Un año de vivir aquí y no me acostumbro

Suiza No.9

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Mauricio Castro

Corramos, corramos que esos maes no esperan—nos decíamos—y hacía un frío terrible…..yo veía que el mae que chequea los tiquetes me estaba viendo y como nada oí que pitaba (en realidad es como un silbido) y el tren se jalaba…. Lo mismo pasaba con los buses: el chofer nos veía por los espejos corriendo por la calle como locos brincándonos el semáforo y poníamos una pata en la acera y el bus jalaba.

¡Clase hijo de puta!-pensaba de inmediato.

“Castrosalazar: diay usté cree que sigue en la U, cuando “macho” del de Papelillo lo esperaba o los mismos de la Peri..”-me dijeron

Aquí olvídese e incluso me llegué a plantear si era un tema de racismo, hasta que un día me explicaron que desde “la petite section de matenelle” te enseñan que no es culpa del chofer del bus, que no es culpa del conductor del tren, que es TU culpa, y que ellos simplemente garantizan que el sistema funcione, como es TU culpa vos mismo tenés que apechugarla y que resolverlo o seguirás perdiendo trenes y buses y lo que es peor: llegar tarde, que es un insulto terrible en estas tierras.

“Castrosalazar: mae acostúmbrese, es TU responsabilidad, estos maes no esperan, usté salió de la U hace años, y que no hay Papelillo ni Peri…”—me remacharon desde adentro.

—Puta, pero manda güevo, el mae me está viendo que vengo corriendo para subirme, que vengo jalando el carrito de compras y “silba” y el tren jala—contesté cabreado.

“Castrosalazar: es tu culpa, asumila”—de dijeron

Un día, por supuesto agüevado porque el tren me había dejado por la mínima y teniendo el celuar casi sin batería, tan baja que decidís desconectar todo para que te aguante para una llamada por siaca…, me puse a ver para todos lados, o sea a hacer feo…

De repente me acordé de algo que leí y me fije en el reloj de la estación…¡oh sorpresa! Es verdad: solo el segundero corre y el minutero solo se mueve cuando es el minuto exacto, al menos me pareció. Estuve viendo como baboso por más casi todos los 15 minutos que me faltaban para el próximo tren y así era: solo el segundero se movía.

Por supuesto, cuando llegué a la casa, rebusqué un artículo que un amigo me había enviado en el que se comentaba eso mismo y lo leí con detalle.

Suiza

En 1944 un ingeniero de los trenes suizos diseño el reloj que hoy está en todas las estaciones y que venden por todos lados,. El mae quería que todos los relojes ferroviarios de Suiza funcionarán sincrónicamente para que los trenes salieran a tiempo de todas las estaciones.

—Puta manía por la puntualidad—me dije mientras iba leyendo.

El mae craneó que se ocupaba un reloj maestro que enviara un impulso eléctrico cada minuto, por medio de cable telefónico el reloj envía un impulso desde el reloj maestro de la caja de señales de que estaba en Zúrich a todos los relojes de cada estación por toda Suiza.

Pero para el mae el tema no fue suficiente.

—Puta manía tenemos los ingenieros por la perfección…–me dije

Y con fuerza oí desde adentro…

“Castrosalazar: no todos, yo conozco a un montonón de ingenieros que no les importa un pito eso…no ves cómo están las carreteras en tiquicia—

El colega le añadió al reloj el segundero rojo, para que coincidiera con el estilo de las señales utilizadas por los despachadores de trenes. Quería que los pasajeros pudieran ver cuántos segundos quedan hasta la salida.

—Y vieran que de verdad uno ve el juepuchis segundero avanzando y sabe cuando el bicho se va: al llegar a las 12—

El problema en 1947 fue que no era posible hacer un funcionar mecánicamente un reloj así, no había forma que el segundero funcionara bien, entonces al colega ingeniero…craneó que los minutos controlaran los segundos…el mae hilo tan delgado pero tan delgado que pensó en que pasaría si se iba la luz medio segundo…y hasta eso previó.

Hoy ya no importa porque los relojes funcionan a décimas de segundo, pero el minutero todavía hoy solo se mueve cuando el segundero marca las 12.

Si vienen a Suiza verán los relojes por todos lados y los venden, incluso los hay de muñeca y son todo un pegue y cuestan como US$ 180.

Suiza

El 31 de diciembre pasado tuve como propósito de año nuevo no perder un solo tren y ni un solo bus. Buses no he perdido ninguno y trenes solo uno, por cierto el día que iba “pa´llá”. Voy con mejor cumplimiento que todos aquellos que juraron ir al gimnasio durante el 2022…

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