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Carlos Revilla Maroto
El evento fue sentido prácticamente en todo el territorio nacional, desde Limón hasta Nicoya y Liberia. En la zona epicentral como la ciudad de Cartago y sus alrededores, la intensidad máxima fue de VIII Ms (Mercalli Modificada). Cerca de Tres Ríos las intensidades disminuyeron a VII y VI. Para la ciudad de San José y varias zonas de Heredia y Alajuela se reportaron intensidades de V. En el anexo copio los grados de la escala y su descripción. En el caso de la magnitud VIII, la descripción dice “Destructivo. Daños leves en estructuras especializadas. Daños considerables en estructuras ordinarias bien construidas, posibles derrumbes. Serios daños en estructuras pobremente construidas. Mampostería seriamente dañada o destruida. Muebles completamente sacados de lugar. Aceleración entre 60 y 100 Gal”. Se usa la escala Mercalli para la medición, porque su magnitud mide el grado de destrucción. Se usa esa escala dado que en aquel tiempo no existía la Richter, que es la más usada actualmente.
La destrucción de Cartago fue total, que ya había sufrido daños significativos por un sismo previo el 13 de abril de ese mismo año.
La ciudad fue completamente arrasada y ninguna estructura quedó en pie. Iglesias, conventos y escuelas colapsaron; las casas, en su mayoría de adobe y bareque, se derrumbaron, matando a cientos que se encontraban durmiendo; el cementerio general de Cartago sufrió graves daños, con nichos abiertos y restos humanos expuestos. La ciudad albergaba edificaciones históricas y religiosas de gran valor, muchas de las cuales sufrieron daños irreparables. Por ejemplo la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles sufrió daños severos; la Parroquia de Santiago Apóstol, que ya había sido dañada en un terremoto anterior, quedó en ruinas.
En localidades cercanas como Agua Caliente y Paraíso, puentes y edificios quedaron destruidos. El puente sobre el río Agua Caliente colapsó y cayó sobre las aguas del río. El pueblo de Paraíso fue devastado. La mayoría de las casas cayeron con el movimiento. La iglesia quedó hecha ruinas pero con los años fue reconstruida. En ciudades como San José, Heredia y Alajuela, se reportaron caídas de objetos y algunos daños en repellos de edificios y casas.
Por ser esta la segunda vez que la ciudad de Cartago era destruida y por la gran cantidad de daños estructurales que ocurrieron, el gobierno a cargo del presidente Cleto González Víquez, propone la implementación de un nuevo código sísmico de construcción para así evitar situaciones como estas en el futuro. Entre algunas de las medidas tomadas están: se elimina la construcción de casas y edificios con materiales como adobe y bareque y se inicia un nuevo periodo de técnicas de construcción en Costa Rica.
El gobierno declaró nueve días de duelo nacional. Ante la falta de infraestructura médica en Cartago, los heridos fueron trasladados en tren a San José, donde los hospitales de la capital se saturaron. Se estima que alrededor de 700 personas perdieron la vida, aunque la cifra exacta sigue siendo incierta. Muchas víctimas quedaron sepultadas bajo los escombros, y la falta de registros precisos dificultó determinar el número total de fallecidos. Para evitar epidemias, muchas víctimas también fueron enterradas rápidamente, lo que dificultó aún más el conteo exacto de fallecidos.
El terremoto fue provocado por la Falla Agua Caliente, una fractura geológica de 23 a 25 km de longitud. Esta falla no solo generó el sismo principal, sino también réplicas durante días, aumentando el pánico entre los sobrevivientes. El 13 de abril de 1910, un terremoto inicial ya había causado daños significativos en la región, creando un ambiente de tensión y temor. Este primer sismo, y la actividad sísmica que le prosiguió, fue la antesala del gran terremoto del 4 de mayo. La destrucción de Cartago llevó a una reforma en los códigos de construcción del país donde se prohibió el uso de adobe y bareque, y se implementaron nuevas técnicas antisísmicas.
En 1910, Cartago era una ciudad importante en Costa Rica, con una rica historia y patrimonio arquitectónico. A la hora de reconstruirla, lo hicieron con un estilo arquitectónico diferente, combinando las pocas estructuras coloniales sobrevivientes y edificaciones nuevas. Para diciembre de 1910, ya se habían entregado 200 casas nuevas a los damnificados, demostrando la resiliencia de los cartagineses.
