El gobierno y Uber

Carlos Manuel Echeverría Esquivel

Si lo que el Gobierno ha propuesto para solucionar el entuerto entre “el taxismo” y el “uberismo” es reflejo de una actitud transversal…que “Dios nos agarre confesados”.

El proyecto de ley para regular a Uber y esquemas de servicio de movilidad afines, es una forma hasta poco elegante de decirle a un esquema modernizante, que se ha arraigado en las principales ciudades del mundo, de que se vaya de Costa Rica. Es un esquema de cobro de tributos tan amplio, oneroso y enredado, que a cualquiera se le quitan las ganas de afiliarse a Uber como conductor.

El esquema de Uber es ingenioso y ciertamente ha tambaleado al esquema de taxi, sobre regulado quizás, como mucho sucede en Costa Rica, pero por otro lado, viciado de prácticas deficientes que no es necesario comentar y que han hecho que gran parte de la comunidad nacional, prefiera a Uber que al servicio de taxi.

Uber no es un hecho aislado. Hoy día, la emprendeduría y creatividad a nivel mundial, así como el aprovechamiento de la dinámica tecnología existente, ha hecho posible que esquemas como Uber, “salidos de la caja”, estén floreciendo en muchos otros sectores de actividad, permitiendo resolver necesidades y abastecer requerimientos, en forma más efectiva que como se ha venido haciendo. Esto no es nuevo. Viene desde Eva y Adán: el fuego, la rueda, la vela, el vapor, el petróleo como cobustible, la cibernética e infinidad de herramientas y procesos para mejorar la vida, se han ido inventado, sustituyendo artefactos y procesos que van quedando obsoletos. Esto sin duda genera tensión.

El servicio de Uber debe regularse pero razonablemente; no sobre regularse, ni sobre encarecerse para sacarlo del mercado. Costa Rica, la que aspira y tiene que estar modernizándose para mantenerse crecientemente competitiva a nivel internacional, le da al mundo un pésimo, al presentarse como un país que prefiere permanecer atrasado con una paz insostenible, que fomentar el progreso sostenido, que se basa en la adopción de las tecnologías que hacen al país más efectivo. Por supuesto que los taxistas merecen respeto y generarse los incentivos de apoyo para que puedan modernizar y mejorar su servicio, pero nunca protección que atente contra el progreso nacional y las libertades esenciales.

Preocupa que las empresas generadoras y distribuidoras de energía eléctrica, estén adoptando una posición tipo “taxistas anti Uber”, al oponerse a la generación de energía solar residencial para consumo propio y venta a la red nacional, por razones que sí lo son técnicas no son de recibo, pues ya ese proceso generador y distribuidor de energía funciona en muchas latitudes. Me parece se trata de una actitud muy lógica, timorata sí, de querer mantener un cómodo status quo, pero que nos lleva como país, poco a poco, al estancamiento económico y la insostenibilidad vital.

Es imperioso el cambio de actitud para estar dispuestos a ser lo mejor como sociedad. Al respecto de este tema escribí hace un año y medio el artículo “Bienvenida la Robótica”, cuya lectura recomiendo al lector interesado.

Por último y como corolario, preocupa que el gobierno y nuestro Congreso, que tantas agallas, inteligencia colectiva y coraje demostraron al dar ese primer paso de modernización y replanteamiento del país, con la aprobación de legislación de ajuste fiscal, vayan a dejarnos a “medio palo” con la aprobación de las reformas requeridas, que urgentemente deben continuar, empezando por la llamada Ley de Empleo Público, para corregir aspectos del sector, que nos tienen hundidos, pues no son sostenibles en el nuestro y en verdad, en términos relativos, en ningún país del mundo. Mis colegas embajadores de los países desarrollados cuando ejercí como tal, se quedaban atónitos, al enterarse de la clase de las remuneraciones y pensiones que el sector público paga en Costa Rica, a muchos de sus funcionarios activos o retirados. No podemos detenernos ahora; no hay alternativa aceptable a la drástica reducción de tanta goyería.

– Ex viceministro de Planificación