Solidaridad, la fórmula de Nueva Zelanda para vencer el brote de coronavirus

Por Telma Luzzani (Voces del Mundo)

La primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern. Peng Hao/Flickr
La primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern. Peng Hao/Flickr

La primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern anunció que en su país logró frenar el contagio comunitario de COVID-19. «Estamos ya del otro lado de esta terrible pandemia, pero debemos estar atentos», sostuvo Esteban Espinoza, trabajador social residente en Auckland. Nueva Zelanda regresa ahora a la «fase 3» y levanta algunas restricciones.

Nueva Zelanda anunció al mundo que ha terminado con las transmisiones comunitarias de COVID-19 y ha relajado parcialmente las medidas restrictivas.

Cuarentena, distancia social obligatoria y mucha ayuda económica del Estado para que la gente no tuviera que salir a trabajar. «Las medidas hicieron efecto. Facilitó que Nueva Zelanda es una isla y que la población es poca. Esto facilita el control. Las reglas fueron duras, pero las personas se han adherido a las instrucciones del gobierno», aseguró Esteban Espinoza, trabajador social y fundador ALAC INC, organización de apoyo a migrantes y refugiados provenientes de Latinoamérica.

En este sentido, destacó el rol de la primera ministra, la laborista Jacinda Ardern.

«Casi todos los días estuvo frente a las cámaras hablándole a la población sobre los monitoreos. Es importante destacar su liderazgo y el apoyo que recibió de la sociedad», dijo.

Espinoza aclaró que existen «excepciones», como el líder del Partido Nacional, Simon Bridges, quien presionó «para levantar la cuarentena y que los negocios pudieran abrir». No obstante, «la respuesta de la gente que apoya a ese partido fue de rechazo» ya que percibieron un «uso político de la pandemia». «Aunque habrá pérdidas de puestos de trabajo, la mayoría de la población entendió que la vida es más importante que la economía.»

Nueva Zelanda registra 1.472 casos de coronavirus y 19 muertes. Ahora los neozelandeses han regresado a la «fase 3». «Pasar de nivel 4 a nivel 3 significa que más de medio millón de personas irá al trabajo, especialmente las compañías de construcción». El país ha trabajado con el «modelo de las burbujas».

«A cada hogar se lo llamó una burbuja. Con nivel 4, una burbuja no podía acercarse a otra. Ahora los miembros de una burbuja puedan acercarse a otros, pero no como grupo completo», explicó.

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