Ottón el poseedor de la verdad

Desde La Mina 2.0

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Mauricio Castro

Confieso que no pude ver la comparecencia de Ottón en la Asamblea Legislativa. Solo he podido leer lo que ha salido en la prensa y en las redes sociales, en las que además de comentarios, han puesto algunos videos.

Supe de Ottón cuando fui a hacer un posgrado al Reino Unido en 1985. Los ticos que estudiábamos o que vivían en el Reino Unido nos reuníamos de tanto en tanto, era una buena oportunidad para ver gente, vacilar en tico y comer algunas cosas que uno extrañaba.

Alguien comentó que había un carajo de Pérez que no quería mezclarse con los ticos, que estudiaba algo relacionado con economía y que criticaba las reuniones, unos decían que era poco sociable, algunos que era porque no quería hablar español y otros porque decían que argumentaba que no iba a contribuir a algo en lo que no había claridad en el manejo… en lo que dicho sea de paso no se recogían fondos más que para pagar el transporte algunas veces.

A mi regreso, por esas cosas de la vida que suceden en Costa Rica, a los ingenieros nos iban trasladando donde había plazas y donde se nos ocupara, de fundar las capitanías de puerto, me pasaron a intervenir el ferry a Playa Naranjo y luego pasé a ser Director de Ingeniería en INCOP, en Caldera.

Un domingo por la tarde, de esas en que tuve que trabajar, porque en los puertos se trabajan los 7 días de la semana, me tocó esperar en el portón de ingreso detrás de una Nissan café de las grandes, de las que usaban algunos ministros en esas épocas. Veía que el guarda discutía con el chofer de la Nissan dura y agriamente y que este se veía cabreado e iba acompañado de una muchacha macha.

Al final la Nissan fue devuelta y yo me acerqué a la KZ de guardas y le pregunté al guarda que fue lo que pasó y este me contestó: mire ingeniero, ese señor malcriado que dice que es el Ministro de Planificación quería entrar al puerto con la muchacha y como hoy es domingo y todas las oficinas están cerradas, no lo dejé entrar, la gente trae permisos para entrar y él no traía, viera que hombre tan malcriado, lo que seguro quería era lucirse con la machita que andaba…

Meses después, lo vi criticando a gente que usaba carros del gobierno para pasear con su familia, como lo hacía él siendo Ministro, o tirando a diestro y siniestro acusaciones sin sentido y sin fundamento solo porque a él le parecía que era correcto hacerlo, sin pensar en el daño que causaba, como lo hacía con las reuniones de ticos…

Ottón se convirtió en el portador de la verdad absoluta, su verdad, porque era el poseedor de la verdad, en el que poco o nada le importó destrozar honras sin más prueba que su verdad.

Fundó el PAC, como el Partido del Olimpo. Hoy es uno de sus garantes de la ética. Pero no ha opinado nada del cementazo, ni de los funcionarios que no están al día con sus impuestos ni del déficit fiscal ni de los nombramientos de familiares en el exterior y en instituciones del Gobierno, ni nada de nada. Pero es un garante de la ética.

Tanto se creyó su verdad y su derecho a que todo lo que hacía estaba bien que siendo candidato del PAC en una entrevista contó sin rubor alguno su “derecho de pernada”, que ejerció en los cafetales de Pérez con algunas de las muchachas cogedoras de café y lo que más me sorprendió es que nadie lo criticara y que esa salida de “macho cabrío” no fuera reprendida por las ilustres damas que integraban la Comisión Política del PAC y que hoy todavía podrían acusarlo como bien han hecho con otros cuyos actos de depredación carnal fueron hace muchos años.

El lunes pasado no vi al Ottón peleando como lo hacía con el guarda del INCOP, ni al Ottón cuestionador de lo nada cuestionable de las reuniones de ticos, ni al Ottón reclamando con altivez su derecho de pernada.
Verlo arrinconado, achucuyado, defendiendo su salario como buen espadachín y sus verdades que ya sólo él cree, lo que me dio fue lástima, pena ajena.

Sabio el pueblo que nunca lo hizo presidente, porque hoy Bukele, que también es un poseedor de la verdad, sería un simple y mal imitador… solo que más joven.

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