarricense, ajustes en el modelo de desarrollo agroexportador y fuertes estímulos internos para incrementar nuestra economía verde y de servicios.
Confieso mi escepticismo:

1.- No hay razones objetivas para el optimismo sobre lo que presentará el Gobierno o de las acciones de los diputados de la así llamada “oposición responsable” que, hasta ahora, no han sido nada más que cogobierno.

2.- Por su parte, los sectores que participaron en el diálogo multisectorial, no han pasado de reflejarse en el espejo y, el urgente tema país, como visión integral, les ha sido secundario. Cada cual defiende sus propios intereses.

Pero veremos… en el entorno, algunas cosas han comenzado a cambiar para bien. Lo primero es que la vacuna contra el coronavirus llegará en el año 2021.

También es una buena noticia que los organismos internacionales comienzan a hacer mejores estimaciones sobre la recuperación en el comercio mundial, aunque no está claro todavía el nivel de crecimiento económico de los países.

El hecho cierto es que el 2021 será un año electoral y eso plantea una serie de interrogantes. El primero y fundamental es la necesidad que tiene el país de “ideas fuerza” y de un visionario liderazgo político con experiencia y capacidad para ejecutar esos cambios y las reformas estructurales necesarias para el “bienestar del mayor número” y no de los intereses parciales y egoístas de los grupos con poder económico, institucional, social o mediático. Ese es el punto.
Lo más grave, en mi opinión, es la dimensión y profundidad de los problemas nacionales y la falta de liderazgo para enfrentar y superar esta gravísima crisis.

Por ahora la palabra la tienen don Carlos Alvarado, Elian, Marcelo, la señora de Planificación, Cubero y los actuales diputados en la Asamblea Legislativa.

El pueblo no tiene muchas razones para estar optimista y el inicio del año 2021 traerá fuertes tormentas, pirotecnia y confrontaciones de todo tipo, en medio del arranque de la campaña interna en los partidos políticos. Ese es el cuadro.

Pero diciembre es un mes especial y la venida de Nuestro Señor es esperanza.

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