Una verdad incómoda de Costa Rica y Nicaragua

Marlon Ocampo‎

A continuación voy a presentar una serie de hechos históricos más que conocidos y confirmados, los cuales indican una realidad difícil de aceptar para muchos.

Hace miles de años cuando por fin se completó el istmo centroamericano, antes de la llegada de los primeros humanos, Costa Rica y Nicaragua eran la misma región ecológica natural con todas sus variaciones entre costas y montañas.

Para cuando llegaron los españoles en 1492, nuestra región (Costa Rica y Nicaragua juntas) tenía una demografía bastante pareja: pueblos chibchas en el Caribe húmedo, y chorotegas (mesoamericanos con una cultura completamente diferente a la chibcha) en el Pacífico seco.

Los españoles conquistaron primero Nicaragua, fundando las ciudades de León y Granada. Desde allí se dio la conquista de Nicoya y luego la del Valle Central. Prácticamente todos los conquistadores, como Juan de Cavallón o Vázquez de Coronado, y los colonos llegaron desde Nicaragua.

Una vez establecido el Imperio Español se crearon instituciones de gobierno local. El único obispo para toda la región era el de León, en Nicaragua (Costa Rica siguió perteneciendo al Obispado de Nicaragua hasta muchas décadas después de la Independencia, cuando por fin obtuvo su propio obispo en 1851). La Caja Real estaba en León, y desde allí se cobraban impuestos y pagaban los sueldos tanto del alcalde mayor de Nicoya como del gobernador de Costa Rica. La Intendencia o corte suprema de Costa Rica y Nicoya también estaba en León. Igualmente allá estaba nuestra universidad regional y el único hospital cercano, en León. Todas estas dependencias administrativas llevaron a que finalmente en 1812 se estableciera la Provincia de Nicaragua y Costa Rica como una sola, incluyendo por supuesto a Nicoya en medio.

A lo largo de todos los siglos que duró el Período Colonial, cuando Costa Rica y Nicaragua eran la misma cosa, se dio una corriente migratoria en ambos sentidos. A Costa Rica llegaban profesionales graduados en la Universidad de León (como el bachiller nicaragüense Rafael Osejo, primer maestro en Costa Rica y gestor de nuestra democracia con sus Tertulias Patrioticas), y de aquí salían personas hacia León buscando una mejor vida, como los Adelantados de Costa Rica que se fueron a Nicaragua y nunca volvieron. Recordemos que Costa Rica era el lujar más alejado y pobre en toda la Capitanía General de Guatemala.

Cuando por fin llegó la independencia con respecto a España en 1821 gran parte de Costa Rica se mantuvo leal a las instituciones nicaragüenses de León y su Acta de los Nublados del Día, pues prácticamente todo dependía de la Caja Real allá.

Es hasta 1823 que comienza a nacer una diferencia entre Costa Rica y Nicaragua tras la Batalla de Ochomogo que ganaron los republicanos de San José, derrocando los conservadores de Cartago.

Tras el establecimiento de la República Federal Centroamericana con capital en Guatemala, las gobernaciones de Costa Rica y Nicoya decidieron unirse para formar una estructura política por aparte del resto de Nicaragua, lo cual por supuesto fue visto en León como una traición de nuestra parte. Así en 1824 nace el Estado de Costa Rica, incluyendo Nicoya.

Esto no puso fin a la migración entre Costa Rica y Nicaragua. Gran parte de los profesionales en San José eran importados de Nicaragua y la Universidad de León (Costa Rica no va tener universidad propia hasta la de Santo Tomás muy tardíamente). Por ejemplo el autor de la música del Himno Nacional de Costa Rica en 1852 era hijo de un prominente músico nicaragüense quien se había venido a vivir en Heredia (Melendez Chaverri).

El punto cumbre de esta inmigración se dio hace 120 años, cuando Costa Rica por fin tuvo su primer presidente nicaragüense, el abogado Ascensión Esquivel Ibarra (graduado de León) entre 1902 y 1906, hoy Benemérito de la Patria costarricense igual que otras docenas de nicaragüenses que llegaron a Costa Rica en el Siglo XIX y se casaron con ticas.

No es de extrañar que casi todo el folclor de Costa Rica es el mismo o una variación del folclor nicaragüense. Por ejemplo los bailes típicos, el Voseo al hablar, la comida y una larga lista de etcéteras.

Lo cierto es que según exámenes genéticos los ticos y nicas somos el mismo tipo de humano, pues casi todos los costarricenses descendemos de gente que vino desde Nicaragua hace 200, 300, 400 ó 500 años. Usted en Cartago y yo en Alajuela somos retatataranietos de algún nicaragüense.

Actualmente somos distintos por cuestiones de la historia reciente, como la Revolución de 1948 y el subsecuente Estado Gestor que convirtió a Costa Rica en uno de los países más educados del continente. Nuestra hermana Nicaragua nunca tuvo un Estado Gestor, por eso cuando uno va a turistear allá, es como ir a un museo sobre cómo era Costa Rica antes. Hermosa.

La imagen es un mapa francés del Siglo XVIII, poco antes de la Independencia, y es sobre la Intendencia de León, la cual incluía Costa Rica y Nicoya.

Mapa

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