Remoción y almacenamiento de carbono

Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com

Roberto Dobles

Los continuos adelantos tecnológicos de remoción y almacenamiento de carbono podrían convertir esta actividad emergente en un importante sector de actividad económica en el mundo.

La captura y almacenamiento de carbono (“Carbon Capture and Storage”, o CCS) es una de las tecnologías emergentes más importantes y prometedoras para combatir el cambio climático.

Un artículo titulado “If carbon removal became the new Big Oil – What if carbon removal becomes the new Big Oil?” señala que:

• Las empresas innovadoras de captura y almacenamiento de carbono podrían convertirse en el futuro entre las más grandes del mundo, junto con las empresas innovadoras que continuamente producen nuevos y mejores bienes y servicios que permiten la reducción de las emisiones.

• Los continuos adelantos tecnológicos en este campo van a contribuir significativamente a reducir las emisiones al ambiente por la vía de la captura de ella y, consecuentemente, a estabilizar el clima.

Los países que tienen yacimientos de gas natural y de petróleo se encuentran entre los grandes beneficiados por el desarrollo de estas nuevas tecnologías porque el CO2 capturado se inyectaría directamente en estos yacimientos para almacenarlos ahí de por vida.

Uno de estos países es Noruega, que tiene una población de 5,4 millones de habitantes (muy similar a la población de Costa Rica).

Este país exporta casi el 95% de su producción de gas natural y de petróleo, con lo que provee también una importante seguridad energética a Europa.

Noruega ha sido calificada internacionalmente como uno de los mejores países del mundo en el manejo sostenible del desarrollo de sus recursos naturales, lo que le ha permitido lograr enormes avances económicos, sociales y ambientales.

Un artículo titulado “A full-scale carbon capture and storage (CCS) project initiated in Norway” señala lo siguiente:

• El gobierno noruego ha iniciado un proceso de desarrollo de proyectos de gran escala de captura y almacenamiento de carbono.

• En esta etapa se han iniciado dos proyectos: uno en la fábrica de cemento Heidelberg Norcem en Telemark y otro en la planta de conversión de residuos sólidos en energía a través de incineración en Fortum Oslo Varme.

• Ambas instalaciones planean capturar alrededor de 400.000 toneladas de CO2. Esta cantidad equivale a retirar 60.000 automóviles de la carretera durante un año.

• El CO2 será transportado por barco desde la planta de captura hasta una instalación en tierra en la costa oeste de Noruega para su almacenamiento temporal.

• Luego, el CO2 se transportará a través de una tubería a un depósito submarino en el Mar del Norte para su almacenamiento.

• Equinor (empresa con capital mayoritario del Estado noruego), con sus socios Shell y Total, son los responsables de la planificación y de la instalación de la infraestructura.

Otro artículo titulado “Norway funds world’s first full-scale carbon capture and storage project” señala lo siguiente sobre este proyecto de captura y almacenamiento llamado Longship:

• Noruega anunció que financiará 16.800 millones de coronas (US$1.800 millones) de una inversión total estimada de 25.100 millones de coronas (US$2.700 millones) para el primer proyecto de captura y almacenamiento de carbono a gran escala del mundo.

• El proyecto dará lugar a recortes de emisiones al ambiente y facilitará el desarrollo de nuevas tecnologías innovadoras y, por lo tanto, a la creación de nuevos y mejores puestos de trabajo.

• El Gobierno noruego está convencido que la colaboración con el sector privado ha sido importante para asegurarse que el proyecto es viable y que se llevará a cabo apropiadamente.

• Longship impulsará la construcción de una nueva y más amplia infraestructura donde el Gobierno está preparando el terreno para conectar otras instalaciones de captura de carbono a instalaciones de captura y almacenamiento de carbono en Noruega.

• Longship es el mayor proyecto climático jamás realizado en la industria noruega y el Gobierno ha confirmado que el enfoque que se está siguiendo es una política climática que funciona.

Este proyecto, llamado Longship por el nombre de los barcos utilizados por los vikingos, conducirá a importantes recortes de las emisiones, ayudará al desarrollo a gran escala de una nueva tecnología y creará nuevos puestos de trabajo.

Noruega refuerza así sus actividades actuales para implementar continuamente nuevas y mejores soluciones climáticas para el futuro con políticas efectivas y proyectos que funcionan.

Estos nuevos desarrollos económicos y ambientales de captura y de almacenamiento de CO2 en el subsuelo forman parte de la política noruega de reducción de las emisiones de gases al ambiente.

Lo anterior se hace con una visión conjunta de crear simultáneamente desarrollo y riqueza adicional a través de la creación de un sector económico de gran potencial futuro asociado a la principal riqueza energética que se encuentra en su subsuelo (gas natural y petróleo), la cual es mayoritariamente exportada para valorizarla más.

Esta visión y esta política de desarrollo sostenible de sus recursos naturales se está dando mediante alianzas público privadas, las cuales son parte del modelo noruego del desarrollo de los recursos naturales, lo cual le ha permito a Noruega lograr un altísimo desempeño económico, social y ambiental, incluyendo su lucha contra el cambio climático.

En materia ambiental y de lucha contra el cambio climático este país ha tenido importantes logros, como los siguientes:

• Líder mundial en el proceso de descarbonización de su economía y en la lucha contra el cambio climático.

• Primer lugar en el mundo en la cantidad per cápita y en el porcentaje de la flota vehicular de automóviles eléctricos.

• Líder y referente mundial del desarrollo sostenible.

• Líder mundial del desarrollo de energías renovables.

• Una de las posiciones más altas en el Indice Global de Desempeño Ambiental.

Y le ha permitido también lograr un altísimo desempeño en materia económica y social, alcanzando resultados excelentes como los siguientes, entre muchos otros:

• Primer lugar en el Indice Global de Desarrollo Humano.

