¿Por qué las emisiones del sector energía crecen continuamente?

Roberto Dobles
roberto.dobles@gmail.com

Roberto Dobles

En mis anteriores columnas se demostró que el sector energía no solamente es actualmente el principal emisor nacional de gases de efecto invernadero (GEI), sino que también sus emisiones se encuentran en una trayectoria creciente hacia el futuro.

Con base en los datos oficiales y los cálculos aproximativos de emisiones basados en las ventas de RECOPE, se estimó que en el 2015 las emisiones asociadas al consumo en el subsector petrolero representaron aproximadamente el 91,7% de las emisiones del sector energía y el 61,5% de las emisiones nacionales totales (casi las dos terceras partes).

Las emisiones del subsector petrolero son generadas fundamentalmente por los diversos sectores que consumen los combustibles derivados de petróleo importados, tales como transporte, industria, turismo, comercio, servicios, construcción, agricultura, entre otros.

Estos combustibles provienen fundamentalmente del petróleo explorado, producido y refinado en los EE.UU., los cuales son transportados al país por barcos, que a su vez generan igualmente altas emisiones de GEI durante todo su trayecto desde los puertos petroleros de carga hasta el puerto petrolero de RECOPE en Moín (Limón).

Dada la magnitud de las emisiones provenientes de este subsector y su trayectoria creciente pasada y proyectada, es importante entonces conocer cuáles son las causas por las que esto está ocurriendo y cuáles son las consecuencias que se están obteniendo en el sector energético nacional.

Estas tendencias van en un sentido totalmente opuesto a la trayectoria de reducción continua de las emisiones nacionales a la que el Gobierno comprometió internacionalmente al país dentro del marco del Acuerdo de París suscrito en el 2015, el cual fue ratificado por la Asamblea Legislativa en el 2016.

A. Causas de las tendencias nefastas del sector energético nacional

Entre las causas importantes por las que las tendencias el sector energético tienen una trayectoria contraria a lo que se requiere (en costos, en emisiones, etc.) se encuentran las siguientes:

• Política energética y planes energéticos de escritorio plagados de dogmas e ideologías que no inciden en el mundo real.

• Ausencia de capacidades de ejecución de los planes energéticos.

• Falta de visión y rectoría efectiva en el sector energía.

B. Resumen de las consecuencias provocadas por las causas anteriores

Lo siguiente es un resumen de las consecuencias que estas políticas y estos planes de escritorio están logrando en la realidad, tanto por omisión como por acción.

1. Ausencia de transición energética

No solamente la necesaria transición energética no se está dando para potenciar al país hacia nuevos niveles de competitividad energética, de desarrollo y de sostenibilidad económica, social y ambiental y de reducción de emisiones al ambiente, sino que más bien se está retrocediendo.

Parte de este retroceso es la creciente petrolización del país con derivados de petróleo importados cuyo consumo nacional ya llega al 64,3% del consumo energético nacional. En el mundo el promedio de petrolización es del 33% (casi la mitad que en Costa Rica).

Al ser los derivados de petróleo importados, el país se ve obligado a pagar adicionalmente importantes y crecientes cantidades de recursos fiscales que generan la producción y la refinación de petróleo (en los países de donde vienen estas importaciones) y el transporte marítimo.

2. Petróleo importado desplaza a las fuentes renovables nacionales de energía

Los datos oficiales de consumo de energía del país muestran que el consumo de los derivados de petróleo importados ha venido creciendo más rápidamente que el consumo de fuentes nacionales renovables de energía.

Esta situación provoca que las fuentes nacionales renovables de energía estén siendo desplazadas por las fuentes no renovables importadas (derivados de petróleo), como lo muestran los datos siguientes:

• En el 2015 (año en el que se firmó el Acuerdo de París), la participación de las energías renovables nacionales en el consumo energético representaron el 38.8% del consumo total de energía y los derivados de petróleo importados el 59.2%.

• En el 2019, la participación de las energías renovables nacionales en la matriz energética nacional había bajado al 34,7% del consumo total de energía y los derivados de petróleo habían subido al 64,3%, lo que implica que los derivados de petróleo importados están desplazandos a las energías renovables nacionales.

Los datos oficiales entre el 2015 y el 2019 muestran así una tendencia muy preocupante:

• La participación de las energías renovables nacionales en el consumo energético nacional pasó del 38,7% al 34,7% para una reducción de -4,0%.

• La participación del consumo de los derivados de petróleo importados pasó del 61,3% al 64,3%, para un aumento de +3,0%.

Inclusive, en el sector residencial, que debiera estar fuertemente dominado por la electricidad, el Gas Licuado de Petróleo (GLP) importado ha venido desplazando a la electricidad generada con fuentes renovables de energía.

Como se señaló anteriormente, el creciente consumo petrolero nacional no solamente está creciendo más rápidamente que las fuentes nacionales de energía, sino que también está aumentando más rápidamente que el ritmo de crecimiento del consumo petrolero mundial.

Todo esto provoca un crecimiento acelerado de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero provenientes del principal sector emisor.

Entre el 2015 y el 2019 el crecimiento del consumo petrolero nacional fue del 14,5%, lo cual es muy elevado para un período tan corto.

Este acelerado aumento del consumo petrolero nacional se da a pesar del raquítico crecimiento económico que el país ha venido teniendo durante ese período y va en sentido totalmente contrario a lo que el país debería estar haciendo.

Si la economía del país hubiera crecido más rápidamente, el consumo petrolero sería mucho mayor.

3. Tendencias de mediano y largo plazo

Las tendencias hacia el largo plazo muestran un comportamiento todavía más preocupante que las tendencias del pasado:

• De acuerdo con las últimas proyecciones oficiales de RECOPE, el consumo nacional de derivados de petróleo importados crecería un 37,5% entre el 2019 y el 2039.

• De acuerdo con las últimas proyecciones oficiales del ICE, el consumo de electricidad generada con fuentes renovables de energía nacionales en este mismo período crecería un 31,1% en ese mismo período. Es muy probable que en el futuro se generen nuevas proyecciones hacia la baja.

Por lo tanto, se prevé que el consumo de derivados de petróleo (que representó en el 2019 el 64,3% del consumo energético nacional) crecerá más rápidamente que el consumo de electricidad (que en el 2019 representó el 22,3 % del consumo energético nacional).

La participación de la biomasa, como fuente renovable de energía nacional en el consumo energético nacional, fue del 16,0% en el 2015 y en el 2019 bajó al 12,4%. Se prevé que la biomasa en el consumo energético nacional siga bajando también en el futuro.

4. Conclusión

La evidencia de los datos oficiales sobre los resultados de la política energética nacional y de los planes energéticos de escritorio, que no tienen ningún efecto en la realidad, muestra que se ha venido dando un preocupante desplazamiento de las fuentes renovables de energía nacionales por parte del petróleo explorado, producido y refinado en el extranjero y transportado al país en barcos cada vez más grandes.

Las tendencias y las proyecciones del consumo energético nacional revelan también que este nefasto desplazamiento continuará en el futuro ya que muestran una mayor petrolización de la economía nacional en detrimento de las fuentes nacionales de energía y un mayor crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

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