Se llevaron a Rodrigo Facio de Liberación Nacional

Desde La Mina 2.0

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Dagmar Facio se llevó la foto de don Rodrigo, aunque se dice que ya otros se la habían llevado… Dicen que lo que hizo fue “recuperar” la foto que estaba colgada en el Balcón Verde (“recuperar para el pueblo” al viejo estilo de los guerrilleros del siglo pasado en nuestra Latinoamérica, como “la recuperación” de la espada de Bolívar por el M19 de Colombia).

Yo no soy abogado…Ya habrá especialistas que tipifiquen la acción de la hija de don Rodrigo, y ojalá no caigamos en la característica típica de nosotros los ticos de no usar las palabras exactas para describir lo que sucedió (eufemismo dicen que se llama eso). Decimos fulano le dedica más tiempo a la contemplación en lugar de decir que es un vagabundo. Fulana tomó prestado un vestido en lugar de decir que se lo robó…

Don Rodrigo murió ahogado en El Salvador en 1961, su hija tendría unos 13 o 14 años, lo que me hace recordar algo que leí en la biografía de Nelson Mandela, cuando afirmó que lo más difícil de su vida fue su relación familiar, ya que sus hijos no entendían que él no solo era el papá de ellos sino el padre de toda una nación.

Lo que implicó que no los vio crecer, no los vio estudiar, no los vio aprender a andar en bicicleta, ni a rasparse, ni vestirse para una fiesta….se perdió lo que los sicólogos llaman “la cotidianidad” de la vida familiar.

Lo que describió Mandela en su libro yo lo he visto con mis propios ojos con los hijos de algunos de nuestros presidentes o figuras nacionales, muchas veces no tienen ni idea de hechos muy significativos de la vida de sus papás.

Y por supuesto que esos padres ya en mejor vida hoy en día sobra la cantidad de gente que sacando pecho hablan de su cercanía, aunque no la tuvieran, pero quién los puede contradecir si ya no están… Y esto le pasa a hijos, a colaboradores y a amigos.

Creo que a la hija de don Rodrigo le pasó lo mismo: le ha costado aceptar que don Rodrigo no solo fue el papá de ella sino el padre de toda la nación o al menos de buena parte de ella. De ahí que llevarse la foto de su papá es llevarse la foto de todos nosotros, sus descendientes.

¿Qué Liberación traicionó los ideales de Rodrigo Facio? Yo me preguntó: ¿Cómo pensaría don Rodrigo siendo economista en estas épocas?¿Seguiría pensando en un Estado fuerte y poderoso rector de la vida de todo el mundo y dueño de todo?¿o estaría actuando conforme a la realidad de la época?

Recordemos que los economistas cuando hacen proyecciones o modelos siempre agregan la frasecita “ceteris paribus”, que en palabras más palabras menos significa que se mantengan las variables consideradas sin cambio o sea que no se cumplió el “ceteris paribus” ya que la realidad nacional de los 40 del siglo pasado son muy diferentes a las del 2018.

El primer impulso que uno puede tener, como descendiente de don Rodrigo de acuerdo con la descripción de Mandela, es acusar a la hija en un Tribunal. Y que un Juzgado la castigue. La exhiba. Y la obligue a devolver la foto, o sea hacer lo que pareciera fue lo planeado por ella y por algunos otros: “un show”.

Si de verdad no hubiese sido un show doña Dagmar hubiera ido a la UCR a recuperar retratos de don Rodrigo, porque ahí si es claro que lo traicionaron…

Pero lo mejor para Liberación Nacional es retomar la figura de don Rodrigo, llamar así a la Sala Principal, hacer una semana dedicada a “don Rodrigo” y “a Rodrigo” en que los que todavía siguen vivos y lo conocieron nos cuenten facetas de su vida.

Revivir a don Rodrigo en lo ideológico es hacer lo que acertadamente recomiendan1 por ahí: “…poner el bienestar y la felicidad de las personas en el centro, como el alfa y el omega de las políticas públicas.”

Conozco muchas anécdotas de “Rodrigo” porque tuve la suerte de conocer a mucha gente que trabajó y compartió con él, entre ellos un hermano de mi papá, mi tío Luis, don Carlos Monge, doña Fabiola (la secretaria eterna del Consejo Universitario) y muchos otros. Sé que los que quedan nos podrán contar sobre “el Rodrigo” y no solo sobre “el don Rodrigo”.

En mi casa en La Mina, en Santa Ana, no dejo de pensar en lo difícil que tiene que ser para doña Dagmar compartir la paternidad y cariño de su padre con otros miles y querer que solo sea para ella, al extremo que como niña malcriada se llevó la bola digo la foto.