27 años de la partida del Caudillo José Figueres Ferrer

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñig

Hace 27 años, en el año de 1990 partió a la eternidad nuestro Caudillo José Figueres Ferrer (1906-1990) don Pepe con el cariño como lo saludábamos y nos referíamos con el respeto al personaje del siglo XX, nuestro héroe, gallardo libertador, general triunfador de la Guerra Civil de 1948 y que luego abolió el Ejército militar, tres veces Presidente de la República (1948-1949 Junta Fundadora de la Segunda República, 1953-1954 Presidente de la República y de 1970-1974 Presidente de la República). Como homenaje póstumo transcribimos algunos de sus escritos y pensamientos; para nunca olvidar a uno de los grandes mayores y fundador del Partido Liberación Nacional (1951) que ha gobernado muchas veces desde 1953.

“-Como la marcha del mundo y de las ideas no se puede detener, después de que los pueblos consiguen una mejora quieren otra, tal como el escolar que va subiendo de un grado inferior al inmediato superior. Nos ha tocado vivir este tiempo en que el esfuerzo humano se dirige a igualar económicamente a los hombres, es decir, a ordenar las cosas en la sociedad, de manera que con las riquezas creadas por el trabajo de todos, se beneficien a todos. Así como el aire y la luz no se niegan a ningún ser humano, tampoco debe negársele a nadie el disfrute de las comodidades del mundo ni de los adelantos del progreso.

-El sentido de propiedad y la iniciativa individual en la actividad económica debieran contarse entre los factores estimulantes de realce humano. Pero los hemos degradado convirtiéndolos en medios de explotación, y permitiendo que ejerzan una influencia perniciosa en nuestra formación espiritual. En vez de considerar nuestro trabajo cotidiano como un servicio a la sociedad, lo llamamos “nuestro negocio”. Nos menospreciamos a nosotros mismos diciendo que sólo nos interesa nuestra ganancia o nuestro salario. No prevalece ningún sentimiento de solidaridad económica. El anuncio de una buena cosecha general de algodón constituye una mala noticia para el agricultor. Su preocupación no es abastecernos de fibra para nuestros telares, sino alcanzar un buen precio. Y un precio alto es el resultado de la escasez. Si los productores llenan bien su cometido y provocan la abundancia, se les castiga; si no producen suficiente, se les premia.

-No quiero decir que participemos en la creencia de que el individuo es un medio para un fin, y que tal fin es el Estado, o la Sociedad. Todo lo contrario. Nuestra concepción básica, filosófica y política, es que la sociedad debe ser el mejor medio posible para la formación del tipo de ser humano más noble y más feliz –el Hombre Justo-. Pero, es evidente, que tal sociedad y tal benéfico ambiente sólo pueden ser el resultado de la conducta colectiva de los individuos que constituyen el grupo. La calidad de las partes determina la calidad del conjunto.

-Para quienes consideramos como el valor más alto la dignidad humana y la cualidad moral del individuo, la justicia social significa algo más que una simple participación en la riqueza. Significa una nueva concepción espiritual. El incentivo del lucro es sustituido por el espíritu de servicio. Las ganancias vienen a ser una medida de la eficiencia. La propiedad es considerada como una responsabilidad. La libertad de empresa es una subdivisión inteligente de la tarea administrativa total, que proporciona el ambiente propicio para un alto grado de iniciativa personal. La actividad del hombre de negocios y el trabajo del obrero representan sus aportes a la manutención de la familia humana, a la conquista de la felicidad, al esfuerzo de la paz.
-Finalmente, como estoy abriendo mi corazón ante el público, confesaré otra razón que tengo para desear ahora la vida privada: me siento profundamente inclinado a estudiar; ha renacido en mí los dos amores de juventud: la tierra y los libros; me atrae la idea de contribuir en algo a contestar una gran interrogación de nuestro tiempo: ¿por qué ha de haber naciones ricas y naciones pobres? Ese es un campo de estudio especializado en que trabajamos en común algunos amigos en varios países del mundo. Y por ser yo ciudadano de un país y de un continente de pobres, me creo más obligado que mis colegas de las universidades de países ricos a dar algún aporte a la solución del problema contemporáneo del desarrollo mundial.

-Colima es la primera piedra de un gran edificio. No solamente corresponde Colima a todo un planeamiento eléctrico nacional, como parte de los trabajos de estudio general que se vienen realizando desde 1948 para llegar a dotar a Costa Rica de una red nacional que preste todos los servicios eléctricos al país. No es solamente eso, es que Colima y todo el Instituto Costarricense de Electricidad son parte de un gran planeamiento nacional que va más allá de la mera electrificación del país. Es que nuestra generación está presenciando un análisis serio de la realidad nacional y un esfuerzo general por levantar a nuestro pueblo de sus tradicionales deficiencias económicas, culturales, de salud, de toda índole. Electrificar al país es solamente una parte del desarrollo integral de Costa Rica, y ese desarrollo integral de Costa Rica, con las miras puestas fundamentalmente en el ser humano, en el hombre, en el niño, en el que la actual generación de costarricenses está emprendiendo una nueva forma acelerada en una nueva decisión, en una nueva comprensión de nuestra historia y de nuestro futuro.

-Yo creo en dar oportunidad a otros hombres de iguales o mayores méritos, y en no estimular la adhesión excesivamente personalista que puede convertirse en caudillismo. Aunque no me siento cansado, yo creo en abrir el campo a otras generaciones, y en no permitir que un movimiento renovador se estacione en la persona o las personas de una edad determinada. En la vida pública como en las profesiones, cada promoción tiene su aporte que dar. Habiendo dentro de un movimiento nuevos ciudadanos de mérito que estén dispuestos a empeñar el arma simbólica de la lucha cívica, sería un error no pasarlo a sus manos.

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