La ciudad de Cartago ya había sentido antes de 1910 los efectos de un terremoto de grandes proporciones, de hecho 2 de setiembre de 1841 se presentó un sismo que ocasionó la primera destrucción de Cartago, provocando 38 muertos y gran pánico en la población. El del 13 de abril de 1910 de magnitud 5,8 Ms dañó estructuras y dejó grietas en el suelo. El 22 de agosto de 1951 se presenta un sismo relativamente fuerte al sur de Cartago afectando a Paraíso y Orosí. Como se puede ver, la ciudad de Cartago ha estado a través de los años levantándose de las ruinas ya que se ha visto afectada por sismos de gran intensidad.
Preparé una pequeña galería con una muestra de imágenes de como quedó la ciudad de Cartago después el terremoto; algunas que estaban un pco borrosas las mejoré con IA. Si quieren ver una galería más extensa, junto con artículos de periódico y revistas, pueden visitar un sitio especial hecho por Sinabi.
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Fuentes: Informes del Laboratorio de Ingeniería Sísmica de Costa Rica. Archivos históricos de prensa costarricense. Registros del gobierno de Cleto González Víquez.
Anexo
Grados escala Mercalli Modificada
I – Muy débil. Imperceptible para la mayoría de las personas, excepto en condiciones favorables. Aceleración menor a 0,5 Gal.
II – Débil. Perceptible solo por algunas personas en reposo, particularmente aquellas que se encuentran ubicadas en los pisos superiores de los edificios. Los objetos colgantes suelen oscilar. Aceleración entre 0,5 y 2,5 Gal.
III – Leve. Perceptible por algunas personas dentro de los edificios, especialmente en pisos altos. Muchos no lo perciben como un terremoto. Los automóviles detenidos se mueven ligeramente. Sensación semejante al paso de un camión pequeño. Aceleración entre 2,5 y 6,0 Gal.
IV – Moderado. Perceptible para la mayoría de las personas dentro de los edificios, por pocas personas en el exterior durante el día. Durante la noche algunas personas pueden despertarse. Perturbación en cerámica, puertas y ventanas. Las paredes suelen hacer ruido. Los automóviles detenidos se mueven con más energía. Sensación semejante al paso de un camión grande. Aceleración entre 6,0 y 10 Gal.
V – Poco fuerte. Sacudida sentida casi por todo el país o zona, y algunas piezas de vajilla o cristales de ventanas se rompen; pocos casos de agrietamiento de aplanados; caen objetos inestables. Se observan perturbaciones en los árboles, postes y otros objetos altos. Se detienen los relojes de péndulo. Aceleración entre 10 y 20 Gal.[4][5]
VI – Fuerte. Sacudida sentida por todo el país o zona. Algunos muebles pesados cambian de sitio y provoca daños leves, en especial en viviendas de material ligero. Aceleración entre 20 y 35 Gal.
VII – Muy fuerte. Ponerse de pie es difícil. Muebles dañados. Daños insignificantes en estructuras de buen diseño y construcción. Daños leves a moderados en estructuras ordinarias bien construidas. Daños considerables en estructuras pobremente construidas. Mampostería dañada. Perceptible por personas en vehículos en movimiento. Aceleración entre 35 y 60 Gal.
VIII – Destructivo. Daños leves en estructuras especializadas. Daños considerables en estructuras ordinarias bien construidas, posibles derrumbes. Serios daños en estructuras pobremente construidas. Mampostería seriamente dañada o destruida. Muebles completamente sacados de lugar. Aceleración entre 60 y 100 Gal.
IX – Muy destructivo. Pánico generalizado. Daños considerables en estructuras especializadas, paredes fuera de plomo. Graves daños en importantes edificios, con derrumbes parciales. Edificios desplazados fuera de las bases. Aceleración entre 100 y 250 Gal.
X – Desastroso. Algunas estructuras de madera bien construidas quedan destruidas. La mayoría de las estructuras de mampostería y de marco quedan destruidas con sus bases. Vías ferroviarias dobladas. Aceleración entre 250 y 500 Gal.
XI – Muy desastroso. Pocas estructuras de mampostería, si las hubiera, permanecen en pie. Puentes destruidos. Vías ferroviarias curvadas en gran medida. Aceleración mayor a 500 Gal.
XII – Extremo. Destrucción total con pocos supervivientes. Los objetos saltan al aire. Los niveles y perspectivas quedan distorsionados. Imposibilidad de mantenerse en pie.