En la segunda administración de don Ricardo Jiménez, el señor Barrionuevo fué nombrado Censor de Teatros.
En una de sus frecuentes visitas a la casa presidencial, se encontró con don Ricardo y después de darle la mano, le dijo:
—»Señor Presidente: la prensa adversaria le injuria a usted en forma violentísima».
Y el Licenciado Jiménez, hombre de respuestas precisas, le replicó:
—»Yo estoy por encima de esas miserias y si a mí nada me importa, tampoco debe importarle a ustedes mis amigos».
El periodista Barrionuevo no quedó convencido y tras una ligera pausa, finalmente repuso:
—»Cómo se conoce que no es usted TAN RICARDISTA COMO NOSOTROS».