• Líder mundial en inversión y gasto social per cápita.

• Una de las posiciones más altas en el Indice Global de Competitividad Energética.

• Una de las posiciones más altas entre los mejores países para vivir.

• No tiene déficits fiscales y más bien genera grandes cantidades de excedentes fiscales que se invierten en un fondo de riqueza nacional, cuyo rédito anual ya supera los ingresos fiscales anuales generados por su producción y sus exportaciones de gas natural y de petróleo.

• Un crecimiento económico robusto. Inclusive en esta crisis del Covid-19, Noruega logró un crecimiento económico del 4,6% en el trimestre de julio a agosto del 2020.

La política de aprovechamiento de sus recursos naturales tienen como objetivo convertir sosteniblemente la “riqueza contenida en el subsuelo” en “riqueza en la superficie” para beneficio (económico, social y ambiental) de las actuales y las futuras generaciones.

Como parte de la creación sostenible de “riqueza en la superficie” con los recursos naturales, la producción y exportación de gas natural y petróleo le han permitido a Noruega satisfacer todas sus necesidades (económicas, sociales y ambientales).

Esta política le ha permitido igualmente mantener simultáneamente un importante superávit fiscal. Los excedentes fiscales de esta actividad se han colocado en un Fondo Soberano de Riqueza nacional (“Sovereign Wealth Fund”, SWF), propiedad del Estado, el cual apoya de manera suplementaria el progreso, la prosperidad y el bienestar de las actuales y las futuras generaciones.

Los ingresos obtenidos por los réditos de este Fondo Soberano de excedentes de recursos fiscales son hoy en día superiores a los ingresos fiscales obtenidos por la producción y exportación de gas natural y petróleo.

De esta manera, la riqueza petrolera y gasífera original, llevada a la superficie y colocada en este Fondo Soberano, se multiplica y seguirá multiplicándose aun cuando las reservas de gas natural y de petróleo se vayan agotando.

Este país ha logrado todo lo anterior y continúa potenciando hacia el futuro su gran desempeño económico, social y ambiental con la enorme cantidad de recursos que recibe de las actividades de producción y exportación de gas natural y petróleo que se realizan en su territorio.

Como bien lo demuestran los estudios, “en gran medida este país le debe su prosperidad a los yacimientos de petróleo y de gas natural”.

Estos estudios señalan además que “los ingresos obtenidos por las ventas de petróleo y gas natural han jugado un papel crucial en la creación de la sociedad noruega moderna” y que “casi todo el petróleo y el gas natural producidos en Noruega se exportan”.

Noruega es consecuente con su política basada en realidades y en una búsqueda perseverante de aumentar continuamente el bienestar de toda su población actual y de las generaciones futuras:

• Por un lado este país avanza en realizar los cambios internos para potenciar, entre otras cosas, su transición energética, lo cual incluye la reducción del consumo nacional de derivados de petróleo con la rápida penetración de los vehículos eléctricos y el fortalecimiento del desarrollo de las energías renovables.

• Por otro lado el Gobierno ha sido claro en señalar, como parte de esta política, que “mientras el mundo necesite petróleo y gas natural, nosotros lo proveeremos” durante la transición que se estima durará varias décadas.

Esta política de aprovechamiento sostenible de la riqueza nacional para potenciar el beneficio y el bienestar de las actuales y las futuras generaciones, incluye ahora el desarrollo de la captura y el almacenamiento de CO2 y el potenciamiento de las innovaciones tecnológicas que se darán en el futuro.

También busca potenciar el fortalecimiento de la seguridad energética de Europa durante la transición energética, la cual tiene que ver igualmente con la seguridad de Europa y, consecuentemente, con la seguridad de Noruega.

Mientras que países como Noruega avanzan vigorosamente en su desarrollo económico, social y ambiental, en Costa Rica se dan dos realidades contradictorias y opuestas que he expuesto con gran detalle en múltiples columnas anteriores y que nos obstaculizan el desarrollo y que nos hacen retroceder en varios campos:

• La primera es una realidad basada en los datos oficiales sobre la evolución de la situación energética y ambiental actual y futura que revelan de manera clara y contundente que las emisiones de gases de efecto invernadero (entre otros gases) aumentan rápidamente producto de las crecientes importaciones petroleras, las cuales representan ya casi las dos terceras partes del consumo energético nacional, y que han venido desplazando a las energías renovables nacionales.

• La segunda es una “realidad” ficticia basada en un discurso y una política populista, que no solamente no logra lo que predica, sino que en la vida real (por omisión y por acción) más bien consigue un deterioro de la situación en favor de las crecientes importaciones petroleras y de las emisiones al ambiente.

Este populismo energético y ambiental genera resultados contrarios a lo que predica y le oculta a la población la verdadera realidad del país de aumento continuo de la petrolización nacional y de las emisiones de gases generadas por el creciente consumo de petrolero importado y el desplazamiento de las energías renovables nacionales.

A la vez, se opone al aprovechamiento sostenible de la riqueza nacional que tantos beneficios económicos, sociales y ambientales les ha traído a muchos países, como Noruega.

Mientras que la visión de Noruega está basada en realidades y en acciones en la vida real que funcionan para potenciar el bienestar de la población, en Costa la visión está basada en mitos y acciones que no funcionan.

Los resultados que se obtienen en ambos países así lo demuestran de manera clara y contundente.

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Un comentario

  1. Don Roberto, estudioso y paciente, nos enseña y alerta. Nos pone de sobre aviso. La energía fósil no es un tema “sexy”, no obstante si es relevante. Conocer el “estado del arte” es de gran importancia. El negacionismo no es pragmático.

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